Depresión mayor: cuál es la causa y cómo tratarla?

Cuando hablamos de depresión, para todos nosotros, rápidamente, viene a la cabeza una serie de imágenes en las que visualizamos a alguien de expresión triste, llorando desconsoladamente y aislada de otras personas. Pero, entonces, ¿cuál es la diferencia entre la depresión más grande y la tristeza profunda? Es un gran error confundir los dos conceptos ya que, aunque están íntimamente relacionados, forman parte de una secuencia donde

la depresión mayor es el extremo más lejano e incapacitante. Un extremo donde la persona que sufre se encuentra en un submundo oscuro, tortuoso y sin esperanza. Sabemos que las emociones tienen un gran papel adaptativo y que, sean positivas o negativas, todas son necesarias para el correcto funcionamiento dentro de nuestro medio. La tristeza, por tanto, aunque pertenezca a la categoría de "emoción negativa", no deja de ser una emoción sana y adaptativa, gracias a la cual, en parte, logramos sobrevivir.

Nos sentimos tristes cuando percibimos que perdimos algo que para nosotros era extremadamente positiva, y la forma que el organismo tiene de drenar esa herida para conseguir curarla es a través de la expresión de la tristeza. Si, por ejemplo, perdemos a un ser querido, la tristeza inevitablemente florecerá en nosotros y nos conducirá a un estado de duelo donde lo sano será pasar por algunas o todas las fases que suelen componerlo. La idea es, una vez finalizadas, volver al estado anterior a la pérdida, excepto que siempre recordemos con cariño y nostalgia de ese ser que formó parte de nuestra vida.

En este sentido, el sentimiento de tristeza es sano, necesario y útil.Entonces, lo más lógico es que cualquiera de nosotros lo vivencie en situaciones igual o parecidas a las que mencionamos. Por lo tanto, cuando la tristeza nos invade, lo más sensato es vivirla, no negarla, ni luchar contra ella, hasta que poco a poco, vaya desapareciendo.

¿Qué causa la depresión mayor?

Como comentamos, la depresión mayor implica ir muchos pasos más allá de la tristeza. Está clasificada como un trastorno y, por lo tanto, hay que tratarlo con la seriedad y el respeto que esto significa. Antes de explicar las causas posibles, vamos a definir en qué consiste el trastorno.

La depresión mayor es definida por la presencia simultánea de una serie de síntomas importantes, y su presencia debe extenderse durante dos semanas. Para su diagnóstico es necesario que al menos uno de estos síntomas sea un estado de ánimo triste, deprimido, o una pérdida del placer (anedonía) con las actividades que solía apreciar.

Pero no bastan estos síntomas, es necesario que estos síntomas impliquen una interferencia relevante en la vida cotidiana de la persona que la sufre. Compartir Por otro lado, el diagnóstico de depresión mayor requiere cumplir los criterios adicionales de exclusión

: que los síntomas no sean causados ​​por una enfermedad o la ingestión de alguna sustancia; que los síntomas no son el resultado de una reacción de duelo normal por la muerte de un ser querido. Hay un subtipo, llamado melancólico, en el que aparecen a su vez una serie de síntomas, como la pérdida muy acentuada del placer, la falta de reacción emocional o la inhibición psicomotora.

Además, para diagnosticar el trastorno de depresión mayor, la persona no debe haber tenido ningún episodio de manía o hipomanía o si se trata de un caso de esquizofrenia u otro trastorno psicótico.No existe una causa única que determine que una persona sufra un trastorno de depresión mayor, pero en la literatura científica podemos identificar cómo coexisten diversas teorías explicativas, las cuales, como su propio nombre indica, pueden o no explicar un determinado caso en particular .

Compartir A nivel biológico, los desequilibrios químicos cerebrales, especialmente todo el ya conocido neurotransmisor serotonina, serían los encargados de la persona entrar en este estado de acentuada tristeza y anedonia. Actualmente, no se sabe con base científica si esos desequilibrios bioquímicos son causa o consecuencia de la depresión, de modo que no podemos concluir que bajos niveles de serotonina en el cerebro sean los responsables de la persona quedarse deprimida. Por otro lado, existen teorías de perfil más psicológico: actualmente las más basadas. La teoría más conocida es la de Aaron Beck. Su popularidad se calza en los hechos: es una teoría que acoge plenamente las suposiciones teóricas y la metodología de procesamiento de la información; en segundo lugar, dio origen a un tipo de tratamiento -la terapia cognitiva- que mostró ser igualmente eficaz o más que la terapia farmacológica, con la ventaja adicional de reducir en mayor grado el riesgo de recaídas y los efectos colaterales.¿Qué dice la Teoría de Beck sobre la depresión? Para Beck, después de la pérdida de la premiación (consecuencia positiva de la conducta) y la posterior emoción natural de tristeza, aparecerán en la persona una serie de errores cognitivos: fallas en el procesamiento de la información exterior, que serían los responsables del trastorno aparecer y mantenerse al mismo tiempo a lo largo del tiempo. Supongamos que la persona deprimida no es capaz de ser objetiva a la hora de percibir la información que la rodea y que, por lo tanto, distorsiona la realidad de forma negativa.

Algunas de estas distorsiones que ocurren con más frecuencia en las personas deprimidas son, por ejemplo, la magnificación de los hechos negativos que ocurren en su vida, la minimización de los hechos positivos que ocurren, la exageración de las consecuencias de tales hechos negativos y la supergeneralización o pensar que siempre será así y que nada cambiar. De esta forma, la persona se ve sumergida en la denominada tríada cognitiva negativa, que nada más es que tener una visión negativa permanente de sí mismo, de la propia experiencia, y lo que es peor, del futuro. Es un proceso cognitivo distorsionado que conduciría, según el autor, a los síntomas afectivos - tristeza profunda, falta de apetito, sentimientos de vacío ... - y los comportamientos - inhibición, descuido ...

