El coaching zen es una propuesta que implica la fusión de dos enfoques. Por un lado, la disciplina del coaching que se dedica a hacer seguimiento, instruir y entrenar a las personas para que ellas puedan alcanzar sus objetivos. Esta es una construcción de occidente. Por otro lado,
el zen, un sistema filosófico milenario oriental que busca principalmente el despertar de la conciencia. Tal despertar se entiende como el fruto de una evolución individual subjetiva, cuyo propósito es alcanzar la paz y la armonía. El coaching ayuda a enfocar y planificar objetivos motivadores para superar y salir de la zona de confort, mientras que el zen equilibra a nivel emocional y ayuda a vivir en el presente con plenitud.
-Javier Carril-
El coaching zen busca potenciar el desarrollo de la mente y del espíritu, con el fin de alcanzar aquellos objetivos que nos hacen más felices.
A partir de este enfoque, hay 8 aspectos esenciales para entrar en el camino del crecimiento. Son los siguientes. 1. Desafiar los propios prejuicios, algo indispensable en el coaching zen
Todos estamos llenos de creencias infundadas.
Ni los más racionales están a salvo de eso. Lamentablemente, muchos de estos prejuicios se transforman en una gran limitación para avanzar en la vida. Desafiar nuestros prejuicios no es nada fácil. Para hacer esto, primero tenemos que reconocerlos, explorando aquellas "verdades" que siempre asumimos como obvias o incontestables.
Después, tener la disposición para evaluar la legitimidad de las mismas y de cambiar de enfoque si no hay razones para mantenerlas.2. Tratar metas en tres ámbitos El coaching zen indica que
usted debe trazar objetivos en tres dimensiones: ser, hacer y tener.
El ámbito del ser está relacionado con los valores, las habilidades y los niveles de evolución que cada uno desea alcanzar. El hacer tiene que ver con las acciones que se pretende realizar, con los resultados concretos que se desea alcanzar. El ter, a su vez, se refiere al mundo material, al que se desea poseer. Es importante que todos estos objetivos se planifiquen de forma precisa y no general. También es fundamental que se establezca un plazo determinado para alcanzarlos. Un mes, un año, cinco años, etc. La definición y el plazo son fundamentales. 3. Reconocer la imposibilidad de cambiar algunas cosas. La vida tiene sus propios límites. El primero de ellos es la muerte, frente a la cual no podemos hacer nada.
Hay otras barreras completamente infranqueables que debemos aprender a reconocer y aceptar. El coaching zen nos advierte que si no conseguimos identificar esos deseos imposibles y renunciar a ellos, es posible que seamos muy infelices.
Gastaremos mucha energía con foco en algo que no podemos lograr. Esto nos aleja de muchas metas importantes que, en realidad, serían alcanzables.
4. Situarse en el presente Situarse en el momento presente no significa perder la perspectiva. Todos venimos de un pasado que nos moldeó e hizo de nosotros lo que somos. También actuamos en función de realizar proyectos y metas para el futuro.
Lo que el zen coaching nos enseña es que en el plano de acción, debemos enfocar el presente. El pasado está en la mente, así como el futuro. La acción, a su vez, está en el aquí y ahora.
El presente es la vida como tal, por eso es indispensable estar en él.
5. Asumir la responsabilidad
Siempre ganamos mucho cuando logramos asumir la responsabilidad de nuestros actos y de nuestra vida, cuando paramos de vencer y de agarrarse a pretextos externos para justificar lo que no podemos ser o hacer. Asumir responsabilidad significa ser capaz de aceptar el hecho de que nuestra vida es fruto de nuestros errores y aciertos.
De nadie más, sólo de nosotros mismos. Aunque no tengamos control sobre todo lo que sucede, podemos trabajar la forma de lidiar con los acontecimientos. 6. El tiempo es el bien más valioso que el ser humano posee. De alguna manera, es el único bien que poseemos de verdad durante nuestra vida. Muchas veces no somos conscientes de ello y lo desperdiciamos de manera irracional.
Apropiarnos de nuestro tiempo esdarle el valor que le corresponde.
Eliminar, sin compasión, todas aquellas actividades irrelevantes o que poco contribuyen. Dar un lugar a todo lo que hay de importante en vez de desperdiciar inútilmente. 7. Poner empeño en el paso a paso Cuando entendemos que las grandes conquistas se construyen paso a paso, comenzamos el camino de alcanzar lo que nos proponemos.
El coaching zen nos invita a ser conscientes, pacientes y disciplinados
en el camino hasta lo que deseamos. Toda gran meta se compone de pequeños pasos.
Cada paso es un escalón en esta larga cadena de acciones que nos llevan a nuestro propósito. La forma en que se logra alcanzar algo es aplicando el viejo dicho: sin prisa, pero sin pausa. 8. Tomar decisiones y pasar a la acción La incertidumbre es una realidad permanente. Nunca sabremos bien si elegir un camino es mejor que elegir otro. Sin embargo, si pasamos mucho tiempo ponderando, lo más probable es que entremos en una fase de parálisis. Por esta razón, el coaching zen insiste en la importancia de tomar decisiones.
Reflejar es importante, pero luego hay que pasar a la acción.
Muchas veces sólo los hechos pueden aclarar nuestras dudas. Todos estos aspectos nos llevan finalmente a la conclusión de que vivir mejor no es tan difícil. El coaching zen nos enseña, principalmente, que se trata sólo de aceptar la realidad tal como es, y de lidiar con ella de una forma constructiva. Todo el resto viene por añadidura.