Los consejos son opiniones subjetivas que un interlocutor transmite al otro con la intención de orientar una conducta de una forma determinada. Lo cierto es que hay personas que, sin preparación ni conciencia, van dando consejos para la vida de los demás. En ese artículo los bautizamos de consejeros, y es una especie de la cual, generalmente, toda familia o grupo de amigos tiene un ejemplar. Dar consejos no coloca en una posición de autoridad, de sabiduría e incluso de prestigio. Por otro lado, generalmente no los recibimos con desagrado - independientemente de ser algo cierto o no -, pues normalmente es una señal de que hay personas que se preocupan con nosotros. Sin embargo, esto no debe ocurrir cuando sospechamos que detrás de ese consejo hay alguna estrategia manipuladora para dirigir nuestra conducta.
Los consejeros podrían ser definidos como otro tipo de personas tóxicas, que con aire de buena intención, el inflam con lo que usted debe o no debe hacer con su vida, siempre basados en su propia experiencia.
CompartirAl basar los consejos en su propia vivencia, normalmente las conclusiones no se aplican a nuestros casos.Por tanto, si usted está con una persona que se entromete en su vida sin que usted haya pedido su opinión, argumenta con gran seguridad sin saber con certeza de lo que está hablando y, además, impone sus opiniones, usted está delante de uno consejero, y será mejor huir de él. "Tratando de ayudar, podemos causar daño al obligar al otro a recibir algo que no nos preguntó. Además, cuando insistimos en dar un consejo a alguien que no pidió, en realidad lo estamos dando a nosotros mismos.
- Alejandro Jodorowsky-en primer lugar, es aconsejable que ese consejo haya sido solicitado ; de otra manera, se corre el riesgo de "meterse donde no es llamado". En segundo lugar, es fundamental que sea especialista en el asunto, así podrá dar una recomendación basada en la ciencia o en la verdad. Por último, la única manera de dar un consejo de forma correcta es empaquetando con el destinatario y tratando de ver el problema por el ángulo de la persona, y no por nuestra posición particular, que es diferente.Anatomía de los consejeros
Para dar un buen consejo,
Como explicamos, el consejero tiene una serie de características que nos permiten reconocer con facilidad. Normalmente son personas mayores que nosotros, que por su edad, creen tener más experiencia - lo que no siempre es verdad - y piensan ser más sabios que nosotros.
A veces los familiares más cercanos e incluso los propios padres, se convierten en consejeros, incluso cuando somos mayores de edad. Desafortunadamente en muchas ocasiones -aunque no sea la intención- esta ayuda puede repercutir negativamente en nosotros.
CompartirEstas son las características comunes que podemos encontrar en esta tipología psicológica:
Suelen dar consejos típicos
"El tiempo pone todo en su lugar" o "crea en usted y todo cambiará" son típicos consejos que se lee en revistas de adolescentes y adolescentes y luego se acaba dando a otras personas para ver si les ayudan. Evidentemente, estas sugerencias prefabricadas nunca funcionan, ya que la persona a la que usted está dando ese consejo ya las conoce. Incluso, ya las aplicó, pero no son las que necesitan en el momento.
Más que ayudar, muchas veces podemos hacer que la otra persona se sienta culpable por no "creer en sí misma" o "no ver el lado positivo de las cosas". Compartir Tienen miedos que no saben enfrentar y los proyecta en su vivencia
Los consejeros generalmente son personas que tienen asuntos pendientes para resolver en sus vidas, tienen miedo de enfrentarse a circunstancias o no superaron algunas de forma eficiente. Esto hace que den consejos a los demás como una manera de reparar su propia vida. Nadie puede ayudar a otra persona si, previamente, tiene la mente llena de fantasmas.
Además, muchas veces los consejeros tienen características de alguien ansioso - "no lo hagan", "es peligroso", "y si no funciona?" - en lugar de alguien motivador, ya que ellos mismos, normalmente, se dejan guiar por el miedo que poseen.
Practican el "yoísmo"Un buen consejero siempre da consejos basándose en sí, sí y después. En vez de escuchar a la persona que está delante-algo que ayuda, y mucho- mientras termina su frase, rápidamente comienza de la siguiente forma: "Pues yo ...", "Conmigo también sucedió eso ...".
Todos, en mayor o menor medida, se utilizan de lo que hicieron en el pasado para dar consejos.
Esto nos hace sentir no comprendidos ni escuchados. Al final, seremos nosotros quienes tendremos que escuchar. No podemos olvidar que la experiencia de la otra persona poco tiene que ver con nuestra propia experiencia, aunque se parezca.
Cada uno tiene su equipaje vital y, sobre la base de eso, debe resolver su problema. Un profesional podría ser importante para orientarlo. Compartir
Da consejos en los que ni ellos mismos creen Lo más probable es que las indicaciones que el consejero da no hayan sido aplicadas por él en la práctica, probablemente porque él no cree en ellas. También puede ser que implica una gran dificultad: tal vez sea un consejo adecuado, pero no para ese momento.Los consejos, en todos los casos, deben ser realistas, progresivos y adaptados a cada persona.
Consejos generales como "si usted quiere dejar de fumar debe parar de un día para otro y empezar a consumir chicles para controlar la ansiedad" no sólo no son realistas - en este caso hay muchas otras técnicas que una persona puede usar -, cómo pueden perjudicar a la otra persona, llenarla de presión o ansiedad y todo esto puede tener el efecto contrario.Pensan que el otro no es tan capacitado como ellos y que los necesita. Los consejeros se ven como "salvadores de vidas" y piensan que los demás no están tan informados como ellos y que son inferiores y por lo tanto los necesitan. Esta actitud no es más que una excusa para que no se ocupan de sus propios asuntos, una forma de distracción para no preocuparse por su propia vida. En realidad, nadie necesita nuestros consejos, lo que necesitan es que cooperemos con ellos para, así, lograr alcanzar sus deseos y objetivos, lo que no es lo mismo.
Antes de dar un consejo a alguien que no pidió o sobre lo que no tenemos conocimiento científico, tenemos que recordar siempre la siguiente reflexión:
Quien intenta ayudar a una mariposa a salir del capullo, la mata; quien intenta ayudar a un grano a salir de su semilla, lo destruye. Hay ciertas cosas para las cuales no se puede prestar ayuda; deben ocurrir desde dentro hacia afuera.
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