Las expectativas se forman a partir de suposiciones acerca de lo que creemos que debería ser, todo ello en base a lo que nos enseñaron y en lo que aprendimos. Muchas veces las expectativas que tenemos se distancian de la realidad y acabamos llenos de frustraciones. Es inevitable tener expectativas sobre algo o alguien, todos vamos a formarlas de manera automática en nuestra mente. Tenemos, a su vez, expectativas sobre nosotros mismos, sobre cómo deberíamos comportarnos o lo que deberíamos anhelar.
Las creencias que vamos formando van construyendo nuestro mundo y nuestra realidad.
Las expectativas son un elemento clave que influye en cómo nos relacionamos con los demás y la imagen que tenemos sobre nosotros mismos. "Una profecía que se autocumple es una suposición o una predicción que, por las simples razones de haber sido hecha, se convierte en realidad o supuesto éxito esperado o profetizado y, de esta manera, confirma su propia" exactitud "."- Paul Watzlawick-
Influenciamos y estamos influenciados a través de las expectativasLas expectativas culturales son aquellas que compartimos con la sociedad , sobre lo que es aceptado por ella y lo que es rechazado. Entramos, sin darnos cuenta, en ese juego de expectativas que formamos a través de nuestra cultura, tratando de adaptarse a lo que suponemos que deberíamos hacer, intentando así no quedarnos de lado y excluidos.
La imagen que creamos sobre nosotros mismos está cargada de expectativas: de nuestros padres, familia, profesores, compañeros de clase, amigos, compañeros, etc. Lo que esperan de nosotros nos influye en la creación de nuestro propio autoconcepto.
Es así como aparece el famoso evento psicológico llamado Efecto Pigmaleón.Las creencias y expectativas que tenemos sobre una persona influencian la misma en su rendimiento y forma de comportarse.
Esto hace que cree sus propias creencias sobre lo que la persona puede o no puede lograr.
Las expectativas no se dividen en buenas y malas, simplemente nos impiden ser quienes realmente queremos ser. Compartir La trampa de las expectativas
¿Vivimos la vida que realmente nos gustaría? Nuestras decisiones, las tomamos en base a lo que queremos?Sería bueno preguntarse si estamos viviendo conforme a lo que queremos o conforme a las expectativas que los demás ponen sobre nosotros.
Es necesario ser un buen trabajador, un buen estudiante, una persona responsable, cuidar de la familia. Ser una mujer simpática, alegre, que nunca causa problemas; ser educada, amable, etc. Todo esto se convierte en imposiciones que creemos que tenemos que cumplir, porque somos así y no conseguimos salir de ese patrón.
¿Qué pasa cuando salimos de lo que suponemos que la gente espera de nosotros? Aparece la frustración de las personas que siempre nos han visto como cumplidores de expectativas. Si reaccionamos como no estaba previsto y decidimos comportarnos de otra manera, nuestras relaciones cambiarán. Nos sentimos culpables de decepcionar a esas personas.
Liberarnos de las expectativas
Liberarnos de las expectativas que los demás ponen sobre nosotros ya es un gran paso, una tarea difícil que requiere mucho coraje. Si, además, tratamos de entender que no fracasamos y que la decepción y la frustración son de los demás, pues ellos formaron una creencia sobre cómo deberíamos ser, mejor aún. Tenemos que aprender que, sobre todo, no podemos vivir constantemente detrás de una máscara, pues así no conseguiremos despertar de nuestro sueño. En ese despertar surge de nuestro verdadero ser, tomamos nuestras propias decisiones teniendo en cuenta lo que necesitamos y lo que queremos. Comenzamos a elaborar nuestro propio viaje por la vida.
Atender a nuestras experiencias
Nuestra experiencia, lo que vivimos y aprendemos en todas las situaciones que pasamos va, de alguna forma, moldeando y dando forma a nuestras expectativas, las que tenemos sobre los demás. Vamos comprendiendo que nuestra frustración acerca de cómo creíamos que alguien era fue producto de nuestra ilusión.
Las personas no son, específicamente, de una determinada manera; hay muchos factores que influyen en cómo debemos comportarnos y las decisiones que tomamos. Necesitamos pasar por un proceso de cambio para experimentar y decidir lo que queremos ser.
Si me decepcioné por esperar algo de alguien, es mi responsabilidad aceptar que eso era mi creencia, mi expectativa, lo que creé en mi mente. La otra persona está en su derecho de no corresponder a lo que yo esperaba de ella.
Al entender el proceso y el mecanismo de nuestras expectativas, vamos haciéndolas menos importantes, comprendiendo, siendo más compasivos y flexibles.
Vamos aceptando y amando a las personas ya nosotros mismos por lo que son, por lo que somos, con nuestros errores y aciertos. Nos permitimos ser como necesitamos ser, permitimos a los demás ser como necesiten ser y como quieran ser. "Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el temor del ridículo o del fracaso, desaparece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que usted va a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tiene algo que perder. Usted ya está desnudo. No hay razón para no seguir su corazón. " -Steve Jobs-