El desaprender creativo: el arte de reinventarse

El desaprender creativo nos ofrece algo sensacional. Si queremos recuperar nuestro verdadero potencial, a veces no hay otra opción que dejar de lado muchas de nuestras creencias y aprender para empezar a ver el mundo desde otra perspectiva. Esta nueva visión debe ser completa, más rica en curiosidad y crítica. Sólo así podemos reinventarnos, sólo entonces seremos libres.

Hablar de creatividad es hablar de capital humano. Piense en ello por un momento: estamos ante un mercado de trabajo donde la mayoría de nosotros ha sido entrenada (formada) en habilidades y capacidades muy similares. Sin embargo, lo que las grandes empresas necesitan es innovar para posicionarse en un escenario social y económico cada vez más complejo y exigente.

"Creatividad es sólo saber conectar cosas ..."
-Steve Jobs-

No es difícil entender lo que significa hoy tener personas altamente creativas y por qué ellas son buscadas por su escasez en el mercado. Estos perfiles son los que proporcionan la "chispa" en los engranajes oxidados de muchas organizaciones, cuando cualquier cambio en una fase de estancamiento es, sin duda, un avance, una conquista valiosa. En sí y por lo que significa romper con una inercia de inmovilidad. Además, no podemos descuidar lo que implica a nivel personal ser mucho más creativo, más abierto a la complejidad y más ingenioso cuando se trata de dar respuestas a los problemas de la vida.

Esta flexibilidad mental y esa habilidad son una gran manera de invertir en nuestro crecimiento personal. Desaprender creativo: Elijo crecer

Ser igual a los demás o ser alguien capaz de destacar. Vivir preso en monotonía y mediocridad o optar por crecer en todos los sentidos: emocional, personal y profesional ... ¿Cuál elegiría? Como dijo Aristóteles una vez, la felicidad debe ser el propósito en que el resto es recogido. Para ello, es esencial asimilar y entrenar los recursos psicológicos y emocionales que nos permitirán evolucionar hacia la persona que queremos ser. Una manera de lograr esto es entrenarnos precisamente en aquella capacidad que todos tenemos, lo que viene de la fábrica: la creatividad. Si tenemos alguna duda sobre esto, si pensamos que si hay algo que nos caracteriza es ser poco originales y nada creativos, vale la pena leer el libro de Alice W. Flaherty, "The Midnight Disease" (La enfermedad de la medianoche). En él, podemos explicar cómo nuestras propias emociones, experiencias e incluso los sistemas de enseñanza van en los "engrosando"

, lentamente apagando nuestra chispa, nuestro potencial creativo, nuestras motivaciones ... Así, para "curarnos" , nos reinventar y despertar nuestro potencial dormido, tenemos que implementar el desaprender creativo. Para ello, nada mejor que el entrenamiento.

La importancia de romper con la mirada única

Reinventarse no es fácil, porque reinventarse a sí mismo, si usted piensa sobre eso, causa miedo. Es poco más que un acto de nacimiento en el que dejamos atrás parte de lo que éramos antes para dar lugar a un "yo" diferente. Cómo obtener este cambio? Es verdad que las empresas valoran la innovación y la creatividad, pero de alguna forma, la propia sociedad prefiere los pasivos, preferimos los silenciosos, dóciles y con preferencias similares.Reinventarse es un desafío para el cual no todo el mundo está preparado. Tenemos que ser capaces, pues, de romper con la mirada única; simplemente "despertar", despertar para reconectarnos con nuestra esencia, ya su vez llevar todo ese valor interior hacia fuera, con su propia voz, con decisión y de forma creativa.

Vea abajo algunas claves para alcanzar o, al menos, reflexionar sobre esa importante tarea.

3 claves para el desaprender creativo

El desaprender creativo NO significa olvidar o presionar el "reset" para eliminar todo lo que se nos ha dicho, enseñado o transmitido. Por encima de todo, significa saber cuestionar y nunca aceptar visiones únicas o verdades incuestionables. El desaprender también nos propone trabajar para maximizar nuestra inteligencia emocional. Muchas de nuestras emociones, hábitos, creencias y actitudes impiden nuestra creatividad. Otro aspecto en el que debemos trabajar es la flexibilidad. Muchas de nuestras vidas y experiencias emocionales pueden volverse casi inconscientes, aplicando un tipo de pensamiento muy rígido y limitado sólo a lo que consideramos correcto o aceptable. Sin embargo, ser capaces de abrirnos a experimentar, para ser flexible, para la práctica crítica y autocrítica, seguramente nos permitirá mejorar nuestro potencial humano.

En conclusión, es importante resaltar una vez más que todos podemos ser más creativos, más libres, más sofisticados cuando se trata de dar respuestas a problemas vitales. Por lo tanto, no dudemos en entrenar esta capacidad.