Todos conocemos a una persona de nuestro círculo (o somos esa persona) que permanece soltero a pesar de tener todos los atributos de un "buen partido": físicamente hermoso, exitosamente profesionalmente, con finanzas sanas, etc. Muchos preguntan a esta persona por qué no establece una relación significativa, llegando incluso a dispensar potenciales candidatos que hayan surgido.
A pesar de todas las explicaciones que esa persona puede darnos, o que debemos dar, la respuesta más exitosa a nivel psicológico podría ser el viejo "miedo de amar". Hay al menos cinco razones por las cuales las personas evitan entrar en una relación:
Motivos por los que podemos tener miedo de amar
1 - Miedo del dolor
Es la primera y más común razón. Si nos apasionamos, corre el riesgo de ser heridos; nuestras defensas se derrumban para permitir que el otro nos conozca, y nosotros, por lo tanto, quedamos expuestos al sufrimiento. Además, todos los juicios negativos que tenemos sobre nosotros mismos comienzan a emerger. Si cuando los niños no recibimos amor suficiente o oímos de nuestros padres referencias de decepción, integraremos todo esto a las razones por las que podemos ser heridos.
2 - Miedo de no ser correspondido y de no corresponder
A pesar de oír continuamente que debemos amar a quien nos ama de la misma manera, la experiencia nos enseña que el amor no es necesariamente equitativo. Sin embargo, al correr el riesgo de entrar en una relación con alguien, incluso cuando creemos que no deseamos con la misma intensidad que se desea (o viceversa), abrimos la oportunidad de desarrollar un sentimiento más profundo. No debemos olvidar que el primer impulso en el amor es la pasión, un período corto que acaba fácilmente. El amor que se alimenta y ha de crecer garantiza una relación madura y duradera. 3 - Miedo de romper con los lazos familiares Consciente o inconscientemente, sabemos que tener un socio puede significar un paso mayor hacia la madurez, y eso a veces duele.
Aunque no tengamos que cambiar lejos de nuestros seres queridos o dejarnos de preocuparnos y cuidar de ellos, la relación exige nuestra atención y tiempo, los cuales ya no dedicar más a las personas de nuestra infancia. Para madurar y volverse independientes, tenemos que adquirir responsabilidades con nosotros mismos y con los demás.
Nos volvemos más libres, pero también más vulnerables. 4 - Miedos existenciales Cuando amamos, apreciamos el valor real de las cosas.Salud, sociedad y vida cotidiana parecen presentes de valores inestimables. Con eso, tomamos conciencia de que todo puede ser arrebatado en un instante, así como la vida. Curiosamente, amar a alguien nos hace más sensibles, y esa sensibilidad podrá "despertar" diversas áreas. Por ejemplo, el amor y las relaciones profundas tienden a concientizarse de la existencia de la muerte, tanto la nuestra como la ajena.
5 - Miedo de salir de la zona de confort
Es muy fácil acostumbrarse a la soledad y con la comodidad de continuar con nuestras actitudes rutinarias, incluso cuando no permiten que seamos felices. Sabemos que para tener una vida mejor, muchas veces tenemos que hacer cambios en nuestros hábitos y en nuestra manera de pensar, pero la inercia y el miedo al desconocido muchas veces nos hacen preferir quedarnos donde estamos. Vivir la experiencia del amor nos obliga a percibir cómo podemos ser felices si nos aventuramos a desistir de nuestro protagonismo y cambiar nuestra conducta. Y eso, por sí solo, puede ser aterrador para muchos. Para ser honesto, casi todas las relaciones nos presentan una infinidad de desafíos. Por esta razón,
si nuestra intención es construir un vínculo satisfactorio a largo plazo, es esencial que conozcamos nuestros propios miedos y la forma en que influencian nuestro comportamiento.
En muchas ocasiones, intentamos ocultar esos miedos a través de varias justificaciones de por qué una relación puede no funcionar. En otras palabras, nos auto-sabotamos, creando factores que inevitablemente limitarán el éxito de la relación. Al conocernos a nosotros mismos, nos daremos la posibilidad de encontrar y mantener el amor duradero que tanto anhelamos.