La respiración profunda nos ayuda a calmar la agitación, el estrés y la ansiedad. Respirar bien para vivir mejor es un principio de bienestar físico y mental que exige nuestra atención entre la prisa y las presiones con las que convivimos todos los días. Por su parte, e igualmente interesante, ese tipo de respiración nos permite conectarnos mucho mejor con nosotros mismos, con nuestras necesidades de vida ...
Son muchas las culturas que ven en el proceso de respiración algo más que ese acto aparentemente involuntario que garantiza nuestra supervivencia y en el que no prestamos atención. Muchos de nosotros formamos parte de este mundo hiperventilado y de repente, cuando sentimos la necesidad o la curiosidad de practicar yoga, Mindfulness o Tai-Chi, tomamos conciencia de que respirar es más que simplemente tomar aire para después expulsarlo de nuevo. "En cada momento tengo que recordar a mí misma que tengo que seguir respirando, de que el corazón debe continuar palpitando ..."-Emily Brontë-En ese proceso rítmico de expansión y contracción, la respiración representa también esa polaridad constante que vemos en la naturaleza, como el día y la noche, como la vigilia y el sueño, como la calma y la tormenta, el invierno y la primavera ... Es un ciclo que tiene directrices y sus momentos, su música interior y sus increíbles beneficios si se hace adecuadamente. La mayoría de nosotros respira rápido y de modo superficial, no utilizando la plena capacidad de nuestros pulmones.
En un estado normal, respiramos entre 17 o 18 veces por minuto. Sin embargo, cuando sufren ansiedad o estrés, el número de esa frecuencia respiratoria dispara, pudiendo alcanzar incluso las 30 respiraciones. Eso es un riesgo. Es como vivir con una espada de Damocles sobre nuestra cabeza, generando un desequilibrio progresivo que va a afectar nuestra presión arterial, nuestro sistema inmunológico, nuestros músculos e incluso nuestras mentes. Sin embargo, algo tan simple como "respirar fondo" y hacer esto con control genera un beneficio sistémico
, equilibrando varios procesos y proporcionando una vía de salida a muchas de esas emociones negativas que afligen nuestro día a día.
¿Y si aprendemos a respirar bien para vivir mejor?Respiración profunda, pero pausada
Existe un dato muy importante que merece al menos una reflexión: la respiración es una de las pocas funciones corporales que hacemos tanto de forma voluntaria como involuntaria. Es una gran oportunidad de control sobre nuestro cuerpo, mejorando nuestra calidad de vida, si logramos ejercer ese control de forma inteligente.
Piense que una respiración voluntaria y consciente puede influir en la forma en que respiramos cuando lo hacemos de forma automática. De esta forma, mejoramos la presión sanguínea, el ritmo cardíaco, la circulación, la digestión, y muchas otras funciones corporales.
Es muy posible que alguno de nuestros lectores se pregunte si hay alguna evidencia científica de que la respiración profunda es realmente tan positiva y beneficiosa como las culturas orientales nos explican. Nos corresponde informar que lo que nos dicen diversos estudios, como el publicado en la revista científica "Harvard Health", es que lo que más beneficia a nuestro cuerpo es una respiración lenta.
Cuando respiramos profundamente, pero sobre todo con lentitud, conseguimos que el oxígeno llegue verdaderamente a las células y que el nivel de CO2 en la sangre no baje. Por su parte, los científicos también llegaron a la conclusión de que el tipo de respiración que más nos beneficia es la respiración diafragmática: aquella en la que tomamos el aire en profundidad, dejando que él entre por la nariz y llegue completamente a los pulmones, al elevar la parte inferior de nuestro abdomen.Beneficios de la respiración profundaTodo el mundo, en algún momento de su vida, ha escuchado la famosa frase "no es nada, respira profundamente".
Es como un hechizo, como una palabra mágica que así se pone en práctica, nos genera un bienestar general, un alivio casi inmediato que calma el cuerpo y reorganiza la mente. Esta estrategia tendría muchos más beneficios si nos acostumbra a practicarla diariamente, de forma que se transforme en un hábito.
Estos son algunos cambios que empezar a notar: Mejorar el metabolismo celular de nuestro cuerpo.
Controlar mejor el estrés y la ansiedad. Dormiríamos mejor.Las digestión serían menos pesadas.
Sentiríamos menos dolor muscular, menos dolores de cabeza y migrañas.
Nos concentraríamos mejor en nuestras tareas. Mejoraría nuestra postura y tendríamos menos dolores en la espalda.
Aprendíamos a estar más centrados en el "aquí y ahora".
- Aprender a practicar la respiración profunda
- Así como afirmamos al principio, las personas respiran en promedio entre 16 y 17 veces por minuto.
- Nuestro objetivo con la respiración profunda es respirar 10 veces en un minuto. Es claro que no conseguiremos eso con la primera sesión, pero poco a poco y día tras día vamos a llegar a esa conquista, que sin duda va a transformar nuestro bienestar.
- "Vivir no consiste sólo en la respiración, es mucho más ..."
- -Ma Zedong-
- Aprenda cómo usted puede conseguir hacer eso.
- En primer lugar,
- busque un lugar cómodo para sentarse y que le permita mantener la espalda recta.
Su ropa debe ser cómoda, dejando la región de la cintura y del abdomen libre, sin la clásica presión de los pantalones vaqueros o de los cinturones.
Coloque su pecho hacia adelante, relájese los hombros y descanse la mirada.Ahora coloque una mano sobre su pecho y la otra en el abdomen.Inspire de forma lenta y profunda a lo largo de 4 segundos.
Cuando haga esto, usted debe percibir cómo la mano que está en el abdomen se eleva mucho más que la mano que está sobre el pecho.
Retenga este aire durante 5 segundos para luego expirar de forma sonora a lo largo de 7 segundos.
Comience con ese ritmo, ya medida que tome el control, usted puede ir ajustando los tiempos para conseguir un promedio de 10 respiraciones en un minuto.A poco usted percibirá beneficios notables en su salud física y una calma mental adecuada para enfrentarse mejor el día a día.Comience a experimentar hoy mismo.