Un chico cualquiera:
Una vez se sentó más cerca de mí, pocos metros nos separaban, en realidad millones. Mi cobardía me hacía mirarla cuando yo no estaba al alcance de su vista, y cuando ella levantaba la cabeza de aquel libro, yo no podía hacer otra cosa que bajar la mía en mi libro.Siempre esperaba que saliera primero y observaba con cuidado cómo se iba lentamente sin hacer ruido. A menudo se despedía de la encargada de la biblioteca y, sin mirar atrás, desaparecía por aquella triste puerta. En casa, siempre contaba las horas para volver a verla.
Soñaba despierto y durmiendo, con su forma delicada de pasar las páginas y la careta tan especial que hacía cuando se concentraba en alguna parte de lo que leía.
Tenía los segundos y allí se sentaba al día siguiente en el mismo lugar para volver a verla ... Una chica cualquiera:Allí estaba él, en el mismo lugar, extasiado en sus libros, con esas camisas horribles que seguramente su madre le compraba, allí como siempre.
Una vez más su corazón se disparó
, no podía concentrarse en sus libros, y necesitaba mirar, levantando disimuladamente su rostro en la dirección en que estaba, con la intención de explotarlo una vez más. Estas gafas eran horribles, pero era tan atractivo y tan interesante que rogaba para que en algún momento se levantara y la invitar a un café.Se preguntaba sobre su asunto de estudio y si tenía novia. Aunque no tenía tanto para estudiar, verlo allí sentado, día tras día, semana tras semana, hacía mejorar sus notas.
Cuando ella se iba, siempre se acercaba a la responsable de la biblioteca y, con complicidad, le preguntaba si la había mirado saliendo, y la encargada con gafas de fondo de botella no sabía bien qué decirle ya que la vista no le daba para tanto. Y en casa, escribía en su diario las cosas que le habían llamado la atención sobre él, día tras día, y escribiendo al final un párrafo imaginario que su corazón decía sobre algo que no había sucedido, pidiendo que sucediera. Simplemente se dirigiera a ella y se presentara. En la vida, nos preocupamos mucho con el pasado, con el futuro y pocas veces vivimos el presente.
Dejamos que éste se vaya de nuestras manos y no percibimos que, cuando se va, no vuelve nunca más. En la infancia queremos ser adultos, en la juventud vivimos como si la vida fuese eterna, y en la fase adulta creemos que ya queda poco tiempo. Hasta llegar a una etapa de la vida en que hacemos un balance de la trayectoria. Nos preguntamos si nuestra vida valió la pena, si hicimos bien y si aprovechamos las oportunidades que la misma nos dio.
Muchas veces sí lo hicimos, otras veces no ... Y en las veces que no, tal vez nos preguntemos: ¿Y si ...? Carpe diem es una expresión latina que significa "viva el momento".
Aunque su significado va mucho más allá, es una filosofía existencial de vida. Es una forma diferente de apreciar la vida, es un llamamiento a la libertad, es tocar con los dedos los momentos que la vida nos da.
Disfrute la vida, respire el momento, tome el aire, sienta el viento, viva el presente y viva su existencia , no la deje pasar porque los momentos se pierden y no van a volver a suceder, se van ... y no vuelven . Aproveche la vida, beba sin embriagar y deleite con su frescura.
Viva para jamás tener que preguntarse: ¿Y si ...?
Es bueno planificar el futuro y es bueno recordar el pasado, de donde venimos y adónde vamos, pero
todo deja de tener sentido si no aprovechamos lo que tenemos delante de nosotros, sea mirar la broma de un bebé, disfrutar de un beso ardiente, un buen vino o un buen libro, o un paseo por la orilla de la playa, o sentir los rayos del sol en la espalda.Vivir la vida es mucho más que vivirla, es sentirla, respirarla, amarla, aprovechar los momentos que ella nos da y acostarse esperando con voluntad un nuevo día por descubrir.
Porque hasta con las cosas malas aprendemos algo bueno, y sin el mal no sería posible apreciar lo bueno. Vivir el momento lleva a un aprendizaje, es dejarse llevar, percibir el entorno sin crear juicio, sentir sin pensar. Vivir de acuerdo a los valores y vivir sin controlar, dejando que los momentos fluyan y dejando que esos momentos nos inviten y enriquezcan nuestra alma.En resumen,
Carpe Diem
nos dice que no dejamos pasar las oportunidades de ser feliz. Un amor, un trabajo o una oportunidad de mejorar sólo puede suceder en un momento mágico y único de nuestra vida.
Consérvelo, agarre con fuerza y llévelo hacia usted. Usted que me mira ...
Un día, después de muchos días, uno de ellos se encontró con un sobre cerrado por las manos de la bibliotecaria. Al abrirlo, había un billete que decía: "Para ti que me mira, y me cargó el alma".