Muchas personas consideran imposible que un niño caiga en las garras de la depresión :"¿Cómo los niños van a ser deprimidos si no tienen responsabilidades ni preocupaciones?Si tienen todo ... " . Según datos de investigaciones recientes, 1 niño de cada 100 y 1 adolescente de cada 33 sufren de depresión.El problema más grave es que sólo el 25% de los niños y adolescentes con depresión son diagnosticados y tratados. Un porcentaje tan bajo es consecuencia del hecho de que a menudo los adultos menosprecian o ignoran este problema o incluso se realizan diagnósticos erróneos.
Un diagnóstico erróneo común es lo que sucede cuando el niño se diagnostica con TDAH (trastorno del déficit de atención con la hiperactividad) en lugar de depresión. La sintomatología depresiva surge a partir de ciertas vulnerabilidades personales o se refleja en ciertas vulnerabilidades personales. Es decir, por no tener algunas habilidades sociales, emocionales o cognitivas y en situaciones que pueden requerir alto desempeño si tomamos en consideración el nivel de la persona, en el caso del niño, ella puede sentirse incapaz de responder, bloqueada. Todo esto genera una fuerte carga de estrés y una cadena de emociones de valencia negativa, como la tristeza, la falta de sentido, la inutilidad, la fragilidad, el vacío o el peligro, entre muchas otras.
"La depresión es una prisión en la que usted es tanto el prisionero como el cruel carcelero." -Dorthy Rowe-
¿Qué caracteriza a un niño deprimido? De la tristeza al trastorno depresivo hay un amplio espectro. La tristeza, la ansiedad, la hostilidad y la rabia son emociones normales, adaptativas y comprensibles, necesarias en ciertos momentos y que pueden reflejarse en comportamientos. Por ejemplo, el miedo es la emoción del peligro y la tristeza es la emoción de la pérdida. No son emociones perjudiciales en sí: ellas nos ayudan a adaptarse a lo que sucede a nuestro alrededor, a estar seguros si sentimos peligro o escribir una historia, nuestra historia, en la que toda pérdida acaba recibiendo un sentido.
No se pueden categorizar las emociones como enfermedades. Todos los niños y todos los adolescentes están tristes en algún momento, incluso ya han llegado a sentir síntomas de depresión, pero un trastorno depresivo es más que eso.Es importante saber distinguir entre tristeza y una posible depresión infantil. Para ello,
se debe tener en cuenta la frecuencia, la intensidad y la duración de los comportamientos
, así como del malestar de los niños, como esto interfiere en su rutina (si es que interfiere), si el niño presenta irritabilidad, poco apetito, problemas para dormir, agitación y síntomas psicofisiológicos o motores. En la depresión infantil es frecuente la rabia y la irritabilidad
, mientras que en adultos suelen aparecer la tristeza y el desconsolo. Otro síntoma diferente en los niños es la agitación. En el caso de los adultos con depresión se produce una disminución de la velocidad motora y mental, mientras que en los niños es común una mayor activación (por lo que, en cierta medida, la confusión en el diagnóstico con TDAH). Debido a este cambio de sintomatología, la depresión infantil pasa desapercibida o se confunde con otro tipo de problema de comportamiento.
Muchos niños van a consultas porque no tienen ganas de hacer cosas, están muy irritadas, bravas, presentan somatizaciones (dolores de cabeza, dolores de vientre, vómitos, diarreas, etc.). La información más confiable que podemos obtener en relación a los pensamientos y las emociones del niño es a través de ella misma. Los adultos de su entorno, en cambio, podrán informar mejor sobre comportamientos observables y momentos específicos.
Algunos factores de vulnerabilidad son la falta de habilidades sociales, un déficit en la solución de problemas, el aislamiento social, un autoconcepto negativo, dificultades interpersonales con familiares o colegas y actitudes disfuncionales con pensamientos de culpa. Es frecuente que el estado emocional en el cual se alimenta de la "rumia" de ciertos pensamientos, como "todo va mal conmigo, yo soy un desastre, la vida no vale la pena, es todo culpa mía"."Recuerde siempre que usted es mayor que sus circunstancias, usted es más que cualquier cosa que pueda suceder con usted."
