Hay quien llora en silencio, durante un breve instante y en discreta soledad. Sin embargo, la única forma de recomenzar, de drenar tristezas, frustraciones y tensiones es a través del llanto emocional. El desahogo verdadero sólo es posible por medio de esas lágrimas que son derramadas como océanos templados por una voz quebrantada.
Los especialistas en psicología apuntan que pocos comportamientos nos hacen tan humanos como la risa y el llanto. De hecho, ambas expresiones emocionales tienen muchos aspectos en común. Por ejemplo, disponen de un factor de "preservación". Es decir, cuando la risa o las lágrimas se inician, tienen una duración determinada que no puede ser abreviada fácilmente. Además, ambos logran un mismo objetivo: hacernos sentir mejor. El alma descansa cuando deja fluir sus lágrimas, pero el dolor necesita el llanto para encontrar el alivio verdadero. Por otro lado, todos sabemos que el llanto emocional - el que provoca el verdadero desahogo - no es bien visto socialmente.
Al contrario, la lágrima discreta que resbala en un discurso político o en la mirada temblorosa emocionada por el orgullo o la contemplación de la belleza son más aceptados.Tal vez por eso,
la mayoría de nosotros evita lo que se conoce como el "llanto vocal". Siempre es más cómodo buscar un canto a las oscuras donde nadie nos vea para dejar que las lágrimas fluyan, pero en discreto silencio. No queremos que nadie nos oiga, nos vea y descubra que no somos tan fuertes como aparentamos. Sin embargo, los psiquiatras y los neurobiólogos son claros en decir:
el desahogo, sea solo o acompañado, necesita ser verdadero, expresivo y liberador. Todo lo que implique un cierto "autocontrol" continúa generando un factor de tensión y estrés. El llanto es necesario para el ser humano. El llanto emocional, una conducta con diversos propósitos
La mayoría de los bebés llora cuando llega al mundo, pero sus prisas no tienen lágrimas. El mecanismo cerebral que hará que sus glándulas lagrimas secreten lágrimas todavía no está maduro. Sin embargo, sus prantos ya cumplen una función biológica imprescindible: garantizar su supervivencia al conectarse con sus semejantes para recibir atención, consuelo, consuelo y afecto.De forma similar,a medida que crecemos y maduramos el llanto va cumpliendo diferentes funciones,
tan interesantes como útiles.
En primer lugar, uno de los propósitos del llanto es eliminar las toxinas del organismo causadas por el estrés y la ansiedad.
No es necesario que haya ocurrido algo malo, sentir tristeza o desconsuelo. A veces también lloramos por simple desgaste, y el hecho de hacerlo es tremendamente saludable. La escuela de psiquiatría de la Universidad de Los Ángeles (UCLA) mostró en una investigación que el llanto cumple también una función de advertencia. Es como un toque de atención a la propia conciencia. Hay épocas en que nos sentimos frustrados, confundidos por algo sobre la cual deberíamos reaccionar y no lo hacemos.
Sin embargo, el simple hecho de dejar que las lágrimas corran, comienzan sofisticados mecanismos biológicos para permitirnos ver las cosas con más claridad. Los científicos explican que el llanto emocional es, en realidad, una innovación evolutiva excepcional. No se trata sólo de "dejar caer las lágrimas". El llanto profundo, auténtico y que nos permite descargar plenamente activa la función de las neurotrofinas. Se trata de un tipo de proteína capaz de favorecer la plasticidad neurológica.
Dicho de otra forma, él "nos restaura". Favorece nuevos aprendizajes y nos ayuda a ser más creativos para poner en práctica nuevas conductas que nos permitirán adaptarse mucho mejor a nuestro propio entorno.
El llanto, la vulnerabilidad y el consuelo. Las responsabilidades profesionales, por ejemplo, nos hacen necesitar momentos a solas para llorar algunos segundos. Médicos, enfermeras, bomberos, policías ... Muchos buscan un momento a solas para descargar dramas, tensiones cotidianas. Sin embargo, a veces estos momentos no son suficientes. No existe una verdadera "restauración". Poco a poco llega la sobrecarga, el bloqueo, la ansiedad ... Y una espina que ya no permite respirar.
Lo mismo ocurre con los problemas cotidianos. Con las palabras que se callan. Las pérdidas que no se enfrentan. Con el dolor que pulsa pero que nos esforzamos para disimular. ¿Por qué es tan difícil pedir ayuda? ¿Por qué el llanto emocional nos hace sentir tan vulnerables ante las otras personas? Saber dar apoyo es un arte que no todos dominan
La realidad es tan dura como evidente: no todo el mundo sabe dar apoyo. Con palabras como
"Y agoran por qué estás llorando?"
o
"Vamos, eso no tiene importancia", lo que se consigue es bloquear aún más a la persona. Intensificar la emoción negativa y el abatimiento.
Cuando necesitamos desahogarse con alguien, una buena idea es buscar a la persona adecuada. No todo el mundo sirve, ni todo el mundo dispone de las adecuadas estrategias para facilitar esa intimidad, esa facilidad para mandar lo que duele, lo que sostiene. Los buenos amigos, y sin duda, los psicólogos, pueden ser los mejores guías en este proceso.
Liberarse con el llanto emocional delante de alguien no es reflejo de debilidad ni de vulnerabilidad. Es el paso que alguien fuerte da para descargar las tensiones, miedos y tristezas con el propósito de reconstruir nuevamente, de forma que pueda restaurarse y recibir ayuda. Por otro lado, dar apoyo no es dar un abrazo. No es decir "está todo bien". Es ser intuitivo con el fin de facilitar el desahogo, sabiendo cómo propiciarlo. Es saber decir "estoy aquí, contigo" sin que eso sea una imposición, y obviamente, sin juzgar. Es ser discreto mientras estamos presentes, trayendo proximidad.Para concluir, a pesar de ser complicado permitirse esos instantes de verdadero desahogo emocional, sea en soledad o en compañía, los necesitamos de vez en cuando. Drenar el alma es una necesidad biológica y psicológica. No podemos olvidar la clásica frase "emoción expresada, emoción superada".