Vygotsky, Luria y Leontiev: los artífices de una educación revolucionaria

Y uno de los primeros problemas a resolver fue encontrar una nueva educación que hiciera frente a las exigencias. Los mayores representantes de esa psicología soviética y artífices de esa educación revolucionaria fueron Vygotsky, Luria y Leontiev. Según la visión de estos psicólogos, la educación era un asunto central

: un instrumento imprescindible para que la revolución iniciada fuera pasada para las generaciones siguientes. Hoy en día, los estudios soviéticos son considerados estudios de alto rigor científico y precursores de una educación revolucionaria. En este artículo, vamos a abordar el pensamiento de estos psicólogos, desde sus ideas de comunicación, desarrollo y objetivos de la educación. El modelo de comunicaciónEl primer problema que observaron en la educación de su época fue la pobreza de la comunicación existente. Ellos percibieron que los alumnos eran sujetos pasivos en la situación de aprendizaje

, una consecuencia de que la comunicación era unidireccional, del profesor al alumno. El modelo de enseñanza se basaba en un profesor que busca transmitir sus conocimientos a los alumnos y éstos absorber esas nociones sin cuestionamientos.

La psicología soviética vino para romper con eso, ella buscaba una educación constructivista. En este modelo, los alumnos son quienes construyen el conocimiento y son sujetos activos del aprendizaje. Por lo tanto, el modelo de comunicación unidireccional era incompatible. Para garantizar que los alumnos construyeran sus ideas, era necesario transformar el aula en un espacio de debate. La comunicación debería ocurrir libremente entre alumno-alumno y alumno-profesor, con las dos partes dispuestas a hablar ya escuchar.La función del profesor en esa clase no sería comunicar sus conocimientos magistrales. En este modelo, su meta sería guiar el debate entre los alumnos para fomentar en ellos una buena construcción del aprendizaje.

Esta es una tarea muy compleja. Sin embargo, se ha probado varias veces que cuando el aprendizaje es activo, la calidad de la enseñanza aumenta de manera significativa. La importancia del desarrollo

Otro problema fundamental que observaron fue la aclaración de la relación entre el aprendizaje y el desarrollo. Las bases de este principio fueron establecidas por Vygotsky con su zona de Desarrollo Iminente (ZDI). Vygotsky consideraba un absurdo hablar de aprendizaje de manera independiente al desarrollo cognitivo del individuo. Él expuso una teoría en la cual el desarrollo preestablecía el aprendizaje y el aprendizaje preestablecía el desarrollo, creando así un ciclo de desarrollo-aprendizaje-desarrollo.

Pero, ¿qué es exactamente la ZDI? Antes de profundizarnos en este concepto, debemos entender que cualquier persona tiene dos niveles de capacidad: (a) el nivel de competencias que alcanza por sí misma y (b) la competencia que alcanza con el apoyo de un tutor. Por ejemplo, un alumno puede resolver una serie de problemas matemáticos solo, pero si tiene la orientación del profesor, ese mismo alumno será capaz de resolver problemas más complejos. Por lo tanto,

la ZDI sería la diferencia que existe entre lo que el individuo es capaz de hacer con apoyo menos lo que él es capaz de hacer solo. Este concepto propone un área potencial de desarrollo que puede ser trabajada en cada persona. Según Vygotsky, la misión de la instrucción es transformar esas competencias de la ZDI en competencias que la persona pueda poner en práctica al mismo nivel, sin ayuda. Cuando esto ocurra, el individuo va a desarrollar una nueva ZDI, en la que va a continuar progresando, creando así un continuo desarrollo-aprendizaje-desarrollo. El objetivo de la educación revolucionaria

Aquí nos encontramos con una de las cuestiones claves de esa educación revolucionaria: ¿cuál es el verdadero objetivo de la educación?

Antes de responder, los psicólogos soviéticos observaron la realidad y percibieron que el objetivo de la educación estaba lejos de ser el desarrollo del potencial de los alumnos. Ellos concluyeron que la misión de la educación de su época era transformar a las personas en mano de obra

para los puestos que el mercado solicitaba. Es decir, crear una división del trabajo y dirigir la educación en el sentido de que las personas que pasas por ella fueran capaces de llenar las vacantes de esa división del trabajo. Hoy en día, con algunos matices y excepciones, podemos observar en nuestro sistema educativo la misma meta.

Esta nueva corriente psicológica buscaba romper con esa dinámica. Ellos creían que todos los individuos deberían tener la oportunidad de desarrollar su máximo potencial intelectual. Esto sin olvidar que necesitaban trabajadores para mantener el funcionamiento de la sociedad. Por eso, ellos creían que lo ideal era que los estudiantes participar directamente en la vida económico-social, saliendo periódicamente de la escuela para dedicarse al trabajo necesario para el mantenimiento de la sociedad. Actualmente, podemos observar que no existen muchas diferencias entre el sistema contra el cual estos psicólogos luchaban y el actual. Hoy vemos que en la mayoría de las aulas la comunicación sigue siendo unidireccional y estamos muy lejos de intentar explorar la ZDI de cada alumno. La educación revolucionaria propuesta por Vygotsky, Luria y Leontiev cayó en el olvido. ¿Pero por qué? Esto se debe al hecho de que

el objetivo de la educación aún no es el desarrollo del potencial humano. Nuestro sistema educativo busca producir trabajadores, así como una industria produce cualquier otro tipo de producto. Si queremos realmente evolucionar como sociedad, la educación es un factor esencial. Y mientras tengamos un modelo educativo que no se preocupa por el desarrollo de cada persona, seremos incapaces de progresar. Pero, ¿qué podemos hacer para resolver este gran problema? Esta es la pregunta que necesitamos responder a través del estudio científico de la educación y la sociedad.