Saber retirarse a tiempo cuando estamos ante una situación compleja, reflexionar, pensar en lo sucedido, comprender cómo nos sentimos, y volver a intentar nuevamente una vez que hayamos recuperado las fuerzas, es un acto de coraje.
Elegir el momento adecuado para salir de una relación, de una discusión con otra persona o de un trabajo que no nos satisface requiere fuerza de voluntad y superar el miedo a las consecuencias. A veces vivimos situaciones que nos desgastan y no somos capaces de salir para recuperar fuerzas.
La búsqueda de la felicidad
Hay circunstancias en las que hay que pensar en la propia felicidad personal y caminar hacia la paz interior para reconquistar fuerzas. Son situaciones donde es fundamental procurar tener coherencia entre lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. "La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos. " -Pablo Neruda-
La felicidad es un término que parece utópico
y lo remetemos al pasado" en el verano del año 2000 fui feliz ". Los investigadores de la psicología positiva llegaron a un consenso en cuanto a la definición del concepto de felicidad con base en tres aspectos:
Experiencias de afecto positivo frecuente (alegría, placer, amor, cariño). Experiencias de afecto negativo no frecuentes (tristeza, estrés, ansiedad, miedo, dolor).
- Activos niveles de satisfacción vital.
- Esto es,
- una persona feliz es aquella que vive muchas experiencias de afecto positivas, pocas negativas, y que se siente satisfecha con su vida. Sin embargo, no podemos olvidar que no existe una felicidad objetiva, sino un estado subjetivo de felicidad en cada uno de nosotros.
La búsqueda de este estado subjetivo de felicidad es lo que nos impulsa a irnos cuando percibimos que una situación es incómoda o simplemente no nos hace felices, ya volver una vez que hayamos recuperado nuestra energía vital. La inteligencia emocional y su valor para volver con más fuerza La felicidad del ser humano está directamente relacionada con ciertas emociones. Es ahí donde entra en escena la inteligencia emocional como la capacidad de comprender las propias emociones y las de los demás.
"La habilidad de hacer una pausa y de no actuar por el primer impulso se ha convertido en un aprendizaje crucial en la vida cotidiana."
-Daniel Goleman-
En cuanto a las emociones, hay especialistas que piensan que podemos controlarlas totalmente y otros que opinan que no podemos hacer nada para tenerlas bajo control. Sin embargo, también existen investigaciones que concluyeron que la forma en que la persona interpreta sus emociones puede cambiar la forma en que las vive. Por ejemplo, si usted tiene miedo de hablar en público, usted puede pensar que ese nerviosismo es negativo, pero si usted los interpreta como una voluntad de hacer la cosa derecha, es más probable que tenga éxito. Se trata simplemente de comprender cómo nos sentimos y administrar esas emociones a nuestro favor. No es una fuga, es una reflexión para poder volver
Muchas veces la soledad nos permite un tiempo de conocimiento de nosotros mismos, de reflexión sobre nuestras vidas.
La soledad nos da espacio y lugar para poder identificar nuestras fuerzas y fragilidades y trabajar en lo que necesitamos mejorar.
"Haz las paces con la soledad. Ella le agarra de la mano para que usted se conozca más, para estar frente a frente con su ser. Sólo por lo que no se puede considerar la soledad como una cosa negativa, sino como una colaboradora del proceso de autoconocimiento necesario en diferentes momentos de nuestra existencia. A veces necesitamos recuperar las fuerzas y la energía, volver a nuestros orígenes, y la paz de la soledad nos ayuda en ello.
El uso de la inteligencia emocional pasa por identificar nuestras emociones y estado de ánimo: reconocer cuando estamos aburridos, nerviosos o tristes, para poder actuar en el origen de la emoción y, en último caso, sobre la emoción propiamente dicho. A continuación presentamos algunas herramientas para administrar las emociones negativas. Piense en sus virtudes, y no en sus fragilidades
Si usted detiene para pensar por un momento en todo lo que usted dice cuando algo malo le sucede, se dará cuenta de que
es usted mismo que alimenta esa emoción y eso hace que, poco a poco, se vuelve mayor. Así, si al principio era fácil de administrar, cuando está contaminado todo puede transformarse en un gran desafío. Si usted comete un error en el trabajo, no es necesario torturar, sino aprender.
No dejes que el desánimo crezca; recuerde todas las veces en que usted hizo las cosas bien. De esa forma usted consigue relativizar lo ocurrido, administrando las emociones negativas, y podrá volver a su paz interior. "La razón es fría, pero ve con claridad. La emoción necesita dar calor, pero sin perder esa claridad. "
-J. Balmes-
Desvía su atención a otras cosas Así como sucede con los niños pequeños cuando lloran y tratamos de distraerlos con un juguete, si esa emoción negativa empieza a invadir,podemos concentrarnos en otra tarea para desviar nuestra atención y, volver a nuestra tranquilidad interior.
El control de la atención tiene un papel muy relevante para impedir que los ciclos emocionales negativos se retroalimenten.
De esta forma usted se aleja de la emoción negativa y se concentra en otro objetivo hasta que pase un tiempo y esa emoción vaya desapareciendo poco a poco. Es una estrategia que puede ser usada en algunas situaciones, porque es aconsejable administrar esa emoción y conocer su origen y su causa.
Apueste en la meditación
Diferentes investigaciones científicas demostraron que la meditación ayuda a prevenir los pensamientos y las emociones negativas. Meditar puede ayudarnos a administrar miedos ya reducir la ansiedad , ya que trabaja la respiración y la concentración.
Busque un lugar tranquilo, respire de forma pausada, sienta cómo entra y sale suavemente el aire de sus pulmones, mientras su mente y los músculos de su cuerpo empiezan a relajarse cada vez más. Practique la meditación todos los días y usted alcanzará buenos resultados poco a poco.