Inspírese en los girasoles e imite su naturaleza vital, a la que los obliga a buscar siempre la luz del sol para nutrirse, para crecer en belleza y fuerza. Sin embargo, recuerde también que su luz auténtica no está en una estrella distante. Su verdadero sol está en su interior, por eso busque, escuche y siga su instinto.
El folclore construido en muchas de nuestras culturas alrededor de los girasoles está formado por componentes muy interesantes y mágicos. A menudo se asocian a la verdad, la honestidad y la lealtad. Se dice también que si en algún momento tenemos dudas sobre algo, es suficiente tomar un girasol del campo al atardecer, para después colocarlo bajo nuestra almohada. Así, cuando nos despierte por la mañana, estaremos seguros de lo que debemos hacer. "Todos somos como los girasoles: hay días ceniza en que andamos con la cabeza baja, y días en que nos erguimos felices por los rayos del sol".
CompartirSin embargo,
este tono tan positivo pierde un poco su intensidad cuando nos desplazamos a la mitología griega. Según la leyenda clásica, una joven ninfa del agua - llamada Clytie - se apasionó perdidamente por el dios Apolo y por la luz que él desprendía siempre que pasaba por encima de ella con su coche de fuego por el cielo. Ella admiraba su fuerza y su belleza, pero el dios nunca prestó atención en ella. Los días pasaron, dieron lugar a los meses, y los meses a los años ... hasta que Clytie perdió su apariencia de ninfa para empezar a crear raíces, para encerrarse en el suelo y dejar que de su hermoso rostro salieran pétalos de color de oro. El tiempo y la lealtad de su amor infructuoso la convirtieron en un girasol, en una bella criatura dedicada sólo a seguir con la mirada el objeto de su amor imposible: Apolo. En algunas situaciones, así como esta leyenda nos da a entender, enfocamos nuestros objetivos y deseos en metas imposibles. Así,
necesitamos ser capaces de atender y encender esta otra luz capaz de guiarnos mucho mejor: la que tiene sus raíces en nuestro interior.
Ser como los girasoles: la búsqueda de las mejores oportunidades La vida da muchas vueltas, las mismas que dan los girasoles sobre sí mismos siguiendo la luz del sol
, cumpliendo su naturaleza mágica basada en el fototropismo. A pesar de ello, queda claro que las personas no disponen de este instinto natural inscrito en nuestro ADN capaz de impulsarnos hasta este positivismo, hasta el horizonte donde se abren nuevas oportunidades, los cambios que nos harán crecer o las propuestas que es conveniente iniciar para mejorar, para ser más felices.
El ser humano, por así decirlo, debe moverse cada día en medio de un campo repleto de semillas de incertidumbre y malas hierbas del miedo. Ninguna estrella externa nos orienta, por lo tanto, estamos casi obligados a encender una luz interna con la que podamos guiarnos por los caminos en que nada está garantizado, en que nada es seguro ni factible. Sin embargo,con la fuerza de los sueños y la perseverancia, conseguimos arrancar nuestras raíces de la zona de confort
para dar inicio a nuevas trayectorias y proyectos llenos de expectativas. Por otro lado, Richard Wiseman, psicólogo de la Universidad de Hertfordshire y autor de libros interesantes como "59 Segundos - Piense un Poco, Cambie Mucho" y
"El Factor Suerte" explica precisamente en este último libro la importancia que el el estado emocional interno tiene la hora de "atraer" o de evitar la suerte. Además de existir un componente mágico, lo que hay en realidad es un tipo de actitud y de apertura mental para las oportunidades, para los focos donde la casualidad e incluso la serendipidad trabajan a nuestro favor. Veamos con más detalle a continuación. Usted es su propia suerte: encienda su luz Elizabeth Nutt Williams, profesora de psicología e investigadora de la Universidad de St. Mary, en Maryland, Estados Unidos, condujo un estudio muy interesante sobre el factor "suerte". Ella intentaba descubrir qué factores y qué características psicológicas definen a las personas que demuestran una tendencia mayor a experimentar serendipidades: los golpes de suerte inesperados que con frecuencias vinculan a la fuerza del destino o hasta al pensamiento mágico. "De todos los medios que conducen a la suerte, la perseverancia y el trabajo son los más seguros". -Marte R. Keybaud-
Fue posible demostrar, por ejemplo, que estos perfiles vinculados a la suerte puntuan más alto en apertura, en resiliencia, en resolución de problemas, positivismo, autoconfianza, innovación y creatividad. Además, presentan puntuaciones más bajas en el neuroticismo o en la tendencia a experimentar estados emocionales negativos como la ansiedad, la ira, la culpa o la rabia.
Podríamos concluir con eso que para ser nuestra propia suerte y encender esta luz, que como un faro debe guiarnos hacia un auténtico bienestar y una adecuada satisfacción personal, es necesario enfocar la vida desde una perspectiva más relajada. Dimensiones como la flexibilidad cognitiva o la habilidad para diferenciar lo que nos conviene en cada momento pueden ayudarnos, sin duda, a reorientar nuestras "antenas personales" en busca de horizontes más fértiles.Evitemos ser como la ninfa Clytie, pues por más poética que su historia nos parezca en un primer momento, es un claro ejemplo de alguien que enfocó toda su energía, emociones y vitalidad en algo imposible.
Seamos girasoles que, hechos de luz, de positivismo, alegría y confianza, son capaces de iluminar su propio camino, el que nos conducirá a la verdadera felicidad.