-Anthony Robbins- Teoría del desamparo aprendido y la depresión infantilEstamos criando niños indefensos.
Un día son recompensadas y en el otro castigadas por el mismo comportamiento. Acontecimientos hechos a su alrededor y nadie les explica sus orígenes. No se colocan límites ni se enseña a tolerar ya lidiar con la frustración. Es muy importante transmitir a los niños que para conseguir lo que nos gusta es necesario esforzarse, esperar, dedicar tiempo, trabajar, errar y tratar de nuevo. Este aprendizaje se da a través de las experiencias personales, pero si damos todo listo, esas ricas experiencias serán reducidas a su mínima expresión. Es cuando surgen los problemas de comportamiento, explosiones de rabia, inestabilidad en el estado de ánimo, falta de control de impulsos y un largo etcétera.
Los diferentes elementos (comportamientos, objetos, personas ...) asumen el valor que les damos y ese valor también depende del esfuerzo y del sacrificio que se han realizado para conquistarlos. A lo largo de los años, ya medida que crecimos, aprendemos a establecer relaciones entre nuestros actos y las consecuencias que tienen.
Esto es fundamental porque es lo que nos da la sensación de control y posibilita la autoeficacia. Es claro que no todo está en nuestras manos, pero sí podemos hacer muchas cosas para conducir nuestra vida.
Si los niños no perciben esa relación, se sentirán desamparados. Si no aprenden los posibles resultados que existen ante sus actos y si las consecuencias son aleatorias o difusas, se sentirán completamente perdidas. En las teorías del desamparo aprendido, se ha demostrado que lo más importante es la percepción, es decir, percibir que lo que hacemos tiene consecuencias sobre lo que recibiremos posteriormente. Por ejemplo, si percibimos que el esfuerzo es una cosa importante para conquistar nuestros objetivos, entonces el esfuerzo va a aparecer en nuestros actos, pero si el niño percibe que los resultados dependen de la suerte, va a asumir la creencia de que actuar es inútil e innecesario , se convertirá en un ser vulnerable. Para prevenir la depresión infantil, los niños necesitan sentir que lo que hacen tiene consecuencias esperadas para el medio y para ellas mismas.
Creencias disfuncionales en la depresión infantil Las creencias disfuncionales son valores sobre los cuales nuestra autoestima se apoya.
Los niños aprenden distorsiones en sus propias creencias desde pequeñas
, por ejemplo "Si usted no es el primero, será un perdedor y si usted es un perdedor, usted no vale nada". De esta manera, condicionamos nuestra interpretación de la realidad y de nosotros mismos. Cuando un niño coloca su propia autoestima en ideas imposibles, tarde o temprano, está condenada a sentirse frustrada, deprimida, incompetente o inútil porque siempre habrá alguien más elegante o más bonito, porque los errores son inevitables y porque no se puede satisfacer todo el mundo.
Los niños necesitan aprender desde pequeños a ponderar. No es necesario ser la perfección absoluta ni el desastre completo. No podemos estar cien por ciento en todo momento, pero tampoco podemos dejar todo de lado. La vida no es en blanco y negro, el gris existe y por eso habrá momentos y áreas de nuestra vida en las que hay que establecer prioridades. Por ejemplo, en la época de pruebas los niños van a aprender que es el momento de dedicar más tiempo a los estudios y, al terminar esa época, podrán disfrutar por más tiempo de sus amigos, de su familia y del ambiente en que viven. Es importante aprender a priorizar responsabilidades ya manejar el tiempo sobre la base de las propias decisiones y sus consecuencias. Suicidio en la infancia
La depresión es uno de los principales factores que anticipan el suicidio , y acabar con los mitos en relación a ese tema es una tarea fundamental para prevenirlo. El 72% de los niños y adolescentes deprimidos tienen ideas suicidas. En el caso de los niños, estas ideas pueden existir aunque no las verbalizan. Muchos deseos infantiles no se expresan por medio de palabras, sino por medio de otras formas de comunicación, como juegos o dibujos. Como adultos, es importante aprender a "leer en las entrelíneas" lo que los niños expresan.
