Ceder no es la solución

Creemos que la mejor solución ante las diferencias en las relaciones interpersonales es que alguna de las personas involucradas ceda frente a la postura del otro.

La consecuencia obvia es acabar con el conflicto; la persona cedió, "solucionando" el problema. Sin embargo, probablemente estamos simplemente postergando la situación, porque simplemente la "evitamos", y no la solucionamos. "Cedi frente a la postura de la otra persona y me adapto a otras ideas diferentes de las mías, que a menudo no acepto, pero me resigno, ya que ceder no me hace feliz".

Cuando existen diferencias,

buscar una solución significa, en primer lugar, aceptar que somos diferentes y en ningún caso pretender que la otra persona adopte mi punto de vista. Si cedemos o esperamos que la otra persona ceda, en realidad pretendemos "convencer" al otro de nuestro punto de vista. Si lo conseguimos, el otro habrá resignado a nuestro enfoque, la mayoría de las veces para no generar conflictos. Por lo tanto, ceder o esperar que alguien ceda supone no respetar las diferencias y no respetarse a sí mismo. Resignación y aceptación son dos cosas diferentes. La resignación equivale a ceder, a "dejar de ser yo mismo en beneficio de la otra persona". Nunca es la solución ya que, en primer lugar, el conflicto terminará apareciendo en otro momento, y en segundo lugar, la persona que se resigna no se siente bien, ni consigo misma ni con la otra persona. La resignación siempre conduce al malestar ya la censura por lo que la persona hizo por el otro, sin nunca ser recompensada.

Al contrario, cuando acepto, no pretendo cambiar a otra persona. Y tampoco permito que me cambien. Por lo tanto, buscar soluciones supone respetarnos y aceptarnos tal como somos, sin esperar que la otra persona cambie, ni ceda, ni se resigne a mi enfoque.

Pero, entonces ... ¿Cuál es la solución? La solución pasa por encontrar puntos en común, llegar a acuerdos y consensos,crear algo nuevo, donde ambas personas se sientan ellas mismas, respetadas y contentos por los resultados obtenidos. Para ello, es importante dedicar tiempo y tener una comunicación adecuada, donde ambas partes expresen sus emociones, sentimientos y opiniones, respetándolas y aceptándolas como válidas.

Hemos llegado a la solución cuando nos sentimos satisfechos y felices con el acuerdo,

sea cual sea el que hayamos elegido, porque es parte de la contribución de ambos. Ninguna persona se impuso, ni intentó convencer a la otra parte, ni hubo censuras.

Encontramos la solución, sin ceder, cuando no dejamos de ser nosotros mismos. Juntos llegamos a algo diferente, mayor, más creativo, ya que los acuerdos suelen ser nuevas propuestas creadas por varias personas, que a menudo superan las propuestas individuales presentadas.