Esta acción mental compensatoria nos protege de la inundación afectiva e impide que las emociones de los demás nos arrastrar: un riesgo que las personas excesivamente empáticas corren. Desde este punto de vista, no podemos confundir "colocarse en el lugar del otro con asumir el lugar del otro". La empatía nos ayuda a comprender a las personas y sus problemas, pero puede ser realmente peligrosa cuando nos quedamos atrapados al otro. "Si el grado de implicación de una persona empática con otra no es adecuado, existe el riesgo de caer en lo que se llama" trampa del mesías ": amar y ayudar a los demás olvidándose de amarse y ayudarse a sí mismo". - Carmen Berry -
Ecpatia contra la manipulación Aunque pensemos que existen especialistas en inducir y transmitir emociones, la realidad es que no estamos indefensos: tenemos o podemos adquirir herramientas suficientes para que ese "secuestro" emocional no ocurra. Un secuestro emocional que, muchas veces, ocurre debido a la sensibilidad especial del secuestrado, y no por la intención del secuestrador de que el otro permanezca en ese estado. En ese sentido, no podemos confundir el contagio emocional con la empatía. La empatía administra la información que recibimos de los demás.
Si consideramos sólo los puntos de vista, deseos y emociones de los demás, la convivencia se vuelve desastrosa. Sin embargo, la empatía permanece incompleta sin la capacidad de administrar el contagio emocional y compensarlo a través de otra calidad mental.
Mientras la empatía implica "colocarse en el lugar de otro", la ecpatia significaría "colocarse en su propio lugar". Las dos cualidades son necesarias e importantes. La ecpatia es acción mental que nos protege de la manipulación o de las inundaciones emocionales de los demás, evitando que las emociones ajenas nos dominen. "La empatía es una respuesta afectiva más adecuada a la situación de los demás que a su propia situación".
- Martin Hoffman -
El punto de equilibrio en las emociones está entre la empatía y la ecpatia
Daniel Goleman, autor del libro 'Inteligencia Emocional', dice que la empatía es básicamente la capacidad de entender las emociones de los demás en las situaciones de los demás. Sin embargo, también resalta que, en un nivel más profundo, se trata de definir, comprender y reaccionar ante las preocupaciones y necesidades que están integradas en las respuestas y reacciones emocionales de las otras personas. La ecpatia es lo contrario y, al mismo tiempo, complementaria a la empatía. Este proceso voluntario nos ayuda a impedir el exceso de contagio emocional en determinadas situaciones, como cuidar de personas enfermas o en tragedias humanitarias. De esta forma, acabamos bloqueando el dolor, evitamos la manipulación mental o incluso la histeria colectiva. Por lo tanto, no todo contagio emocional es bueno para nuestra salud emocional.
Lo ideal sería regular la capacidad empática, no sólo en el sentido de mejorar la capacidad de comprender, sino también en el sentido de impedir o limitar la extensión de esta experiencia. Este desequilibrio puede ser perjudicial para la persona que es excesivamente empática. "Cuando la gente habla, escuche atentamente. La mayoría de la gente nunca escucha ".
- Ernest Hemingway -