Mi perro no es una mascota, es mi familia

Suele decir que quien nunca tuvo un animal doméstico, quien nunca descubrió lo que es vivir con un gato cautivante o con un perro obsesionado por pedir un poco de atención, no sabe lo que es el amor más puro y desinteresado ...

no sabe lo que es el amor más puro y desinteresado ... El que se ofrece a cambio de nada, lo que no guarda resentimientos y que, en silencio ya través de pequeños detalles, va haciendo de su vida un escenario más agradable y auténtico.

Entendemos el término animal doméstico como un animal domesticado que convive con los seres humanos. Sin embargo, podríamos decir que esta idea va más allá: no sólo convive, como es parte esencial de la propia familia.Compartir

Es posible que para muchas personas esta idea sea difícil de entender, en especial si pensamos en interpretar la palabra familia como la unión a través de la sangre que establece un tipo determinado de relación y parentesco.

Ahora, en realidad esta palabra contiene diferentes enfoques. A veces la sangre no es suficiente para "crear familia", porque son los vínculos basados ​​en la reciprocidad, en las relaciones significativas y en la autenticidad del día a día que nos une, que hacen que necesitamos tanto de las personas y de los animales a nuestro alrededor.

Toda emoción positiva, venga de donde venga, nos enriquece y nos hace crecer. Por lo tanto, todo está bien si todos los días usted deja una espina en el sofá para su animal doméstico, junto a su compañero o sus hijos.

Tal vez la gente se reía si usted explica que cada mañana su gato viene a despertar, o que su perro intuye primero que su propio padre sus tristezas.

Ellos también forman parte de nuestras vidas emocionales y, por eso, los acogemos, los integramos y los reconocemos como parte íntima de nuestro ADN particular. De nuestra familia.

Cuando somos adoptados por un animal doméstico

¿Ha experimentado lo que implica ser adoptado por un animal doméstico? Cuando un animal llega a nuestras vidas, nos observa con timidez y sorpresa, porque el mundo de los humanos a veces es demasiado complejo para él.

Las personas son volubles, almacenan momentos de ira e instantes de felicidad, a veces practican el rencor y lo que hoy no les gusta mañana las fascinas. Por otro lado, los gatos y los perros son siempre iguales y sólo esperan una cosa: ser amados.Compartir

Cuando somos adoptados por un animal doméstico muchas cosas que no percibimos cambian en nuestro interior. Ellos, a través de sus miradas limpias, juguetones y sinceros, saben leer muchas más cosas de lo que pensamos.

- Al adoptar un animal doméstico de repente descubrimos que somos el centro de la atención de un animal, que depende de nosotros ... y nosotros de ellos. Adoramos ese instante de llegar a casa y ser recibidos con esa alegría desbordante.

- Necesitan ser integrados en la familia como un miembro. Le gustan las rutinas, los hábitos y que siempre sean tratados de la misma manera, sin incongruencias.

- Cuando la adopción se transforma en plena integración, todos cambian un poco. Ellos se vuelven protectores, somos sus vínculos más estrechos, sus referencias, su regazo de la tarde para tomar una siesta.

- Ellos para nosotros son esa válvula de escape emocional de cada día, nuestros confidentes silenciosos, el consuelo de las tristezas y la explosión de los momentos de risa y relajación.Cuando somos adoptados por una mascota nuestra familia se hace más grande, y nuestro corazón más fuerte. Cuidar de ellos será una obligación, pero gustar de ellos es el mejor de los privilegios.

CompartirMi animal doméstico es único, y yo soy único para él

Si hay un aspecto gratificante a la hora de integrar a un perro o un gato en nuestra familia, es la sensación de que

somos el centro de su existencia. No cambia nada si un día usted despierta de mal humor, o si hoy el día terminó de la peor manera posible y usted fracasó en sus objetivos ... Para ellos, para nuestros animales, siempre somos los mismos, suceda lo que pase. No importan sus errores, sus distracciones, su apariencia, y menos aún cuál sea su pasado. Ellos viven el momento presente y sólo saben demostrar que usted es alguien que merece ser amado.

CompartirA veces, cargados como vamos con nuestras preocupaciones diarias, con nuestra prisa y responsabilidades, no percibimos cómo las miradas de nuestros perros, de nuestros gatos están puestos sobre nosotros ... Y eso es algo que deberíamos hacer.

Ellos viven cada momento de la forma más plena posible.

El ayer no existe y el mañana no tiene sentido, sólo anhelan pasar un buen momento con usted, esperando siempre que sea el mejor, el más intenso, desestresado y feliz. No son exigentes, nunca lo juzgar y tener la sutil habilidad de sacar lo mejor de ti.

Cuando usted llega a casa con la tristeza pegada en su cara, ellos, sus mascotas, su familia, saben cómo desvanecer sus pesares a la hora. Siempre aceptan un abrazo, una caricia y una palabra amable. Se dejan amar esperando que usted haga lo mismo. Son criaturas leales que hacen de nuestro día a día una aventura de anécdotas, de instantes amables que siempre dormir en el mejor lado de su corazón.

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