Hay personas que agotan, que tragan nuestro tiempo, paciencia y energía.Son personas misteriosas, doctoradas en promesas por cumplir, que nunca están en paz y siembran guerras con todo el mundo. Por eso tenemos que ser selectivos y sabios en nuestras relaciones y rodearnos sólo de personas que nos inspiran.
En un interesante estudio sobre interacción social realizado por la Universidad de Rochester (Nueva York), se llegó a una conclusión curiosa:1 de cada 10 personas presenta un estilo de personalidad que los expertos definieron como "saboteadores de felicidad".Las personas que nos agota son quizás las más comunes, pues tienen, a veces sin saber, comportamientos estresantes que condicionan de forma directa aquellos ambientes que frecuentan.
No dejo a nadie atrás, pero algunas personas me van perdiendo poco a poco, pero sin darse cuenta. Me alejo de ellas porque me agota, porque me quita energía y porque no permito que nadie estrope mi felicidad. Prefiero rodearme de gente que me inspira.Compartir
Algo que muchos de nosotros podemos pensar al definir este tipo de perfil es que estamos hablando una vez más de personas tóxicas. Eso no es correcto.No debemos caer tan fácilmente en el uso de estas etiquetas que poco tienen de científico y sí mucho de sentido común,pues generalmente descuidamos comportamientos y actitudes específicas de una persona o de un estilo de personalidad.
Si una persona nos agota es porque nosotros mismos somos permeables. Le invitamos a reflexionar sobre ello.
Personas que agotan: mecanismos psicológicos
Hay personas que nos agota en nuestra familia, en nuestros trabajos, entre las amistades e incluso en nuestras relaciones afectivas.Ellos nos agota cuando somos prisioneros de los afectos y el ser amado se convierte en un "comerciante" que apunta nuestras fallas y luego las serpientes. Nos cansamos con los discursos egoístas, los prejuicios y los campos minados por la victimización y el chantaje. En el completo e interesante libro titulado "
Inteligencia Emocional 2.0" de Jean Greaves, el autor explica que las personas no suelen ser plenamente conscientes del impacto de este tipo de vínculo en nuestro equilibrio emocional y en nuestra salud. Proponemos ahora que usted descubra alguno de estos efectos.El impacto emocional de las personas que sabotean nuestra calma
Podríamos decir que el término "quemar" adquiere aquí una connotación casi real. Las personas que nos agota nos usan regularmente como "contenedor emocional", revisaron sus pensamientos, miedos e inseguridades hasta el punto de desgastar lentamente esa arquitectura tan íntima y poderosa que forma nuestro cerebro.
Las personas que nos agota nos causan un alto nivel de estrés.
- Cuando esta emoción negativa se vuelve crónica, los dendritas neuronales (las ramificaciones que unen a nuestras células nerviosas) se rompen debido a esta sobre-excitación tan perjudicial y estresante. El área donde esta alteración ocurre con más frecuencia es nuestro hipocampo, donde quedan la memoria y las emociones. El hecho de sentirnos agotados, de ser "permeables" a este tipo de comportamientos, lejos de apagarnos o de darnos un cierto cansancio, nos mantiene siempre en alerta.Es la sensación clara e instintiva de querer defendernos de "algo" o "alguien", de vivir siempre a la defensiva, pero al mismo tiempo nos sentimos presos.Ciertamente ante estas mismas situaciones muchos ya le dijeron "pues es, aprenda de una vez a poner límites
- ". Pero en realidad se trata de algo mucho más simple que todo eso.Basta tomar conciencia de algo esencial: nadie tiene el derecho de "quemar" toda su felicidad, nadie le debe traer tormentas cuando usted habita un océano de calma. Nadie debe llevarte en ese viaje hasta donde se esconden sus demonios internos.
Busque personas que le inspiren, y no que despierten la llama de sus incendios internos hasta el punto de que usted se queme.Me gustan las personas que me inspiranNormalmente se suele decir que cuando alguien es muy, muy joven, él no escoge sus amistades o sus primeros amores, acoge lo que aparece con pasión y sin ningún filtro, llevándolo a una ceguera momentánea que seguramente se curará con el paso de los años.
Con el tiempo nos volvemos mucho más selectivos, más hábiles y menos permeables al que no sirve, al que agota, al que quiere robar lo que nos es legítimo: la felicidad.Buscar, o mejor dicho, permitirnos encontrar personas que nos inspiran es una necesidad en la que deberíamos invertir diariamente.
Porque quien inspira abre las ventanas del alma y enciende el "faro" de nuestra mente, para permitirnos emerger de nuestras noches de apatía, miedos y soledad.
Tener madres, padres o hermanos que nos inspiren, por ejemplo, es algo que nos confiere también cimientos excepcionales para crecer en libertad y con madurez. Disponer de amigos que no nos agotan, sino que son figuras en las que nos inspiramos para ser mejores personas, es sin duda un privilegio al que nunca deberíamos renunciar. Por otro lado, ningún amor puede ser tan pleno y auténtico como aquel que se construye a partir de las raíces del respeto y de las hojas brillantes de la admiración y de la inspiración mutua. Porque para inspirar a alguien no es necesario ser perfecto, en realidad, sólo basta que los demás vean cómo supera sus propias imperfecciones para dar siempre su mejor en cada momento.Vale la pena tenerlo en cuenta.