"Engañar es muy fácil; lo hago desde hace más de 50 años y es extremadamente fácil si usted sabe cómo hacerlo. Sin embargo, contar una mentira y hacerla parecer verdad no es una tarea fácil, pues nuestra mente puede sentirse incómoda por traicionar una de las características que la mayoría de nosotros valoriza mucho: la sinceridad.Por otro lado, cuando tomamos a alguien mintiendo nos sentimos pequeños y vulnerables. Nos desconfiamos de todo el mundo y creamos un escudo protector que nos rompe por dentro. Debido a eso, muchas veces perdemos la oportunidad de disfrutar de buenos momentos con personas interesantes: dudamos de todo lo que nos hablan.
Aprendemos desde temprano que la mentira es una manera fácil de obtener ganancias con poco esfuerzo y evitar represalias
. Pero la mentira puede volverse contra nosotros mismos.Se realizó un estudio en la Universidad de Los Ángeles en 2004 que concluyó que incluso las personas más honestas mienten varias veces al día en la realización de sus tareas cotidianas.
Todos mentimos y podemos ocultar información, que es una forma más sutil y aceptada de mentir. "Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa". -Alfred Adler- Compartir
Establecer consecuencias serias impide la mentiraDentro de las relaciones personales y la pretensión de crear un ambiente consistente a nuestro alrededor, donde la mentira no sea la protagonista, los expertos concuerdan que la prevención es una de las claves. Pero, ¿qué hacer cuando nos encontramos con los "mentirosos profesionales"?La única forma de evitar que una persona continúe mintiendo es establecer consecuencias serias que hagan que ella desista de seguir engañando.
Antes de establecer las consecuencias, hay que descubrir quién está mintiendo. Actualmente, muchos estudios sociales disponen de herramientas que podemos utilizar para conocer las características que delatan a un mentiroso.
Para empezar, destacaremos una de las principales características de las personas que ocultan informaciones o alteran la verdad y están constantemente a la defensiva: ellas se muestran temerosas de colaborar y dar explicaciones. El contacto visual
Normalmente, cuando intentamos ocultar alguna información nos bloqueamos tanto interna como externamente, y nuestros gestos parecen poco naturales
. De esa forma, las personas que nos conocen, aunque no puedan decir lo que es, tienen la sensación de que algo está mal. Terminan sospechando de nuestras palabras o atribuyen nuestra incomodidad a muchos otros factores. Los buenos y calificados mentirosos aprenden a controlar de alguna manera el lenguaje corporal
o, si creen que son incapaces de control, usan otros medios como una llamada telefónica, un e-mail, un billete, para evitar las sospechas. Sin embargo, aquellos que son menos hábiles demuestran una expresión forzada y poco natural, evitan sentarse delante de la persona con la que están hablando y adoptan en los dos casos una posición defensiva. En su mente, imaginan mil maneras de ser flagrados mintiendo y quieren estar preparados para que eso no suceda.
Esquivándose de explicaciones y respuestas Cuando mentimos, el uso de palabras imprecisas en la distancia de los hechos reales.Esta falta de detalles tiene el objetivo de dificultar cualquier tipo de investigación. Por otro lado, impide contradicciones que puedan levantar sospechas; cuando no damos muchos detalles tenemos menos información para almacenar en nuestra memoria.
La verdad es que todos nosotros, hasta los más sinceros, cometemos errores e imprecisiones. Pero si alguien nos pide más explicaciones acerca de alguien o algún hecho, no tenemos ningún problema con la nueva información. Podemos hacerlo tranquilamente. Por otra parte, la persona que está mintiendo va a hacer todo lo posible para no dar segundas explicaciones:
queda bloqueada y no puede recordar los hechos correctamente. "El espíritu cree naturalmente y la voluntad ama naturalmente; de modo que en la falta de objetos reales, hay que apegarse a los falsos ".
-Blaise Pascal-
Compartir