Usted debe aprender a superar los silencios, a hacer pausas ya intervenir en el momento indicado . Además, usted debe saber escuchar y tener la capacidad de entender el prójimo dentro de su propio contexto.Cuando se habla de "diálogo liberador", hacemos referencia a esa forma de conversación que permite que los involucrados se expresen realmente. Expresar es salir de la cárcel de no poder comunicarse. Por eso, el diálogo liberador debe ser principalmente un espacio donde todos puedan comunicarse con autenticidad.
Ciertamente muchos diálogos pueden ser inconsecuentes, pero muchos otros son de particular importancia, y en estos hay que saber muy bien lo que se ha dicho y lo que ha sido silenciado. Debemos hablar la misma lengua y construir una conexión genuina con la otra persona
, para alcanzar una verdadera comunicación. "La historia no es más que un diálogo, por cierto bastante dramático, entre el hombre y el universo". -Maria Zambrano-El silencio es importante en un diálogo
Muchas personas sienten una necesidad muy elevada de ser escuchadas. Por eso hablan y hablan y hablan sin parar, y eso puede llegar a ser incómodo para quien está a su alrededor. A veces, esta necesidad de estar todo el tiempo comunicándose nace de un profundo egocentrismo, pero otras veces es simplemente un reflejo de la angustia o de una necesidad de autoafirmación. No todo el mundo comprende el valor del silencio, ni todo el mundo entiende que la comunicación es un proceso de dos vías en el que cada una de las partes tiene el derecho de hablar y el deber de callarse.
A partir de ahí surgen supuestos diálogos, que en la práctica son auténticos monólogos.
Se puede decir entonces que la primera condición para iniciar un diálogo liberador es la de haber desarrollado la capacidad de entender y valorar el silencio. No ese silencio que significa ausencia, sino el silencio de la escucha, de la atención y del reconocimiento por lo que el otro dijo.
La disposición para el diálogo El diálogo entre dos personas sólo es genuino si también existe una intención inocente de dialogar. Esto supone una disposición para escuchar, el hecho de estar dispuesto a hacer un esfuerzo por entender. En este sentido, mantener silencio mientras la otra persona habla no es suficiente, se trata de ser activo mentalmente en este silencio.Cuando existe una auténtica disposición para el diálogo, surge una escucha serena, comprensiva y curiosa.
La escucha serena significa que para dialogar es preciso escoger un momento en el que las emociones no estén exaltadas. Y si están, es importante estar seguros de que tenemos la capacidad de controlarlas.La escucha activa es una escucha curiosa. No se limita a mantener silencio y validar todo lo que la otra persona dijo, pero es una escucha que busca obtener más información para aclarar o entender mejor lo que el otro está diciendo.Las preguntas son una excelente manera de construir una conexión
y, además, constituyen una evidencia para la otra persona de que está siendo escuchada.
La escucha comprensiva se refiere a la disposición para colocarse en el lugar del otro y poder captar lo que siente cuando se expresa.Es estar atento a los sentimientos ya las emociones que viajan a través del canal no verbal. Como el diálogo liberador es algo que va más allá de las palabras, él también significa captar los sentimientos que afloran en la comunicación.
El juicio es la sentencia de muerte de cualquier conversaciónAsumir una postura de juez, como si la otra persona estuviera en un juicio o fuera un reo a ser juzgado, jamás será un buen camino. En realidad eso sólo hace abrir las puertas a la desconfianza, el miedo, la tensión y la falta de comunicación.
Nadie quiere dialogar con alguien que lo juzga o que quiere "dar lección de moral".En un diálogo liberador, pueden surgir aspectos incómodos, confesiones difíciles o tal vez hasta verdades que la otra persona no quiere oír. Sólo así el diálogo se vuelve realmente liberador. Pero eso no es posible si alguna de las personas involucradas está en la posición de censurar o de dirigir el comportamiento de la otra.
Conviene también informarse muy bien sobre el tema o el problema en cuestión antes de emitir una opinión.En realidad, los mejores argumentos generalmente vienen de las personas que han sufrido el mismo problema y tienen alguna experiencia en el tema. En muchos casos, la ayuda de un profesional es la mejor opción.
Importante: deje que el diálogo fluya
Es esencial alcanzar el más alto grado de conexión con la otra persona, así comoes muy sano y conveniente escuchar atentamente, sin hacer interrupciones o desviarse del tema
. Sin embargo, muchas veces sentimos que tenemos que interrumpir el diálogo porque podemos olvidar algunos puntos presentados por la otra persona sobre los que tenemos algún comentario o ajuste a hacer.En tales casos, es mejor anotar los puntos más importantes y dejar que esa persona hable sin ser interrumpida. Así, cuando la persona concluya, usted puede retomar la argumentación que ella presentó punto a punto y manifestar su propia opinión. Obviamente, sin transformar el diálogo en algo rígido, estricto o de corte militar.
El ambiente o el escenario de la conversación también pueden ser importantes. Si el asunto es delicado o requiere un nivel de atención más alto, lo más indicado es buscar un lugar que impida las interrupciones o que algún asunto íntimo sea expuesto en público. Un lugar adecuado contribuye al desarrollo del diálogo.
Cinco consejos prácticos
Sobre la base de todo lo que dijimos anteriormente, puede aplicar cinco reglas básicas para que un diálogo realmente se convierta en una experiencia liberadorapara las partes involucradas:
Buscar el momento y el lugar indicados.
No debe haber prisa y es importante asegurarse de que no habrá interrupciones.Hacer un acuerdo sobre el tema que será discutido. Por extraño que pueda parecer, muchas veces el diálogo fracasa porque la gente no ha definido claramente sobre lo que están hablando. Si ambos conocen el punto central de la conversación, pueden llamar gentilmente a otra persona para volver al tema, cuando se refiere a otros temas.
Proponer un objetivo. ¿Para qué realizar el diálogo?
Lo mejor es definir el objetivo, y al hacerlo, lo mejor es evitar propósitos poco realistas o autoritarios. Por ejemplo, el objetivo jamás debe ser "Para que usted cambie", o "Para que usted deje de ser así", o "Para que todo funcione". En su lugar, el diálogo debe dirigirse a comprender puntos específicos.Llegar a un acuerdo sobre reglas básicas. Por ejemplo, comprometerse a no interrumpir al otro mientras está hablando
- y poner un límite de tiempo para cada intervención. Aunque en el principio esto puede parecer un poco artificial, es fundamental para que la conversación fluya.Comprometerse a hablar de sí mismo, no del otro.
- Esta es una regla bastante sana: exprese lo que sienta, y no se refiera a lo que el otro siente. Esto le alejará de la tentación de hacer juicios, en muchos casos sin ningún cargo.