La fidelidad es propia de los más inteligentes

Rodolfo Llinás es un neurocientífico colombiano que dedicó la mayor parte de su vida al estudio del cerebro. Dirigió el programa NEUROLAB de la NASA y actualmente es director del departamento de psicología y neurociencia de la Universidad de Nueva York. Hace un tiempo él dio una entrevista en la que sorprendió con el mapa que trazó con los conceptos de fidelidad, amor y felicidad.

Sus declaraciones demuestran, desde el punto de vista neurológico, lo que muchas personas presintieron por buen sentido, experiencia o observación del comportamiento. Él afirma que el cerebro es un sistema cerrado que sólo es "perforado" por los sentimientos. Indica que su funcionamiento guarda cierta analogía con el de un ordenador, con la diferencia de que el cerebro tiene plasticidad y creatividad: se modifica, se nutre y cambia. "La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble para igualar a la otra mayor a ella".

-Goethe-
Según sus largas y profundas investigaciones sobre el cerebro,

concluyó que la estructura intelectual está basada en la emocional. Primero viene la emoción y luego la razón. Creamos las ideas del mundo no tanto a partir del raciocinio, sino de lo que sentimos. El amor tiene un lugar destacado, y la fidelidad es propia de los más inteligentes, segundos sus palabras. La fidelidad y la inteligencia

Rodolfo Llinás apunta que el área emocional del cerebro es una de las más antiguas. Fue una de las primeras en desarrollarse. Según sus palabras,

"Es el cerebro tramposo, el de los reptiles, donde no existen más que patrones de acción fijos. Por eso se acercan o se alejan si quieren comida; atacan si quieren defenderse, y tienen relaciones sexuales si quieren reproducirse ". El amor tiene su origen en la misma área, pero implica funciones fisiológicas diferentes.

El amor, dice Llinás, es como una golosina. Y quien está enamorado se vuelve guloso. Desea tener más y más amor de la persona que ama. Añade además que "nadie muere por exceso de amor". El amor, apunta el científico, no es como hacer gimnasia, sino como bailar, desde el punto de vista fisiológico. Ante el llamado "amor eterno" afirma: "Ese es de inteligentes, que estructuran y ajustan los patrones de acción fijos tomando como referencia al otro, como si fuera la propia mano; cuidándola es mi responsabilidad, y viceversa. Saber que no habrá una puñalada trampa es la norma ". La fidelidad contribuye a no gastar energía emocional o intelectual innecesariamente. El ser humano, cuanto más inteligente, más inclinado está para las grandes preocupaciones de la humanidad, deja de lado las situaciones que desestabilizan su vida o usan energía para acciones más complejas. Por todo ello, Llinás concluye que el amor eterno es una danza infinita de neuronas entre dos personas inteligentes.

Investigaciones sobre inteligencia y fidelidad Rodolfo Llinás no es el único que habló de la relación entre inteligencia y fidelidad. Una investigación conducida por el doctor Satoshi Kanazawa, especialista en psicología evolutiva, llegó a una conclusión similar. En su investigación apuntó que

los hombres con coeficiente intelectual más elevado (superior a 106) valoran más la fidelidad de la pareja. En las mujeres es diferente: todas ellas valoran la fidelidad, sin que ello tenga correlación con su nivel de inteligencia.

La investigación apunta que la monogamia es una fase superior de la evolución humana. Al principio el humano está estrechamente ligado al comportamiento instintivo del mamífero. Esto lo lleva a la poligamia. Pero tanto en la historia de la humanidad, como en la individual de cada hombre, la monogamia parece tener relación con un nivel superior de evolución.

Realmente la infidelidad tiene como condición tener mucho tiempo libre y mucha disposición emocional para el conflicto. Cuando buena parte de nuestro propio tiempo está ocupado, es más difícil pasar parte de él en intrigas y en las estrategias que vienen asociadas a la infidelidad. También no se dispone de tanta energía emocional para pagar el precio de actuar a escondidas, evitando ser atrapados y manteniendo una fachada falsa. Es mucho más inteligente establecer una relación y perfeccionarlo que ir saltando de relación en relación. La monogamia trae gran satisfacción, no es un sacrificio. Como toda situación humana de valor, implica esfuerzos. Sin embargo, es mucho mayor la ganancia.

Si la vida individual enfoca los grandes objetivos, ciertamente un compañero o compañero permanente de viaje es un gran tesoro. Y al contrario, si la vida se enfoca en lo que es banal, una relación estable va contra esa futilidad y banalidad.