¿Quién nunca sintió una sensación persistente de irritación o rabia de alguien por considerarlo el causante de alguna ofensa o sufrimiento? En otras palabras, ¿quién nunca sintió resentimiento? Este sentimiento enraizado puede provocar un profundo rencor.
Estos sentimientos pueden causar desde una ligera incomodidad hasta un profundo malestar que puede dificultar o imposibilitar la relación con el ofensor. Es una venganza atenuada, no pretende herir o perjudicar, pero quiere mostrar al otro que tiene el "control de la situación". La amargura es un veneno que tomo con la esperanza de herir al otro.
CompartirCuando los filtros del resentimiento cambian la forma de mirar a otra persona
Esta sensación tiene uno de los más poderosos filtros de la mente humana.
Cuando el resentimiento se da cuenta de nuestras emociones, nos fijamos sólo en los aspectos negativos de la persona que consideramos la causante de nuestro dolor, olvidando su aspecto positivo y enfatizando sus características perjudiciales. El resentimiento actúa como un protector para nuestro dolor, devolviendo el control emocional perdido. El resentimiento se manifiesta cuando la gente cree que hicimos o dejamos de hacer algo que deseaban que hiciéramos. Muchas veces, también creemos que los demás deberían haber actuado de determinada forma y, cuando esto no sucede, nos sentimos ofendidos y sufrimos mucho.El resentimiento se basa en una interpretación muy personal de lo que otros hacen, y las consideraciones cambian dependiendo de la perspectiva a través de la cual miramos al otro. Sólo rechazando ese estado emocional y todo lo que nos rodea podemos analizar correctamente el comportamiento de las personas y todo lo bueno que ellas nos muestran, porque es tan real el sufrimiento causado como las buenas acciones practicadas.
Para vivir lejos de los conflictos necesitamos cambiar los filtros del resentimiento,
porque no hay filtros más perjudiciales que aquellos que utilizamos en este estado emocional reflexivo. Si tenemos que elegir un filtro para mirar al otro, que sea el del cariño. Puede ser que también distorsione nuestra forma de mirar al otro, pero será de una manera más productiva y todos se sentirán mejor; tanto tú como la otra persona. "El resentimiento aparece cuando culpamos a los demás y no asumimos la responsabilidad por nuestras propias experiencias". -Louise Hay-
¿La gente te hace sentir culpable? Corte la manipulación Provocar la culpa en alguien para que ella se comporte como nosotros queremos es una forma de manipulación tan antigua como el inicio de los tiempos. Culturalmente aprendemos que cuando "cometemos un error" somos castigados, y que no existe una mejor forma de provocar la culpa en los demás que a través del resentimiento.
Creyendo que la culpa exige un castigo o obligación de compensar o reparar el mal que causamos a alguien, el ciclo emocional de la culpa acaba convirtiéndose en un laberinto emocional. Este laberinto emocional fortalece a la persona que, con su resentimiento, nos provoca un sentimiento de culpa tan grande que, sin darnos cuenta y en poco tiempo, quedamos expuestos a su manipulación.
Si nos sentimos culpables por cosas que hicimos o dejamos de hacer, estaremos dejando de vivir nuestras vidas con autenticidad.
Estaremos viviendo en la distorsión del "tengo que", "debo hacer", y posiblemente nuestra vida se transformará en lo que los demás quieren de nosotros, renunciando al camino de nuestros propios intereses.
Obviamente todos nosotros cometemos errores de los cuales no estamos particularmente orgullosos, pero mirar atrás en recriminando por el mismo error es una pérdida innecesaria de energía que no trae nada positivo. Para no sentir culpa, bastará asumir el control de su vida y de sus pensamientos, sin juzgar a sí mismo, sin los filtros del resentimiento y de la distorsión que los demás ven en nosotros, porque ahora ya sabemos que esos filtros están distorsionados.El alma perturbada lleva en la culpa su castigo.