"Si usted no es capaz de amarme como yo merezco, es mejor que se vaya. "Existirá quien sea capaz de disfrutar de lo que soy" - Walter Riso - CompartirWalter Riso, además de escritor, es psicólogo clínico.
Especialista en psicología cognitiva, divulgador y formador de terapeutas. Con la lectura de "Los Límites del Amor" me apasioné por seguir sus obras - unos veinte libros publicados - y hasta el día de hoy es uno de los actores que más me influenciaron. En este artículo intentaré condensar algunas de las enseñanzas que, a título personal y profesional, han sido útiles para mí, aunque yo los aliento a continuar indagando en sus reflexiones.
Liberarse del apegoRisa nos enseña que el apego es el vínculo obsesivo con alguien o algo.Cuando nos apegamos, tenemos la tendencia a creer que esa persona u objeto nos hará totalmente felices, nos dará seguridad, y además llenará de sentido nuestra vida.En realidad, esta es una idea falsa, producto del romanticismo, que puede llevar a la persona a sufrir de celos patológicos, dependencia emocional, falta de identidad ... Hay varias formas de saber si estamos apegados a alguien o algo:
- Saber ver si su deseo es o no insaciable:
si no se sacia nunca y usted siempre necesita más, usted está sufriendo de apego.
- Si usted perdió el autocontrol: si usted ya no es el dueño de su propia conducta, sino un esclavo de ese apego.
- Si estar sin ese objeto de deseo le provoca un malestar intenso.
- Si usted sigue apegado a ese algo, incluso sabiendo que es perjudicial para usted.
Diferenciar el ser de tener Una de las claves del crecimiento personal es saber valorarnos por lo que somos, por nuestros valores, principios, nuestra esencia, y no por lo que tenemos.
Cuando nos valoramos de acuerdo con lo que poseemos, colocamos la felicidad en el exterior, de modo que siempre seremos dependientes. Es necesario ser consciente de que somos más de lo que tenemos, y tenemos valor por lo que somos. Diferenciar el Yo ideal del Yo real
Nuestra inseguridad nace siempre de la distancia entre el yo real y el yo ideal.
El yo real es lo que soy, mientras que el yo ideal es quién quiero ser. El problema es que, muchas veces, ese yo real está distorsionado y tendemos a azotar, mirando sólo nuestros defectos, sin ser capaces de percibir nuestras virtudes. Por otro lado, también tendemos a definir metas irreales y muy exigentes
, de modo que la distancia entre el yo real y el ideal se hace demasiado larga.
No confundir amor con obsesiónEl "yo sólo pienso en ti", "todo huele a ti" o "no puedo vivir sin ti" denotan obsesión, y no amor, y cuando la obsesión el amor deja de funcionar.
Es necesario que los amantes comprendan que van a divertirse uno con el otro, pero sin crear una dependencia y sin llegar a perder su propia identidad. Somos individuos que decidimos atarnos a otra persona, pero que mañana podemos desatar. Ser semejantes para triunfar en el amorEl dictado "los opuestos se atraen" tiene más mito que verdad. Se sabe que
la similitud entre los miembros de la pareja es esencial para que la relación funcione.
Se trata, por supuesto, de una similitud en los aspectos básicos: la forma de pensar, los valores, las convicciones y la esencia, y no en cosas superficiales como pueden ser los gustos personales o los pasatiempos. Enamorarse primero por ti mismo
La sociedad nos enseña que hay que sacrificar y cuidar de los demás antes que nosotros mismos, y Walter Riso insiste en que debemos ser el punto de referencia. Debemos aprender a tener amor propio y, para ello, son necesarias las cuatro patas de la mesa: un buen concepto de sí mismo, sin autocastigar o imponer metas inalcanzables; una autoimagen positiva, conforme a sus propios criterios y no conforme a lo que la sociedad impone; recompensarse a sí mismo por logros y éxitos; y una buena dosis de autoconfianza.Ser amigo de la soledad afectiva
Quisieron vendernos el cuento de que estar solo es como estar incompleto
, y llegamos hasta sentir pena cuando vemos a personas que van solas al cine o están tomando un café desatornillado. Pero la soledad no es mala
. La soledad nos permite estar con nosotros mismos, tener nuevas ideas, tener absoluta libertad ...
La soledad, en realidad, sólo duele cuando usted piensa que su realización personal depende de tener un compañero a su lado, y esto no es más que una falsa idea perpetua por la sociedad. Por lo tanto,
es bueno pasar por momentos en que usted es su única compañía , aunque usted tenga un compañero, sin miedos o preocupaciones.