El amor es el más profundo, intenso y expansivo sentimiento que experimentamos en nuestras vidas diarias. Él mueve a millones de personas en todo el mundo. Él nos ayuda a curar nuestras heridas emocionales y a recompensarnos después de que nos hayan herido y herido nuestros corazones. Y no tiene que ser necesariamente el amor romántico, sino el amor en todas sus formas: autoestima, amor paternal, amor de amigos, etc. Sentirse reconocido y aceptado por los demás ayuda a reconstruir nuestros corazones ya sentirnos acompañados.
Una autoestima sólida puede ayudarnos a recuperarnos más fácilmente cuando estamos heridos y nuestro corazón sufre.
El amor propio es un buen remedio para aquellos momentos en que vemos obstáculos en el camino, en los que curar nuestros corazones heridos es tarea difícil. En vez de torturar, cuidar de sí mismo es una buena receta para estar mejor cuando nos sentimos traicionados por los demás. ¿Qué es el amor y para qué sirve?Cuando hablamos sobre el amor, no sólo hablamos del amor romántico, sino del amor como un todo.
El amor nos invita a socializar y expande nuestra capacidad de relacionarnos.
Normalmente, produce una agradable y placentera sensación de bienestar con respecto a los demás. Es un sentimiento poderoso que nos ayuda a crear conexiones profundas con las personas de las que nos gusta. El amor nos permite desarrollar la empatía, la tolerancia y la compasión en su estado puro. Es una emoción que nos hace sentir tan bien que se asemeja a una droga, porque cuando termina, siempre queremos más. El amor, de acuerdo con la Neurociencia, es una reacción psicofisiológica de nuestro cuerpo que secreta los neurotransmisores en el cerebro, tales como la oxitocina, la vasopresina y la dopamina. Estas hormonas traen sentimientos de placer, euforia, satisfacción y plenitud. A nivel cerebral, se activan áreas específicas que nos ayudan a crear vínculos, promoviendo actitudes positivas a nivel social y emocional con las personas a nuestro alrededor. Los corazones heridos son capaces de recomponer
Todos nosotros ya tuvimos nuestro corazón herido alguna vez. Puede haber sido un compañero afectivo o incluso un amigo del alma que nos decepcionó. El sentimiento es de tristeza, como si estuviéramos vacíos y sintiendo que nuestro corazón está siendo destruido en mil pedazos y con él la espina dorsal de nuestro equilibrio emocional. Imagínese que su mejor amigo deja de llamar porque ha encontrado a alguien y ya no tiene tiempo para estar con usted. ¿Cómo te sientes? Ciertamente traicionado y herido, sin entender el motivo de su reacción. A pesar del dolor que este disgusto nos trae, somos capaces de reconstruir nuestro corazón, así como el Fénix, que renace de las cenizas.
Nuestro corazón es capaz de salir más fuerte de la adversidad.
Este recurso es llamado resiliencia, la capacidad que tenemos de adaptarse positivamente a las circunstancias difíciles que encontramos. No importa si la vida nos golpea fuerte, también podemos aprender de lo que es doloroso. Es sólo una cuestión de ver nuestra historia desde otra perspectiva.
El amor propio es la línea que costura la herida. El amor propio es la base sobre la cual empezamos a recuperarnos después de una relación importante para nosotros haber terminado. En este sentido, la capacidad de aceptar nuestras propias fallas y nuestros puntos fuertes nos permite ser más amorosos y compasivos, tanto con nosotros y con los demás. Por ejemplo, imagine que usted acepta quién usted es y se siente cómodo con su aspecto y su interior. De esta forma, será más fácil enfrentar un rompimiento amoroso. Esto no anestesia el dolor de la pérdida que se instala en todos cuando perdemos una persona o una situación. Pero de esa forma por lo menos usted tendrá más fuerza para reconstruir su corazón partido después de haber pasado por el duelo.Decir adiós a lo que ya no está en nuestras vidas es a menudo difícil, pues sentimos mucha tristeza y dolor. Estas emociones nos pueden dar la falsa impresión de que nuestros corazones quedarán rotos para siempre. Sin embargo, si nos atrevemos a abrir el camino para que el dolor pase, las cicatrices quedarán, pero nuestros corazones heridos serán sanados.
Sólo las personas valientes piden ayuda No se sienta inferior si usted necesita a alguien que le dé la mano, porque eso es lo más normal del mundo.
Cuando estamos en un proceso de duelo, es probable que necesitamos contar con aquellas personas en las que más confiamos. Hable con las personas a su alrededor y déjelas ser solidarias. Las personas que lo aman pueden ayudarle a reescribir su historia, de modo que este capítulo oscuro se encierre y un nuevo y feliz sea abierto.
Usted se vuelve más fuerte cuando no carga solo su dolor, y sólo puede compartirla con la gente en quien usted confía. Asumir sus heridas hace que su corazón tenga, sí, cicatrices de orgullo, que son aquellas que muestran: "Yo ya pasé por esta situación difícil y logré superarla". A veces, si usted tiene problemas para llegar a este punto de buscar y externar sus problemas, puede ser el momento de buscar un psicólogo, que le ayudará a obtener una nueva perspectiva sobre su vida. En suma, el desamor y los corazones heridos se curan con mucho amor propio y rodeándonos de personas que nos aman. Su corazón, al final, será reconstruido y será cada vez más fuerte. Acepta tu dolor para que la tristeza pueda ser convertida en alegría de nuevo. Usted necesitará tiempo, y con ese tiempo también tendrá que dar una nueva oportunidad: para usted y para los demás.