A continuación vamos a identificar algunos de los mitos que existen en relación a la depresión infantil:
"El suicidio viene de familia"- En muchos casos, si uno de los padres o algún familiar se suicidó, se cree que el niño presenta más posibilidades de ser también intentar quitar la propia vida. Es verdad que ella tuvo un modelo erróneo de enfrentamiento, pero el suicidio no es genéticamente determinado.Será necesario conversar con el niño y hablar de manera clara. Es muy importante no silenciar el acontecimiento ni silenciar los deseos y los sentimientos del niño. Es necesario conversar con un lenguaje adaptado a la edad de ella, utilizando explicaciones concretas que ella sea capaz de entender. Es fundamental encontrar de manera conjunta soluciones a los problemas por los que el niño busca la muerte como una salida liberadora. "Quien mucho habla nunca hace, es para llamar la atención" -
Nunca se debe considerar como cierto que no existe la posibilidad de consumación del acto. Para los padres, es difícil encarar que su hijo tiene el deseo de quitarse la vida, pero lejos de evitar el problema, lo más urgente es enfrentarlo. Pensar que no va a suceder, sino actuar como si pudiera suceder.
"La decisión es irrevocable"
-Considerar que las ideas de suicidio que el niño tiene no pueden cambiar es otro error.
Los sentimientos son ambivalentes, la insatisfacción y el miedo están mezclados junto con la evaluación positiva de la muerte. Por eso es tan importante estar atento a las señales verbales y comportamentales que nos van a permitir intervenir a tiempo.
- "Un suicida va a ser un suicida toda la vida" - Los deseos son pasajeros , la mayoría de las veces los niños se arrepienten e incluso sienten vergüenza de eso.
- Es necesario dedicar tiempo para conversar sobre las emociones y normalizar el hecho de tener sentimientos contradictorios. En la vida ocurren experiencias muy difíciles, pero a partir de ellas es posible obtener muchos aprendizajes. "Hablar del suicidio lleva a su consumación" - Transformar el suicidio en tabú puede ser una de las peores acciones.
- Hablar sobre el tema alivia el malestar y permite que la persona se exprese. Tener empatía, normalizar e intentar comprender es la prioridad para encontrar soluciones. "Quien se suicida tiene un trastorno mental" - Otro error frecuente es pensar que para tener ganas de quitar la propia vida a la persona necesariamente sufre algún problema psicológico. Aunque la depresión es un factor de riesgo para el suicidio, hay un gran porcentaje de suicidios de carácter impulsivo en adolescentes sin trastornos mentales. ¿Qué hacer en caso de depresión infantil?
- En las intervenciones psicológicas, el objetivo es abordar los factores de riesgo y los comportamientos problemáticos que están asociados a la depresión del niño. La intervención involucra al niño, a la familia y al medio en que viven. Con el niño o el adolescente se trabaja diferentes habilidades de enfrentamiento, maneras de solucionar problemas, y se da gran importancia al aprendizaje de cómo procesar la información y cómo manejar el malestar emocional. La intención es transformar los pensamientos automáticos negativos y las autoevaluaciones que el niño puede hacer de sí misma y del mudo que mantengan el estado emocional en que se encuentra. A los padres se les proporcionan orientaciones para que puedan manejar el comportamiento de sus hijos, estimular la escucha con empatía, controlar la rabia, evitar el conflicto, comunicar los mensajes y los sentimientos de forma efectiva, aprender a tomar decisiones y cambiar formas de interactuar entre los miembros de la familia.En la prevención de la depresión en los niños es fundamental que la incondicionalidad del amor esté presente. Nunca debemos condicionar el cariño a una acción oa una característica específica del niño. Es positivo que el amor sea percibido como incondicional, como un vínculo que va a sobrevivir a cualquier circunstancia que aparezca. Además, es necesario que exista normas estrictas y aplicadas de manera coherente, el refuerzo de comportamientos adecuados, la espera de las recompensas, el ejercicio de la motivación intrínseca, la firmeza en relación con los procesos de coerción y el establecimiento de una buena comunicación.
- "Aunque el mundo está lleno de sufrimiento, también está lleno de superación." -Helen Keller-