Respete su ritmo y el de los otros

Ser y dejar ser. Este principio tan simple y elemental no es muy aplicado. No todos son conscientes de que cada uno de nosotros tiene un ritmo, una música interior y un modo de ver y de sentir las cosas. Tal vez por eso nos veamos obligados a protegernos de las personas que osamos desafiar y moldear nuestras emociones de acuerdo con su voluntad. Vamos a hablar de ritmos. Es un tema tan delicado como desconocido, y no siempre tenemos conciencia de él. Además, actualmente estamos casi obsesionados en promover una aceleración de los ritmos en todos los niveles:

los niños deben aprender cuanto antes a leer ya escribir, los adolescentes deben comportarse como adultos, y nosotros los adultos, no hacemos más de lo que nos compartimos con los ritmos de los demás."Si usted mismo, los otros puestos están ocupados."-Oscar Wilde-

Olvidamos que para aspirar una verdadera armonía interna, no necesitamos tomar como referencia el dinero

, el poder o el prestigio, mucho menos quedarnos obsesionados por lo que nos falta y por lo que los otros ya han logrado. Al mantener este esquema de vida, lo único que vamos a conseguir es mendigar y caminar en círculos, al ritmo de una música tosca y caótica. La verdadera armonía comienza por sí mismo. Sólo cuando alcanzamos la calma, el autoconocimiento y la humildad de corazón donde nada sobra y nada falta, el mundo llega a un equilibrio mágico. No importa cuán rápido el mundo gire, no importa cuáles son las exigencias de los demás: porque el faro de la felicidad está en nuestro interior. En el libro "Alice a través del espejo",Lewis Carroll nos dejó un momento digno de reflexión que los científicos y los sociólogos no tardaron en reproducir para desarrollar lo que conocemos como "Hipótesis de la Reina Roja". Cuando Alice llega al país de las maravillas, después de una conversación previa, la Reina la toma de la mano para iniciar una carrera. Ella debe hacer esto porque en este mundo todos corren, y lo hacen muy rápido. Alicia no tarda en darse cuenta de que, por más rápido que corra, no avanza. A poco la Reina Roja le explica el motivo:

"Aquí hay que correr mucho para permanecer en el mismo lugar. Sin embargo, para llegar a otro, hay que correr el doble. En nuestra sociedad ocurre lo mismo. Si aceleramos el ritmo del niño para más de lo que se espera para su edad, supuestamente vamos a aumentar la probabilidad de su éxito escolar.

Si demostramos a las otras personas que podemos ofrecer y hacer más que nuestras posibilidades, puede que alcanzamos el éxito. Sin embargo, la única meta que alcanzaremos es la de la infelicidad.

Estamos involucrados en un ambiente feroz y exigente que nos pide ir más rápido, que nos roba el tiempo, la calma, e incluso la vida.Pero tenemos que tener en cuenta que nada crece en un mundo de prisa. Porque todo en esta vida tiene su tiempo de cocción, su tiempo de elaboración y de maceración... Así, para alcanzar esa armonía interna, es necesario establecer una conexión interna con nuestro ser para poner en práctica algo muy difícil: dejar de ser lo que los otros esperan.Respete sus ritmos, respete el ritmo de los demás

Las personas son como piñones dando vueltas por un salón de baile.Unas van más rápido, otras más despacio, otras paran de vez en cuando, y el resto va a una velocidad tan frenética que acaban golpeando en las otras. El famoso dicho "ser y dejar ser" no es precisamente fácil y, por eso, es común en algún momento sentirnos sobrecargados. Entiende el ritmo de tu corazón, cuida los ciclos de la naturaleza y respeta la música interna que da fuerza a cada persona.

CompartirMihaly Csikszentmihalyi nos explicó en su libro "El Yo Evolutivo" que son muchas las personas que llegan a la consulta con un psicólogo en busca de una lección "rápida" de crecimiento personal. Ellas llegan con un nivel de saturación tan elevado que hay quienes buscan soluciones rápidas para momentos desesperados.

Sin embargo, no hay milagros escondidos en la manga o en la cartulina para el malestar de la vida. Entender que incluso los procesos de curación y de reconstrucción de la autoestima llevan su tiempo es algo primordial. En realidad, al igual que nos explica el propio Mihaly Csikszentmihalyi, cuanto mayor sea el nivel de ansiedad, menor será la posibilidad de alcanzar ese flujo de vidaen que nos sentimos bien, en equilibrio.

Cómo encontrar su ritmo, su música interna

Ya sabemos que para alcanzar esa necesitada calma interior necesitaremos tiempo, voluntad y dedicación todos los días. Una vez que percibimos que todo cambio implica responsabilidad, vamos a aplicar las siguientes estrategias:Tenga conciencia de su "equipaje" personal

. La educación recibida, el perfeccionismo extremo, la necesidad de agradar o la baja autoestima son claros enemigos a tener en cuenta y sobre los cuales tenemos que reflexionar.Analice sus hábitos.

¿Qué haces en el día a día? ¿Qué acontecimientos te hacen sentir ansiedad o insatisfacción? ¿Por qué has hecho crónicos estos hábitos en tu vida si te causan infelicidad?Consiga el máximo de tiempo de calidad que pueda.

Si el día tiene 24 horas, usted no puede dedicar 12 a los demás ni ocuparlo con aspectos que no son significativos para usted. Tenga en cuenta que el concepto de "fluir" no está precisamente en la inactividad o en un estado de relajación. Está en dedicarnos a tareas con las que nos identificamos, cosas que nos dan sentido, ritmo, satisfacción y, por lo tanto, felicidad. Encuentre . Para concluir, es necesario entender que cada uno lleva su propio camino en su interior y, a su vez, se encuentra en una etapa concreta de su crecimiento personal. Algunos van a tardar más para entender ciertas cosas, y por eso no hay otra opción que tener paciencia y practicar el respeto.

Vamos a aprender a dejar el mundo correr mientras permanecemos en nuestro propio centro

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