Cuando los niños empiezan a hablar, cometen una serie de errores lingüísticos que resultan de su proceso de aprendizaje. En realidad, a veces nos alarmamos cuando vemos que nuestro hijo pronuncia frases muy simples de sólo 3 palabras o que apenas puede hablar, pero eso no tiene que ser un problema. Por eso, es importante saber cuándo preocuparse y cuándo tomar esos pequeños errores como simples fases en su proceso de desarrollo. También es necesario tener en cuenta que algunos de estos errores, a menudo, también ocurren a los adultos: los famosos
lapsus linguae . Errores involuntarios que cometemos cuando queremos decir una palabra, pero proferimos otra, o cuando cambiamos conceptos involuntariamente.Esto se debe al hecho de que
nuestros pensamientos, a veces, no se presentan gramaticalmente formados en nuestras mentes y, por lo tanto, es necesario realizar un proceso de elección de palabras más apropiadas. Veamos algunos de los errores más comunes en niños de 3 a 6 años, dependiendo de la unidad afectada. "Nosotros pensamos con palabras, y estos pensamientos vienen a nuestra mente en la forma gramatical de sujeto, verbo, objetos y complementos sin que sepamos cómo se produce la oración". - Lashley, 1958 -
Errores lingüísticos más comunes en la infancia
Errores semánticos (léxico y significado)
A nivel semántico, entre 2 y 3 años, los niños hacen mucho progreso en los procesos de categorización y conceptualización.
Así, empiezan a comprender un gran número de significados, aunque no estén en el mismo nivel de niños mayores o incluso los adultos. De hecho, entre las edades de 2 y 6, los niños pueden aprender hasta 5 palabras por día. ¡Haga los cálculos!
"Aprender implica cometer errores y aprender de ellos". Compartir Cuando empiezan a usar una nueva palabra, los niños no son conscientes de cuál es su verdadero significado.
Gradativamente, van aprendiendo y disminuyendo esa diferencia semántica gracias a sus errores (juicio-error) ya su entorno. Es decir, van depurando el significado de los conceptos. Sin embargo, en este proceso de aprendizaje se comete dos tipos de errores lingüísticos:Por incompatibilidad:
son aquellos en que el niño se refiere a algo por otro nombre. Por ejemplo, llama una "bola" de "gato" o "coche" de "perro". Aunque son raros, son el resultado de una inadecuación entre el significado y el significante. Por superposición:
- son más comunes que los anteriores y ocurren cuando hay una coincidencia parcial entre el significado que el niño da a la palabra y al real o el considerado por un adulto. Estos, a su vez, son de dos tipos. Las extensiones son las más comunes a esta edad.
- Surgen cuando el pequeño extiende el significado de un concepto para las cosas, lugares, o personas que tienen rasgos en común. Por ejemplo, cuando usted llama "madre" a todas las mujeres con quien interactúa o de "perro" a todos los animales con patas. Lo opuesto son las limitaciones del campo semántico de la palabra.
- Ocurren cuando el niño llama "silla" solamente aquellas que existen en su cocina, y no en el resto de los lugares. Errores fonéticos (sonidos)
- Errores fonéticos son errores lingüísticos producidos en los fonemas, la menor unidad del lenguaje.
A veces estas faltas afectan toda la palabra, sus sílabas o sólo algunos fonemas. Así, ciertas veces los niños pronuncian las sílabas átonas, "tragan" letras o no pronuncian la consonante final de las palabras.
Son de los siguientes tipos: De anticipación (de repente agarro de repentino) De perseveración (es el banquito> es el banquito)
De intercambio fonético ("ladrones"> ladores, absoluta, absueluta).
- Hay niños que provienen un número muy limitado de fonemas, pero lo hacen muy bien. Otros, más intrépidos, hacen la opción por tratar de articular palabras que están más allá de sus habilidades. En general,
- cada niño tiene sus propias preferencias de articulación. "Aprendemos la lengua al final de innumerables experiencias".
- - Saussure -
Errores morfosintáticos La morfología y la sintaxis son dos componentes básicos del lenguaje. Los niños, en el desarrollo de este componente morfosintático, tienden a utilizar mecanismos de adquisición diferentes.
Los niños son como loros! Repetir lo que escuchan y hasta lo que no deben. Por eso, cuando sus padres dicen frases hechas, proverbios o fórmulas lingüísticas, existe el intento de copiarlos. Sin embargo,
el recuerdo está en un bloque como un todo, y no palabra por palabra. Por lo tanto, cuando pasan a imitarlas y reproducirlas en voz alta, no son conscientes de cómo fueron construidas, sólo siendo capaces de decirlas en el contexto en que aprendieron. Por ejemplo, si escuchan a la madre decir "Como usted está bonito hoy" a su marido, los niños harán la opción por reproducir esas mismas palabras en casa ante la misma situación. No generalizan esta fórmula. De la misma forma, cuando están aprendiendo, los niños de 3 años no saben cómo el sistema lingüístico está estructurado. Ellos no son conscientes de las reglas gramaticales, o de que las palabras se construyen sobre la base de criterios. Por eso, aprenden formas sintácticas independientes y aisladas unas de otras.
Con el paso del tiempo, perciben que existen reglas a las que deben someterse y las llevan al extremo.
Es lo que se conoce como hiper-regulación. Ejemplos de esto son "hecho"> "hecho" y "no sabo"> "no sé".
¿Cuándo es necesario alarmar? Existen ciertos tipos de comportamientos lingüísticos que pueden ser inadecuados para cada edad evolutiva e indican un retraso en la adquisición y el desarrollo de la lengua. Algunos de ellos son:
Articulación incorrecta de la mayoría de los sonidos.
Uso de frases aisladas o muy pobres.
El uso de frases formadas por sólo tres palabras o menos (hasta 36 meses es normal). Omisión sistemática de verbos, preposiciones, pronombres o artículos en frases.
La gran mayoría de sus emisiones orales son ininteligibles y casi incomprensibles.
Empleo excesivo de lenguaje de signos para hacerse comprender.
- Vocabulario y léxico pobres. No muestra signos de palabras progresivamente adquiridas.
- Sin embargo, los errores lingüísticos de los niños no son síntomas de un retroceso en el desarrollo de sus competencias lingüísticas. Por el contrario, son una señal de que el pequeño está progresando y empezando a entender el sistema lingüístico (Borregón, 2008). Bibliografía
- Arias, O., Fidalgo, R., Franco, N. y García, J. N. (2007). Evaluación e intervención en disturbios lingüísticos expresivos (PP. 133-142). Madrid: Pirámide.