Estos síntomas afectivos y comportamentales, a su vez, reforzar los pensamientos negativos, haciendo que se consoliden y perpetuen el trastorno.

Sin embargo, Beck no descarta el hecho de que en este tipo de procesamiento estén involucrados también factores genéticos, personales, hormonales, etc. ¿Qué tratamientos existen para la depresión mayor?

En líneas generales, podemos definir una clara diferencia entre los tratamientos farmacológicos, encargados de restablecer el desequilibrio bioquímico cerebral del que hablamos anteriormente, y los tratamientos psicológicos, aquellos destinados a mejorar el estado de ánimo del paciente, así como su funcionamiento existencial.

Dependiendo del caso a tratar, los profesionales de la salud mental optan por usar uno u otro, o ambos combinados.

Dentro del tratamiento farmacológico, los fármacos más empleados son los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Se utilizan con más frecuencia porque tienen menos efectos secundarios que los antidepresivos tricíclicos o los Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAOS). Todo el mundo ha oído hablar de Prozac (fluoxetina), que entra en ese grupo.

Lo que se pretende con estos fármacos, como su nombre indica, es impedir que la serotonina sea reabsorbida rápidamentey, por lo tanto, que no se pierda tan rápidamente su efecto en el cerebro cuando esta es liberada en el pequeño espacio que existe entre los dos. neuronas. El fármaco actuaría como un primer impulso que haría al paciente sentirse más animado a emprender acciones.

¿La depresión se cura con medicamentos? No, como dijimos, la medicación ayuda a la persona que no es capaz de dar ese primer paso a verse más preparada en términos de ánimo para ir adelante, y es justamente ese primer paso lo que hará que su depresión vaya mejorando.Compartir

Por otro lado, dentro de los tratamientos psicológicos los que se mostraron más eficientes son aquellos que están incorporados dentro de la corriente cognitivo-conductual. Suponiendo que la causa de la depresión es que el paciente tiene una percepción distorsionada, hacia el polo negativo, de su propia realidad y que, en función de ello, siente y actúa, el objetivo de este tratamiento será que la persona modifique esta orientación cognitiva.Siguiendo esta lógica,

la terapia está orientada a modificar la forma de pensar del paciente

, proporcionándole herramientas para identificar y modificar tales tendencias. Entonces, gracias a un cambio en su forma de pensar, el paciente comenzará a realizar las actividades que fue dejando de lado y que antes le daban placer, así como incorporar nuevas que pueden beneficiarse y agradarle.

Modificamos la conducta En este sentido, no tenemos por qué empezar modificando los pensamientos y creencias del paciente, pero

podemos empezar directamente con la activación conductual.

Si esta opción es elegida, el paciente podrá trazar una planificación diaria en la cual se incorporarán diferentes tareas que el paciente se compromete a cumplir. ¿Cuál es el objetivo? Que la persona que perdió, a causa de su falta de actividad, los estímulos existenciales que antes tenía y hacían que estuviera más feliz, vuelva a recuperarlos por medio de la acción. Compartir

El plan semanal debe incluir tareas tanto de dominio y de satisfacción. Las tareas de dominio son aquellas que ayudar al paciente a sentirse competente y que no se vea a sí mismo como un fracasado o un inútil. Un ejemplo puede ser reanudar o comenzar a hacer clases de inglés. Las tareas de agrado son aquellas que implican ocio y placer, como salir para hacer compras, dar un paseo, llamar a un amigo, etc.Lo que suele suceder es que la persona depresiva dirá que no se siente motivada a realizar ninguna tarea, que no encuentra sentido

, que no cree que sea su problema o que no tiene ni energía, ni voluntad. Lo común es que tenga un cajón lleno de excusas para no cumplir con estas tareas. Como terapeutas, necesitamos saber que esta actitud y estas excusas forman parte del trastorno y hacerla ver que tiene que luchar contra esa inercia. Modificamos las cogniciones Las técnicas cognitivas que usamos para modificar los pensamientos negativos y creencias serán la reestructuración cognitiva y las experiencias conductuales. Por medio de la reestructuración, lo que se pretende es que la persona cambie su manera negativa de pensar por una visión de la realidad más adaptada, no positiva, y que perciba que es capaz de soportarla y que, además, no es tan terrible como piensa. Por otro lado, las experiencias comportamentales ayudar al paciente a percibir cuán distorsionados son algunos de sus pensamientos. El terapeuta propondrá al paciente que realice una actividad o acción. Este necesita escribir lo que cree que le suceder y, una vez realizada, en la sesión siguiente, terapeuta y paciente analizarán lo que realmente sucedió.

Por fin, y dependiendo del paciente, se pueden utilizar otras técnicas más emocionales, como la imaginación racional emotiva - ver a sí mismo realizando una actividad y modificando sus emociones en la imaginación - el mindfulness - enfocarse en el aquí y ahora, sin dejar que la atención se desplace y aceptando de forma plena la realidad circundante - el entrenamiento en la asertividad o el entrenamiento de la solución de problemas. Referencias bibliográficas:Ortiz-Tallo, M (2004). Trastornos psicológicos. Ediciones Aljibe.

Forjan, M (2010). Tratando ... depresión. Recursos terapéuticos. Pirámide Psicología.

Bosh, M.J. (2009). La danza de las emociones. Edaf.