Sabemos que el amor cura todo, que el amor cura heridas y crea nuevas visiones del futuro, pero ... ¿qué pasa cuando somos nosotros quienes amamos o nos sentimos amados? Cuando amamos a alguien y el otro se siente amado, se forma un sentimiento de aceptación y confianza que proporciona la motivación ideal para dar lo mejor de nosotros y ser personas mejores. El amor como fuente de motivación y entusiasmo nos hace mejores. Ser amado nos hace sentir seguros, creer en nosotros mismos y confiar en nuestro potencial. El amor incondicional genera en nosotros un motor, el cual abre puertas y posibilidades de expresión. Al sentirnos amados es un refuerzo que mejora nuestro bienestar, ya que significa que alguien disfruta de nuestra compañía de la manera en que somos. Es por eso que el amor nos invita a mostrarnos de manera sincera y auténtica. "El amor es el reconocimiento del potencial del amado y actúa como una energía que transforma. La mirada y el amor del otro nos dan vida y nos ayudan a transformarnos ". El amor nos da vida y nos hace brillar, el amor nos hace confiar y desarrollar nuestro potencial. Nos hace mejores y ayuda para que nuestras habilidades crezcan sin prejuicios y sin miedo de mostrarlas. No necesita ser el amor entre parejas lo que nos revitaliza, pues, por ejemplo, el amor que los padres muestran a sus hijos también hace crecer con confianza y seguridad.
El cerebro de quien tiene y expresa amor Cuando amamos, generamos en el otro una maravillosa sensación de paz y seguridad. Esperamos lo mejor del otro y confiamos en que nos responder de la misma manera, sin proyectar miedos o desconfianza, sólo nuestros mejores deseos y lo positivo que vemos en aquellos que apreciamos.
Cuando ofrecemos amor, promovemos una buena autoestima gracias a la burbuja de calma y de tranquilidad que creamos en ese intercambio.
¿Qué sucede realmente en el cerebro cuando amamos? Gracias a las técnicas de neuroimagen, Andreas Bartels y Semir Zeki, del University College de Londres, realizaron un estudio en el que se observó la actividad cerebral de algunas personas cuando vieron fotos de sus amados y cuando vieron imágenes de sus amigos para así poder estudiar las diferencias y compararlas.
Ellos descubrieron, gracias a esta técnica ya este estudio, que cuando nos apasionamos o sentimos amor por nuestros hijos, desconectamos partes del cerebro relacionadas con otras emociones y, sobre todo, con nuestra capacidad de crítica social. También observaron que cuando miramos a nuestro amado o amado, hay partes de la corteza prefrontal y ciertas áreas relacionadas con la agresión, miedo o planificación que se desconectan. Esto afecta nuestro juicio, ya que tendemos a confiar más y ser menos rigurosos con nuestra evaluación social. Podríamos decir con eso que nuestro cerebro está programado, cuando amamos, para ver lo bueno del otro.
El amor como fuente de motivación para ser mejores
Los científicos afirman que "el apego humano utiliza un mecanismo que supera la distancia social, desactivando circuitos conectados a emociones negativas y evaluación social crítica, y une a los individuos a través del circuito de recompensas, lo que explica el poder del amor como fuente de motivación y entusiasmo. Por eso, podemos afirmar que amar nos hace personas mejores.
El amor nos da fuerza para enfrentar nuevos desafíos, ya que nos trae una persona a nuestro lado que confía en nosotros, que nos ayuda a mejorar nuestro potencial para seguir y esforzarnos.
Amando, tenemos la oportunidad de crear todo esto en el otro; por eso, cuando proyectamos nuestro amor, generamos las mejores sensaciones y lo mejor de nosotros en el otro. Tanto amar como ser amados nos da la oportunidad de mejorar y desarrollar dentro de nosotros marcos de seguridad. Entonces, ¿qué estás esperando para amar?
El amor como fuente de motivación nos da fuerzas para enfrentar nuevos desafíos. Compartir