Usted es mucho más de lo que veo, es lo que me hace sentir

Las personas no son sólo lo que vemos superficialmente: son lo que nos hacen sentir a través de sus miradas brillantes, de sus palabras ciertas y abrazos cariñosos donde nos sentimos protegidos. Son personas que exhalan un poder emocional sanador y esencial, que son capaces de sacarnos de nuestra letargo y tristeza.Todos nosotros ya experimentamos esa sensación alguna vez en la vida: conocer a alguien que a primera vista parece una persona "sin gracia" e incluso desinteresada por su aparente introversión, por su falta de coraje o espontaneidad. Sin embargo, poco a poco descubrimos matices desconcertantes, detalles coloridos y aspectos mágicos que terminan trayendo una felicidad diferente, osada, e incluso transformadora.

"Que alguien te haga sentir sin tocarlo, eso es admirable". -Mario Benedetti- Las personas son mucho más que las características de una cara o ropas que cubren sus cuerpos.

El ser humano posee una energía única y excepcional que trasciende la fuerza que invade nuestro corazón o que permite que nuestros pulmones realicen el cambio gaseoso con la sangre. Mucho más allá de las funciones orgánicas, son esas emociones que definen quiénes somos y cómo nos relacionamos con el mundo.
La forma en que transmitimos nuestras emociones a otras personas es un poderoso canal que merece ser cuidado con cariño y autoconocimiento. A continuación, explicaremos cómo disfrutar de una mejor calidad en sus relaciones interpersonales.

Los sentimientos que provocamos en los demás: el contagio emocional Todos transmitimos mensajes emocionales sin darse cuenta.

Nuestra apariencia, nuestros gestos o la forma en que nos movemos o miramos a otros crean un microuniverso emocional, donde no necesitamos palabras para transmitir informaciones concretas. En realidad, y eso siempre debemos recordar, mucho antes del desarrollo del lenguaje los seres humanos usaban las emociones como única forma de comunicación. "Me gusta usted porque usted me hace sentir bien, y yo no soy de aquellos que se dan bien con cualquier persona".

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La expresión facial de miedo, por ejemplo, colocaba al grupo en alerta de peligro, las lágrimas y una postura encogida relataban un dolor, una necesidad que necesitaba ser atendida. Sin embargo, con el advenimiento de un lenguaje más sofisticado, ese gesto exagerado no sólo se redujo, pero también dejó de ser tolerado. El mundo civilizado exige la inhibición de las emociones, porque su expresión instintiva se considera algo primitivo

, algo que es necesario "controlar" y esconder en nuestros espacios privados y de soledad ...Las emociones garantizan nuestra supervivencia como grupo

Por otro lado los estudios realizados en el campo de la cognición social nos muestran algo que es bueno recordar: las emociones no son sólo un mecanismo de alivio o de expresión personal. Por encima de todo, ellas constituyen un mecanismo de supervivencia, porque a través de ellas "contagiamos" a los demás, transmitimos informaciones, los envolvemos con nuestra felicidad para que sientan alegría o dejamos que vean nuestras tristezas y dolores del alma para que nos ayuden. De esta manera, ponemos en marcha el motor de la cooperación que nos permitió sobrevivir como especie, que moldeó una arquitectura cerebral casi perfecta donde las neuronas espejo nos ayudan a aprender, a imitar ya identificar las emociones ajenas. Sin embargo, si optamos por inhibir las emociones, por no mirar en los ojos de las personas con quienes hablamos o bajar la cabeza cuando vemos a un compañero de trabajo sufriendo escondido,

iremos contra nuestro propio concepto evolutivo.

Nos esconder en nuestras orgullosas islas de soledad creará una ecología emocional donde sólo la infelicidad crece. Usted me hace sentir bien, me proporciona emociones positivas Curiosamente,

no hay muchos estudios para decirnos cómo funciona este maravilloso mecanismo del contagio emocional.

Hasta el momento, lo que sabemos es que los demás nos hacen sentir emociones positivas o negativas a través de lo que se conoce como "sistema de reflejo" (neuronas espejo). En este cuadro complejo, los neurólogos enfatizan la ínsula como la estructura responsable del proceso e interiorización de los estados emocionales de las personas que nos rodean. "Sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no entregarlo". - William Arthur Ward -Además, estas estructuras son muy resistentes a los daños degenerativos. Esto explica, por ejemplo, por qué los pacientes de Alzheimer permanecen receptivos al mundo emocional. Un toque, un abrazo, un gesto cariñoso y una presencia que les transmite calma y cariño se transforma, en última instancia, en el único lenguaje que ellos entienden y responden. Por otro lado, las emociones positivas desempeñan un papel muy importante en la educación. Un recién nacido, por ejemplo, comenzará a entender el mundo sobre la base de los sentimientos que los padres provocan. Las emociones basadas en el contacto físico, en el cariño que consuela el llanto, que atenúa los miedos y atiende a todas sus necesidades afectivas, proporciona día tras día un desarrollo neurológico adecuado.

Para concluir, las emociones positivas alimentan, crean vínculos, curan los miedos y construyen una fuerte conexión en toda relación de pareja estable y feliz. Aprendamos entonces a ser creadores y mediadores de ese afecto altruista, de esa consideración basada en la empatía y reciprocidad, donde intuir las necesidades del otro y dar cariño, respeto y la felicidad simple, encaja en todas las situaciones cotidianas.