Ser gentil, agradecido y generoso, ayuda a mejorar la vida de las personas a su alrededor, y también a su propia vida. Si usted entra en una tienda y agradece al empleado por sus servicios en un tono bajo, casi inaudible, seguramente recibirá una respuesta similar. Si lo hace en un tono claro y con una sonrisa en los labios, el empleado recordará su amabilidad y guardará buenos recuerdos. Lo que hacemos y lo que sentimos no afecta sólo a nosotros mismos, sino también a aquellos que nos rodean. Sonríe para las personas y ellas van a sonreír de nuevo.Cuando alguien es amable, vive mejor, por el simple hecho de que esa actitud produce satisfacción y lleva a la armonía personal. Eso es algo básico que todos saben, pero acabamos olvidando. Una actitud positiva ante la vida es contagiosa. Por lo tanto, si un amigo está enfermo, debe ser apoyado. Ayúdelo a ver que siempre hay una salida y que los cambios pueden ser positivos. La amabilidad produce paz y es contagiosa.
Ante un gesto gentil, el otro termina tranquilizándose. No siempre es fácil ser amable
Cuando pasamos por momentos difíciles, no conseguimos actuar de esa forma.
Necesitamos reflexionar, meditar, conversar con los familiares y las personas que nos rodean. No importa lo que suceda, que le ayudará a ver la luz al final del túnel. Haga porque le gusta
La felicidad no es un estado permanente. Es difícil mostrarse simpático y alegre cuando la vida está complicada, pero no es imposible. Tenga el objetivo de dar un paso por día. Si usted no sonríe, esa situación no va a cambiar.
La mejor manera es sonreír para la vida y no esperar nada a cambio. Sonríe por la satisfacción de sonreír, ese es el secreto. En realidad eso es lo que dice la canción de Bongo Botrako "Dé la vida más de lo que ella le da". Sonría más para las personas, para la vida, sea gentil y generoso.