Por norma general, gran parte de la población le gusta el Carnaval, y todos nos gusta poner una máscara o incluso dos durante los días de celebración de esa fiesta. Nos gusta fingir ser algo que no somos durante un tiempo concreto del año, de escapar a la piel de otro personaje y encontrarnos en otras facetas de la realidad y la fantasía. Sin embargo,
no nos damos cuenta de que fuera del Carnaval usamos una máscara facial para cubrirnos de los demás o incluso de nosotros mismos.Los otros ven que somos una imagen que se mejora cuando estamos en público. Por miedo a estar solos o simplemente por seguir ciertos patrones sociales, nos escondimos detrás de disfraces, pudiendo ser estos más o menos trabajados. "La cosa terrible es que para establecer un contacto, si quiere comunicarse con los demás, usted tiene que inventar una especie de personaje que se comunica, que no es lo mismo que está dentro de sí mismo, y así usted comienza a y que no se sienten más en el personaje, se olvida de la persona y cree en el personaje. "-Manuel Puig-
Una máscara dice más que un rostroCiertamente una máscara es un disfraz: un objeto que oculta nuestro verdadero rostro y varía nuestra apariencia física. Por eso, metafóricamente, una máscara es también una forma de tapar la personalidad de cada uno y hacer pensar que la identidad que tenemos es diferente de la real. Una de las causas inconscientes más frecuentes de presentarnos a los demás como algo que no somos es el miedo de no ser respetados, amados o aceptados:
es normal fingir levemente, así como es normal que la honestidad no sea completa porque nos sentimos más protegidos cuando vemos que somos lo que esperan de nosotros.
Ocultar es una reacción humana inicial que surge por miedo a ser juzgado, como comentamos anteriormente: podemos ser groseros para que no nos hallan vulnerables, pueden considerar que estamos en un funeral por pura diplomacia, podemos comportarnos de forma gentil porque no queremos perder nuestro empleo, etc. Fingimos lo que somos, seamos lo que fingimos El siguiente mensaje de Calderón de la Barca nos hace llegar a la afirmación de este subtítulo: nos esforzamos para fingir y, sin embargo, no nos preocupamos en intentar aceptar lo que realmente somos y mejorarlo.
Parece mucho más fácil mentir y no ser natural, moverse en la superficialidad.Esto nos lleva a generar un ambiente en el que las apariencias son más importantes que los sentimientos reales: nos dejamos llevar por los prejuicios, por imágenes y por suposiciones.
Es beneficioso, por lo tanto, aprender a quitar la máscara y mirar más allá de ella cuando encontramos una de frente.La mejor forma de quitar la máscara es conocer y dar una oportunidad a nuestra propia esencia:
de esta forma podremos presentarnos a las personas que nos rodean sin trucos, con nuestra propia magia. Nosotros seremos más felices lejos de exageraciones y de ilusiones infundadas, pues dar a cada cosa y cada persona el lugar que ellas merecen en nuestra vida.
En algunas personas la máscara no disfraza, revela Contra todos los pronósticos iniciales,
la máscara que creíamos estar segura más temprano o más tarde cae o empieza a tener agujeros, dejando a la vista toda la verdad de nuestra esencia. Eso es lo que sucede con muchas personas: la máscara las revela, porque el tiempo acaba mostrando sus verdaderos rostros. En otras palabras, cuanto más trabajado sea el disfraz, más se asemeja a nosotros mismos, tal y cual José Saramago nos enseñó. El peligro de este matiz es que tendremos no sólo engañado a los demás, sino también a nosotros mismos:
las relaciones se construyen gracias a la sinceridad y confianza, y fingir ser lo que no somos elimina automáticamente las dos virtudes.Ciertamente ya sucedió más de una vez de creer que conocíamos a alguien y esa persona nos decepcionó y, por algún motivo, ya no ser como creíamos que era. Lo que puede haber ocurrido es que la verdad se acabó revelando, permitiendo que veíamos algunas características comportamentales que ella había intentado ocultar.
"Cuando nos miraba, parecía que buscaba la verdad dentro de nosotros o que sabía que detrás de cualquier cosa había algo más."
-Clara Sánchez-