¿Sabes cómo ofrecer los primeros auxilios psicológicos?

Los primeros auxilios psicológicos son necesarios en diferentes situaciones. Por ejemplo, son necesarios cuando ocurre una catástrofe, cuando una persona es víctima de un hecho atroz o cuando ocurre una crisis incontrolable. Como sucede con los primeros auxilios físicos, es aconsejable conocer los principios básicos de la atención psicológica de urgencia. Obviamente, los profesionales de la salud mental están capacitados para prestar los primeros auxilios psicológicos, en un sentido más exacto. Sin embargo, a veces la situación pide rapidez, y el psicólogo puede tardar un tiempo en llegar. Por eso es tan importante contar con algunos elementos para saber cómo actuar.

"Saber para predecir. Y prever para proteger. "

-Alfredo Pérez Rubalcaba-
Los primeros auxilios psicológicos tienen como objetivo reducir la angustia emocional que los eventos traumáticos provocan.

Apoyar a los seres humanos para que reencontren su capacidad para enfrentar los hechos. Proporcionar un soporte inicial para que la experiencia no sea devastadora. Principios básicos de los primeros auxilios psicológicos

Para proporcionar los primeros auxilios psicológicos a alguien que los necesita, debe conocer los cinco principios en los que se basan. Obviamente

este tipo de intervención sólo debe hacerse si no existe un profesional competente cercano. Pero, en cualquier caso, son válidos para poner un límite a los efectos traumáticos de la persona afectada. Estos cinco principios son: Permitir la libre expresión.

  • No intente enfocar su discurso en el acontecimiento, deje que se exprese de la forma que desee. No se trata de una conversación, ni siquiera es fundamental que usted entienda su discurso. Lo que la persona necesita en la mayoría de las veces es sentir que usted está cerca. La escucha responsable.
  • La persona no necesita consejos y mucho menos de sermones. Si usted no es un profesional de la salud mental, lo mejor es limitarse a escuchar ya intervenir solamente estimulando que la persona se exprese. No es hora de ponerse como un dirigente, sólo de acompañar. Transmitir la aceptación.
  • Usted necesita estar listo para aceptar todo lo que la persona quiera decir. Puede incluso ser que haga incluso afirmaciones descabelladas o que exprese sentimientos que no corresponden a la situación. Dígale que ella no está loca por sentir miedo siendo que ha pasado por una tragedia o una tristeza muy grande. Propiciar la confianza y la empatía.
  • Hacer que la persona sepa que puede contar con usted, que usted está allí para apoyarla y ayudarla. Principalmente, que su intención no es juzgarla, o juzgar los hechos, sino darle soporte. Proporcionar información.
  • Es importante que usted se ponga a disposición para conseguir toda la información que necesite en ese momento. Si revisa listas de heridos o su propio papel médico. Hasta que llegue un profesional es mejor que sea usted y sólo usted, o la persona que esté prestando los primeros auxilios, lo que haga de canal de comunicación entre la persona y el mundo. El protocolo de los primeros auxilios psicológicos

Así como existen protocolos definidos para prestar los primeros auxilios físicos, también existen caminos a seguir en el caso de una emergencia psicológica.

Los pasos que deben realizarse no se han establecido de forma arbitraria. Son el resultado de la experiencia de profesionales que dedicaron sus esfuerzos a estudiar los efectos de diferentes tipos de intervención en situaciones de emergencia. Se presenta el siguiente protocolo: Establecer contacto y aproximación.

  • Incluye si presenta (si usted no conoce a la persona), decir por qué usted está allí, invitar a la persona a sentarse y asegurarse de que haya cierta privacidad. Ofrecer seguridad y alivio.
  • En primer lugar, usted necesita ofrecer seguridad física. Es decir, verificar que la persona esté fuera del alcance de la amenaza. A continuación, debe informar lo que hará. Después, asegúrese de que la persona se siente cómoda y que no presente una alteración física que requiera atención, o le preste atención de alguna manera, si es necesaria. Estabilizar.
  • Nuestro objetivo es que la víctima no cierre todos los medios de comunicación y deje un canal abierto, por menor que sea. Si la persona está muy agitada, pídale que mire a usted y lo oiga. Muestre el camino de ayuda que va a seguir. Anime a la persona para que haga ejercicios de respiración hasta que consiga un poco de calma. Recompilar la información.
  • Se trata de preguntar a la persona cómo se siente, lo que quiere y lo que necesita. Dale tiempo si no quieres hablar. No la presione. Simplemente hágala saber que usted está a su disposición. Indague sobre su condición médica, piense que muchos afectados en estado de shock no sólo se desconectan del exterior, pero también son incapaces de sentir dolor que en otras circunstancias, con los mismos daños físicos, se sentiría. También es frecuente que, al ver un desdoblamiento tan grande y percibir la demanda que existe de ayuda médica, no se atrevan a solicitarla por iniciativa propia. Ofrecer asistencia práctica.
  • Con base en la información recolectada, proyecte un plan de acción básico y actúe. Esta acción básicamente es contactar con los servicios a los que la persona debe recurrir, anotar sus necesidades y responder a las que sea posible. Los primeros auxilios psicológicos contribuyen a que una situación de crisis no tenga efectos más graves que los que ya se han hecho.

Su principal tarea, sin duda, es conseguir que la persona afectada consiga la asistencia de un profesional. Su trabajo se limita a un "mientras tanto", y así debe ser ejecutado y comprendido. La clave está en servir de enlace.