Podemos confiar en nuestra intuición?

¿Hay mucho material para ayudarnos en la planificación a la hora de resolver problemas, pero qué es lo que llamamos intuición? Es algo que trasciende la razón. Si buscamos en el diccionario por los términos relacionados con las intuiciones, aparecerá la palabra "presentir". La definición que acompaña la palabra habla de intuir, adivinar o tener la impresión de que algo va a suceder.

Sí, tenemos la capacidad de tomar decisiones en cuestión de segundos y no errar. Por lo tanto, parece imposible que un mecanismo que contribuya de forma tan importante a nuestra supervivencia sea gobernado por la suerte. Principalmente si tomamos en cuenta la cantidad de veces que ese mecanismo acierta. "Por medio de la intuición venceremos la hostilidad aparentemente irreductible que separa nuestra carne humana del metal de los motores". - Filippo Marinetti-

La fragilidad de la intuición
Sabemos que

no siempre podemos confiar en nuestras primeras impresiones.

Todos guardamos en la memoria varias veces en las que confiamos en ellas y ellas acabaron fallando. Por otro lado, también sabemos que nuestra intuición trabaja con heurística o atajos que, por su carácter globalizado y generalista, pasan lejos de ser precisos. "Probamos por medio de la lógica, pero descubrimos por medio de la intuición". Por otra parte, la intuición siempre fue un mecanismo más asociado a la mujer (por eso mismo utilizamos en el lenguaje popular la expresión "intuición femenina"). Además, siempre pensó ser algo "mágico": una habilidad o un don. Sin embargo, aunque la ciencia no ha podido explicar ciertas situaciones, sabemos que su funcionamiento tiene una explicación más cercana y comprensible que la magia.

Los mecanismos de asociación que tenemos en nuestro cerebro, muchos de ellos rápidos y veloces, se encuentran en la base de nuestra intuición. Son rápidos así porque son capaces de trabajar con una gran cantidad de información y porque, además, pueden hacerlo en un foco lejos de la atención de nuestra conciencia.
¿Es posible influenciar los pensamientos rápidos?

La historia de Abbie Conant, contada por Malcom Gladwell en su libro "Inteligencia Intuitiva", no es sólo una historia de lucha contra el machismo en la música.También es un reflejo de cómo es posible favorecer la intuición cuando la razón se interpone. Abbie tocaba trombón - un instrumento históricamente masculino - en Italia, en el año 1980. Envió muchas solicitudes para orquestas europeas y sólo la Orquesta Filarmónica de Munich respondió.La audición fue hecha detrás de una cortina, porque uno de los aspirantes era hijo de una persona conocida por los jurados. Abbie Conant interpretó el papel de concierto para trombón, de Ferdinand David, y se equivocó en una nota. A pesar de haber salido pesimista de la prueba, fue elegida para formar parte de la orquesta.

"El intelecto confunde la intuición".

- Piet Mondrian-

Los expertos musicales reconocieron, en cuestión de segundos, la calidad de una interpretación. Después de escuchar la pieza tocada por Conant, tuvieron tanta certeza que no quisieron oír ninguna otra. La mayor sorpresa para ellos fue cuando pidieron que el trombonista escogido saliera detrás de las cortinas y una mujer apareció en el escenario.

Una mujer que, en sus mentes, no podía tener la capacidad necesaria para tocar tal instrumento. A pesar de haber contratado, la hicieron pasar por innumerables pruebas para finalmente llegar a las cortes y ser reconocida. Este es un ejemplo de cómo podemos manipular nuestro entorno para dejar que la intuición fluya. La cortina es el secreto en esta historia.

Al anular parte del pensamiento, sobró únicamente la sensibilidad y la pureza.
Sin la cortina, el valor de Abbie sería perjudicado por uno de los ogros de la intuición: el prejuicio.

La importancia de abrir espacio en el camino hacia intuiciones confiables

A pesar de todo lo que ya hemos dicho, generalmentela intuición suele ser confiable cuando tenemos poco tiempo para tomar una decisión.

Imagínese que le ofrecen un cambio de departamento en la empresa en la que trabaja y, además, dicen que es una decisión que usted necesita tomar con urgencia porque necesitan cubrir este nuevo puesto de trabajo. En los casos en que no tenemos tiempo para tomar una decisión, confiar en nuestra intuición es la opción más adecuada.También es un buen aliado en los procesos en los que hay una gran cantidad de información. Tanto que es imposible colocarla en una balanza donde podemos igualar a la razón. En estos casos, la intuición, al trabajar en una parte alejada del foco de nuestras emociones, tiene un mayor poder para darnos una solución a partir de la cantidad de información, sin saturar nuestro sistema lógico. La intuición no está libre de ser alterada por contextos culturales, preconceptos o emociones incontroladas

. Dicho de otra manera, puede hacer muchos trucos. Por esta razón, podemos convertirla en un recurso, pero nunca en una única solución. Hay ciertas situaciones para las cuales es mejor, teniendo tiempo suficiente, tomar una decisión pensando conscientemente.

Finalmente, podemos concluir que podemos mejorar nuestro proceso intuitivo tratando de identificar las asociaciones rápidas con las que la intuición trabaja, probándolas. Podemos ver hasta qué punto los votantes de determinado partido político se identifican con una determinada característica, o hasta qué punto los habitantes de determinado país siguen una costumbre que los identifica como tal.

Mejorar y esbozar este tipo de asociaciones hará que nuestra intuición trabaje de forma más eficiente

, ya que las asociaciones rápidas con las que vamos a poder contar en nuestro cerebro serán más precisas. "Vive no de acuerdo con las ideas recibidas, sino con vuestras aspiraciones, con vuestra intuición vehemente."

-Antonio Gala-