Incesto, tabú y comportamiento recurrente

Estamos en pleno siglo XXI y el incesto sigue siendo un fenómeno más o menos frecuente. De hecho, en algunos países es algo legal. Sin embargo, no hay muchas investigaciones disponibles al respecto. La mayoría de las veces nos enteramos de estas prácticas por las noticias y no por las investigaciones de los expertos.

Al mismo tiempo que es un tabú para la mayoría de las sociedades occidentales, no cesa de ser practicado. Los casos más recurrentes son entre padres e hijas. Freud recibió en consulta a una infinidad de pacientes que relataron actos de incesto con sus padres, reales e imaginarios. Sin embargo, también ocurre entre hermanos y otros familiares, e incluso entre madres e hijos. "En el hombre existe 1% de humano y el resto es, digamos, animal; esto da gran margen de territorio impenetrable. En el ámbito sexual, el humano es la prohibición del incesto, esto se ha dicho y es verdad, pero y el resto? "

-Alexandre Kojève-
Es un asunto del que, de todos modos, pocos quieren hablar. En general, es repudiado. Sin embargo, no deja de existir. Y para sorpresa de algunos,

no siempre corresponde a casos de abuso en el sentido estricto de la palabra. Se sabe de varios testimonios de incestos consentidos, e incluso existen grupos que promueven su legalización en países como Suiza. La prohibición del incesto

La ciencia demuestra que los hijos que son fruto de relaciones incestuosas son más propensos a desarrollar fragilidades genéticas.

Los patrones genéticos similares impiden que los rasgos hereditarios sean diversificados. Esto, finalmente, pone en riesgo la especie en su conjunto, ya que fragiliza biológicamente a los individuos para sobrevivir. Entonces, desde el punto de vista genético, el incesto es inconveniente para la raza humana. Sigmund Freud estableció que el incesto es un impulso básico del ser humano. En otras palabras, nacemos con la inclinación hacia las relaciones incestuosas. Sin embargo, en las comunidades nómadas primitivas, donde no estaba prohibido el incesto, las relaciones sexuales indiscriminadas entre todos los integrantes daban lugar a una violencia indiscriminada. Los machos, en particular, recurrían al homicidio dentro de su propio grupo de parientes para mantener el acceso sexual a las hembras. Con la evolución de la familia, fueron impuestos los modelos de exogamia o relaciones sexuales con individuos que están fuera del grupo familiar. Gracias a este orden básico se construyeron organizaciones sociales donde los miembros no se asesinan sistemáticamente. Además, promovió la evolución de la especie, así como la existencia de la cultura: sociedades donde hay límites para lo que está permitido y prohibido. En las relaciones humanas entran para balancear los factores simbólicos y no sólo los instintivos.

El incesto en el mundo de hoy En el mundo actual, podemos distinguir dos tipos de realidades relacionadas con el incesto.

Por un lado están los execrables abusos a que los niños son sometidos, en diversas partes del planeta. Los adultos que no lograron simbolizar las relaciones parentales, engañan o intimidan a los niños de su familia para satisfacer sus deseos sexuales. Es frecuente que ellos mismos hayan sido víctimas de abuso.

Por otro lado,

existen los llamados "incestos consentidos". Es famosa la historia de una chica que conoció a su padre a los 17 años y comenzó una novela con él, con el consentimiento de ambas partes. También se sabe de hermanos que vivieron lo mismo, de sobrinos con tíos e incluso de madres con hijos. El portal "El Nuevo día" relata el caso de una mujer de 30 años que inició una relación sentimental con su padre, ya siendo adulta. Un psicólogo apunta que: "Ella tuvo con su padre una relación de pareja de unos 10 años. Me dijo que fue una experiencia bella, fantástica, que nunca lastimó y que no contaba para nadie porque la gente no lo entendía. Había sido un secreto entre ellos. En la evaluación estaba bien, normal ".

Si observamos a Freud, diríamos que la cultura está fallando en su imposición simbólica de permisos y restricciones. En algunos seres humanos triunfa el animalito de la comunidad nómada y fracasa el concepto de sociedad. Esto da mucho paño para la manga, pero una cosa hay que aclarar. La relación sexual entre un adulto y un niño es una perversión, en cualquier circunstancia. Y si el niño es un familiar, las consecuencias sobre su vida psicológica son aún más nefastas. Hay líneas en este sentido que nunca deberían ser atravesadas.