Nosotros, seres humanos, buscamos un sentido en las cosas y siempre queremos encontrar un "por qué".En muchas circunstancias, hacemos este análisis considerando la situación de las personas que nos rodean. Nos alimentamos de historias de los demás, luchando para encontrar un mínimo de similitud que nos haga percibir lo que nos sucede como algo menos extraño.
En algunos psicóticos, por ejemplo, aparece la "atmósfera delirante", una percepción de que el mundo ha cambiado y es siniestro para ellos. La línea que separa lo que llamamos normalidad de lo que se considera extraño es muy tenue y se desvanece con facilidad. Por todo ello es lógico que no sólo busquemos historias a nuestro alrededor, sino también soluciones a nuestros dilemas en corrientes de pensamientos o en determinados grupos sociales.Nos esforzamos para dar respuestas a nuestras preguntas, buscar soluciones a nuestros dilemas y encontrar los puntos que coinciden con otras historias.
Nuestra historia y nuestra circunstancia No podemos encontrar las respuestas de lo que somos en los demás.Todo lo que tiene lugar en nuestras vidas tiene una forma y sentido determinados, justamente porque sucede con nosotros y no con los demás. Ortega y Gasset ya analizaban esto en su magnífico libro "Meditaciones del Quijote" de 1914, haciendo referencia al concepto de circunstancia (lo que nos rodea y su relación con nuestro cuerpo y nuestra mente).
Llegamos a este mundo con un cuerpo y un contexto histórico concreto, y todo interactúa con nuestro contexto para lograr ser la versión que más nos agrada de nosotros mismos.
Esa que está en nuestro inconsciente, esa que nos lleva a escoger ciertas cosas y otras no. "Yo soy yo y mis circunstancias; "Si todos tuviéramos las mismas características personales y las mismas circunstancias, tal vez hubiera menos injusticias, pero también habría menos historias, esas que se reflejan en libros que nos hacen soñar y reflejar la generación tras generación. Por lo tanto, tengo mi paisaje y mis circunstancias y la forma de darles sentido, aprovecharlas o enfrentarlas es lo que hará que mi vida vaya tomando forma. La maravilla de las verdaderas historias y las falsas respuestas
Sin duda existen respuestas inequívocas para ciertas cosas. Una suma, una sustracción o el hecho de que la Tierra gira alrededor del Sol son explicaciones que parecen convencer a todo el mundo. Sin embargo, encontrar respuestas válidas para todas las personas en lo que se refiere a su vida y toma de decisiones en el ámbito personal es mucho más absurdo y peligroso que lógico y bondadoso. Las circunstancias crean historias únicas, no respuestas universales.
CompartirLos seres humanos están hechos de historias en su encuentro con el mundo.Lo que una persona vivió en comparación con lo que vivió la otra puede parecer en la forma, pero no en el fondo y en el significado que ese evento marcó para cada una de ellas.La graduación en la universidad para algunos puede representar un evento lleno de libertad y satisfacción, y para otras personas algo muy incómodo a causa de la indecisión y la melancolía que acarrea. Percibimos que la única cosa en común y clara para todas las personas es procurar sentirse bien, pero sentirse bien para cada uno de nosotros adquiere significados diferentes. Es por eso que no hay respuestas, sólo historias.
Sólo hay algunas pistas en el camino que podemos ir recogiendo, pero es sólo eso ... pistas. A veces acertaremos y otras erraremos, e incluso a veces traicionar nuestros propios deseos internos para agradar a los demás.
Nuestra historia es una respuesta válida para nosotros mismos Por lo tanto,
deje de analizar su vida tomando como referencia lo que sucedió con otras personas, cuán buena o mala fue la vida de esa persona tomando esa decisión o aquella. Cada vez que lo hace, renuncia a su propia individualidad, a su propio criterio e incluso a una pequeña revolución por el simple hecho de ser usted.
Analizar todos los casos imponiendo los mismos criterios es ignorar las circunstancias de cada uno, y eso sí tiene una consecuencia inmediata para la sociedad: la falta de empatía y la suposición de un modelo único de pensamiento que uniformiza nuestros pensamientos y entristece nuestras vidas. Luchar contra las injusticias y la falta de oportunidades es un deber social que muchas veces estará implícito en la forma en que usted resuelve sus circunstancias adversas: a veces, todo lo que necesita es ser usted mismo, sea cual sea su circunstancia, para cambiar algo en el mundo.