Trastorno de esquiva experiencial: ¿sabes de qué se trata?

Las clasificaciones de trastornos psicológicos y los enfoques terapéuticos para los mismos están cambiando, evolucionando. Un modelo de terapia de tercera generación, la Terapia de Aceptación y Compromiso, explica que gran parte del sufrimiento psicológico es consecuencia del trastorno de esquiva experiencial.

El desorden de esquiva experiencial debe ser ejemplificado para que podamos comprenderlo de forma sencilla. Una situación propicia para manifestarse es aquella que es valorada como indeseable por la persona que sufre de este trastorno, de modo que, para no entrar en contacto con ella, intentará evitarla o escapar.

En ese sentido, es bueno puntuar: no querer entrar en contacto con la incomodidad, o querer huir de él en vez de aceptarlo, no es un trastorno; se trata de una respuesta normal observada en todos los animales, humanos y no humanos. El trastorno ocurre cuando hay pensamientos rígidos, como "tengo que estar bien para hacer cosas", "necesito sentirme feliz para poder volver al trabajo", o "no soporto estar nervioso, necesito que eso termine ya", que son una fuente de " la incomodidad que no nos da descanso.

¿Cómo identificar si usted tiene un trastorno de esquiva experiencial?

Los criterios diagnósticos para el trastorno de esquiva experiencial serían:

  • Sentirse constantemente inundado por pensamientos y sentimientos que giran en torno a "estar mal", "estar triste" o "luchar para estar bien".
  • La mente hace un bombardeo constante con pensamientos que buscan luchar contra cualquier tipo de incomodidad, incertidumbre o duda.
  • Dedicar mucho tiempo de su día a día para controlar estos pensamientos o sentimientos.
  • El día a día gira alrededor de "eliminar la incomodidad" como un paso previo para recuperar su vida. Existe la sensación de que no se puede hacer nada, seguir creciendo, hasta que esos pensamientos desaparezcan.
  • Esperar a sentirse bien para reanudar las actividades que usted valora en su vida (por ejemplo: ir al parque con los niños, salir con amigos, dar un paseo en la playa).

¿De dónde viene el trastorno de esquiva experiencial?

El origen de la esquiva experiencial es la inflexibilidad psicológica a la hora de administrar la incomodidad, ya sea evitándole o escapándose de él. Esta falta de adaptación provoca el desorden de esquiva experiencial, haciendo que la vida de la persona que lo sufre se mueva alrededor de la evitación de las sensaciones o pensamientos dolorosos.

La inflexibilidad psicológica ocurre cuando una persona se cierra ante pensamientos, emociones o recuerdos que son dolorosos. Lo que sucede es que no se tiene flexibilidad para continuar con las actividades diarias que promueven el bienestar, aunque pueden existir una o varias fuentes de incomodidad. Existe la idea rígida de que usted necesita "estar bien" como un paso previo para disfrutar de cualquier tipo de actividad o tarea.

Cuando una persona tiene un problema a nivel psicológico, como ansiedad o depresión, esta inflexibilidad empeora significativamente la situación. No aceptar la incomodidad que lleva a la ansiedad oa la depresión y tratar de eliminarlo para poder retomar la vida tiene dos consecuencias:

  • Estar consciente del malestar y tratar de controlarlo acaba por aumentarlo. Recuerde que la mente no para pensar; en ese sentido, es como una caldera que nunca se queda sin combustible. Si intentamos parar de pensar en la tristeza o la ansiedad, todo lo que haremos es usar más de ese tipo de pensamiento como combustible.
  • Transformar el día a día en una lucha contra el malestar empobrece la cantidad de reforzadores o premios a los que podemos aspirar. Se hacen cada vez menos actividades que aumentan el bienestar, las relaciones interpersonales se descuidan y la persona se aísla dentro del malestar.

La trampa de "sentirse bien"

Vivimos en una sociedad que promueve el bienestar, el goce y el mantenimiento de todo lo que esté lo más lejos posible del sufrimiento. Es mal visto llorar, estar triste o sentirse ansioso, y cuando experimentamos algunas de esas sensaciones o emociones, luchamos fuertemente contra ellas. En la medida en que "sentirse bien" se convierte en el elemento clave y central de nuestras vidas, caímos en su trampa. Porque es la búsqueda del bienestar perfecto que nos hace estar alertas, identificando en nuestro radar las emociones negativas que son normales y adaptativas.

Es decir, cuando somos conscientes de lo que es bueno o mal,

acabamos detectando cualquier tipo de experiencia psicológica desagradable, por menor que sea, y ampliando su trascendencia. Así, en un intento de dejar de lado esas experiencias psicológicas negativas (pensamientos y emociones), todo lo que conseguimos es hacerlas más fuertes. Consecuencias del trastorno de esquiva experiencial

A nivel social, las consecuencias del trastorno de esquiva experiencial son muy importantes. La persona espera estar bien para ir al cine, estar con amigos, retomar los estudios, tener compromisos y un largo etcetera. Se desarrollan muchas costumbres que buscan evitar experiencias psicológicas desagradables. Así pues,

con el pasar de los meses y años, la vida gira apenas alrededor de la evasión. De esta forma, podemos llegar a hacernos verdaderos especialistas en lo que no queremos, definiendo exclusivamente nuestros deseos y anhelos a través de la no presencia de lo que queremos evitar. De esta forma, nuestra identidad y proyección del futuro acaban siendo muy pobres. Así, a nivel psicológico, la esquiva experiencial apenas empeora la sintomatología asociada a la incomodidad y empobrece la vida emocional del individuo. Y es por eso que la Terapia de Aceptación y Compromiso (desarrollada para superar el trastorno de esquiva experiencial) está orientada a la aceptación de la incomodidad y el establecimiento de metas que aborden los valores personales.

El tratamiento del trastorno de esquiva experiencial

En primer lugar, la solución para este trastorno se encuentra en la aceptación, observación incondicional y no juzgadora de las experiencias psicológicas, como los pensamientos, emociones y sentimientos. Para alcanzar este objetivo, la terapia de aceptación y compromiso utiliza diferentes estrategias, como el Mindfulness, la desintoxicación cognitiva y metáforas terapéuticas. En segundo lugar, el tratamiento de la esquiva experiencial se concentra en restaurar la importancia de los valores personales frente a las emociones y los comportamientos impulsivos del momento. A partir de este abordaje terapéutico, deriva la connotación de "compromiso". Es decir, se trabaja para hacer que la persona se comprometa con sus valores, no importa lo que suceda. Buscando dejar de lado la lucha contra la incomodidad, para concentrarse en la lucha para llenar la vida de actividades valiosas para sí mismo.

Luchar contra este trastorno es una tarea ardua e implica un camino difícil. Sin embargo, es algo necesario para poder liberarnos de las trampas del pensamiento y de las creencias rígidas que, en busca del bien, nos llevan a empeorar.

Orientar nuestras vidas a través de nuestros valores personales, aceptando la incomodidad que viene del día a día, nos hará sentir más libres y felices.