3 Actividades que cuidan de su cerebro

Todos sabemos que el ejercicio es maravilloso para el cerebro. La actividad física oxigena, estimula la circulación, y eso es beneficioso para este órgano. Aumenta e intensifica las funciones intelectuales y la percepción. Pero eso no es todo: también inhibe la producción de cortisol, la hormona del estrés, y eso equilibra las emociones. Otro de los beneficios que la actividad física ofrece al cerebro es la de

propiciar un estado de bienestar y felicidad. Esto se debe al hecho de que en un cierto punto, el ejercicio estimula la producción de serotonina. Este cambio químico permite experimentar un gran confort emocional. "Bailar es como soñar con sus pies".

-Constanze-
En relación al tema, se realizó un interesante estudio en los Estados Unidos.

Los investigadores querían analizar cuáles eran los beneficios de caminar, bailar y hacer estiramientos. Ellos se preguntaban cuál de estas tres actividades tenía efectos más positivos. Para descubrir, hicieron un experimento con un grupo de voluntarios. Seguimos lo que se hizo y cuáles fueron las conclusiones. El experimento sobre la actividad física y el cerebro

El primer paso fue formar un grupo de 174 voluntarios. Todos ellos eran personas de más de 60 años, y algunos tenían más de 70. Se sabe que a esta edad hay una degeneración de la materia blanca del cerebro. Esto tiene diferentes efectos, como dificultades de memoria y deterioro de las funciones cognitivas.

Todos los voluntarios eran personas sedentarias.

La mayoría de ellos no hacía actividad física. Los que hacían ejercicios sólo los practicaban esporádicamente y por períodos muy cortos de tiempo. Era un grupo ideal para verificar los cambios causados ​​por la actividad física en el cerebro. Al principio todos pasaron por una prueba aeróbica. También se realizaron exámenes para evaluar su capacidad cognitiva y la velocidad con la que conseguían procesar datos que se suministra en el laboratorio. Estas pruebas fueron la base que permitía establecer en qué estado estaban al comienzo del experimento.

Las actividades físicas comparadas

El grupo de voluntarios se dividió en tres subgrupos.

No se ha seguido ningún patrón, y los grupos se formaron aleatoriamente. El primero comenzó un programa de caminata. Los miembros deberían hacer un paseo, en pasos rápidos, durante una hora tres veces por semana. El segundo subgrupo era el de los estiramientos.

Ellos hicieron ejercicios de estiramiento muscular, también tres veces por semana. Además, hacían ejercicios supervisados ​​de equilibrio de otras habilidades menores. El tercer grupo debería ir a un estudio de danza tres veces por semana.

Ellos no sólo deberían bailar, sino también aprender una coreografía, que iba aumentando de complejidad. Tomaron sobre la base de un ritmo nada simple: el country. Los resultados del experimento

El experimento se mantuvo durante seis meses continuos para los tres grupos, de forma invariable.

A lo largo de este tiempo, se realizaron diversas tomografías y resonancias magnéticas en los participantes para verificar qué cambios habían ocurrido en el cerebro. Algunos resultados eran los esperados, pero otros fueron realmente sorprendentes. En el comienzo, lo más notable es que la materia blanca del cerebro estaba más deteriorada en todos aquellos que habían llevado una vida más sedentaria al comienzo del experimento. Después, lo más visible fue que hubo mejoría en todos los participantes.

Todos ellos obtuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas y de memoria que se aplicaron al final del experimento. La gran sorpresa se presentó cuando se observaron los resultados del tercer grupo , o sea, lo que se había dedicado a hacer una coreografía compleja de danza.

Todos sus índices eran superiores a los de los demás.Los expertos resaltaron que esto se debía al hecho de que era una actividad física acompañada de una mental, social y lúdica. Por lo tanto, era más integral. De hecho, en muchos participantes se observó un aumento de la densidad de la materia blanca en el cerebro. Agnieszka Burzynska, una de las líderes de la investigación, indicó que ya se había hecho un estudio similar en 2014. En aquella oportunidad fue posible comprobar que cuanto más tiempo una persona permanece sentada, más se deterioraba su cerebro, aunque hacía ejercicios. Por lo tanto, la gran conclusión es que el sedentarismo afecta negativamente al cerebro. Además, la actividad física la reactiva y la danza es mucho más eficaz que otros tipos de ejercicios.