No existe nadie capaz de mirarse y ver el vacío en sí mismo, pues hasta el vacío tiene fondo dentro de todos nosotros.Estamos llenos de emoción, personas, momentos, detalles minúsculos que nos forman cada díacomo las personas que somos.
Todas esas pequeñas grandes cosas nos hicieron grandes en algún momento de nuestra vida, incluso las ausencias: porque sé de gente que vive en abundancia de ausencias y hasta que suena como estar lleno. Lo que pasa es que también estamos repletos de emociones que nos causan dolor y cuando no se expresan, el corazón no avanza.Dejarse oír, aleje lo que le causa mal
Si hay algo que nos diferencia del resto de los animales es la posibilidad de hablar. La palabra, además de poder ser nuestra herramienta de expresión más distintiva, es también a veces la mejor cura que podemos tener para nuestro yo interior.
Hablar es dar nombre a lo que sentimos. En este sentido, una de las cosas que siempre nos va a hacer sentir mejor es agradecer por la posibilidad de que la capacidad de expresarnos en voz alta nos ofrezca. Así, podemos mostrar lo que duele, dejarlo salir y hacer que se vaya.Expresar lo que sentimos es una forma de liberarnos.
La expresión de nuestros sentimientos es la puerta de salida de todo aquello que no deja el corazón ser feliz. "Quiero llorar porque tengo ganas, como lloran los niños del último banco, porque yo no soy un hombre, ni un poeta, ni una hoja, sino un pulso herido que sonda las cosas del otro lado".- Federico García Lorca-
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Vestir una armadura no le hará más fuerteLos momentos en los que la vida cierra las puertas, incluso para nosotros mismos, hacen que perdamos las riendas de lo que somos.La única forma de volver a tomar las riendas es dejarse oír,gritar,si es necesario.Sabemos claramente que lloramos, dimos e incluso que nos odiamos. Como si tuviéramos la culpa de estar bloqueados y como si existiera algo más poderoso que nosotros, que nos obliga a callarnos y seguimos presos: no sabemos definir con certeza, pero está ahí.Porque lo que quería pasar con el título es que, cuando el dolor no se expresa, el corazón duele.Me duele porque todo sigue dentro, como si tuviéramos alfileres en las manos y, cada vez que nos tocáramos, nos espetáramos. "Y en medio de un invierno, finalmente aprendí que había un verano invencible dentro de mí.
- Albert Camus-
CompartirSin embargo, no nos damos cuenta de quetenemos dentro de nosotros un "verano invencible", un "yo puedo" que puede todo.
Lo que olvidamos es que el corazón de una persona necesita salir de vez en cuando, necesita que las ventanas estén abiertas para que se deje curar, sanar, cuidar y vestir.La sonrisa más difícil de expresar es el del alma. Cuando dejamos que el corazón no se cierre y nos abrimos a otras personas y al mundo, lo normal es que sintamos alivio y satisfacción progresiva. Experimentaremos una sensación tan placentera que, en las próximas horas, intentaremos actuar de forma similar.Cuando usted comienza a avanzar, poco a poco, usted verá cómo una sonrisa se va dibujando en su cara.Esa sonrisa le costó horrores; pero ahora usted sabe más bien que ninguna otra persona. Fueron necesarios llantos, sufrimiento y mucho esfuerzo personal para poder alcanzarlo. "Y, tal vez, si la sonrisa viene de muy profundo, usted puede llorar simplemente, sin terminar, sin desesperarse, sin convocar la muerte ni sentirse vacío. Llorar, sólo llorar. Entonces, su sonrisa, si aún existe, se convertirá en un arco iris. "- Mario Benedetti -Compartir
Dejamos salir de nuestro interior los colores oscuros y, cuando eso sucede, volvemos a ver un arco iris. Igual cuando llueve, porque
hay que llover para ver el cielo en su mejor versión.
En otras palabras,la sonrisa más difícil de expresar es el del alma
, porque si no se expresa, habrá algo dentro de nosotros que no nos dejará ser toda nuestra esencia. Cuando se hace eso, se descubre que usted debería amarse y que el mundo está ahí para ser aprovechado, sin límites y con tormentas.Créditos de la imagen: Kathy Hare, Lana Wynne, Sabine Pieper