Un buen estado de salud mental se caracteriza por la canalización de las emociones a través de pensamientos positivos. Supone tener una mayor confianza ante los desafíos que la vida impone y buena disposición para construir relaciones duraderas y de afecto mutuo con los demás.
Hay indicadores de una buena salud mental. Entre otros, podemos citar el buen humor y la exaltación por la vida; una disposición clara y variada al aprendizaje permanente; los deseos de experimentar novedades; una constante renovación de propósitos para la vida.
Disfrutar del tiempo libre desarrollando actividades placenteras y estimulantes no sólo amplía nuestra visión del mundo, sino que nos conecta con nosotros mismos y nuestro deseo de vivir.
¿Qué deteriora la salud mental? El aislamiento y la soledad no son buenos consejeros, excepto cuando el objetivo es leer un buen libro, hacer ejercicios de meditación o tomar un tiempo para reflexionar sobre algo que nos preocupa profundamente.
Los estados de aislamiento prolongados afectan el equilibrio de las emociones e incluso la salud física
, a menos que usted sea un maestro de meditación, o que existan circunstancias concretas que exijan soledad para poder realizar una tarea. En los demás casos, no hay razón para que esos estados se prolonguen.El uso de ciertas sustancias también deteriora la salud mental.
No debemos abusar del consumo de medicamentos, alcohol o tabaco. También no debemos creer en los elixires que algunas drogas prometen. Lo mejor es evitar las sustancias que pueden dañar el sistema nervioso o afectar el cerebro de forma negativa. También existen algunos hábitos cotidianos que no ayudan a mantener un equilibrio emocional y mental adecuado.
Ver televisión en exceso, o por simple aburrimiento, es algo que atormenta más de lo que entretiene. Crea la ilusión de estar comunicándose con otros, pero al mismo tiempo aísla a la persona de la convivencia social. Cómo tener una buena salud mental
La primera cosa a hacer es promover el cuidado de su cuerpo.
Nada más seguro que la frase "cuerpo son, mente sana". Cuidarse significa dormir bien, alimentarse adecuadamente y realizar algún tipo de ejercicio físico periódicamente.Tan importante como atender su cuerpo es enriquecer los vínculos con las personas que lo rodean. Es importante relacionarse de forma activa con familiares y amigos o colegas, no simplemente por costumbre. Dedique tiempo a las personas que son importantes para usted.
Si experimenta estados de angustia o tristeza, sería bueno realizar alguna práctica de relajación.
No se trata de cambiar su vida para ser como Dalai Lama, sino de introducir rutinas físicas que le harán muy bien. Lo mejor es realizar ejercicios de relajación que envuelvan todo su cuerpo, junto con prácticas de respiración profunda y controlada. Esto va a equilibrarlo además de mejorar su capacidad para desarrollar los procesos creativos.
Leer un buen libro, escribir ensayos cortos sobre el cotidiano, disfrutar de una pieza o concierto, fotografiar el amanecer o mirar el cielo estrellado a través de un telescopio son actitudes que le ayudarán a estimular enormemente su inteligencia emocional.
Entrar en contacto con la naturaleza no es sólo revitalizante en términos de bienestar, pero también genera estados de tranquilidad y contemplación, necesarios e importantes para el espíritu.
Tener pasatiempos estimulantes aumenta su alegría de vivir
y le permite conocer e interactuar con personas de edades diversas y mentalidades diferentes. Lógicamente, una de las cosas más importantes,
estar en contacto consigo mismo. Descubrir, aceptar, superarse y amarse. Tareas fundamentales que sirven de apoyo para el resto de las actividades y habilidades.