No, usted no es una pésima madre

Parece que buscamos cualquier motivo para entrar en el "modo de ataque". Actualmente, se ha creado una guerra en torno a la maternidad en la que, como de costumbre, la única culpable es la propia mujer, juzgada por muchos como una pésima madre.

Lo peor de todo es que somos nosotros, mujeres y madres, que hacemos mal a nosotros mismos; juzgando de forma muy dura, dependiendo de cómo actuamos con nuestros hijos. Para muchas, este es el criterio que vale, la única forma correcta de proceder, siendo las otras formas dignas de censura. Es verdad que existieron, existen y existir, por desgracia, madres que abandonan a sus hijos o que son negligentes. Incluso en estos casos, no deberíamos juzgar a la mujer como una pésima madre; es mejor decir que ella tiene algunos problemas, está equivocada, tomó una mala decisión en su vida y que no supo actuar de otra manera en el momento.La verdad es que son esas mujeres las únicas que tendrán que cargar el peso de su decisión por el resto de sus vidas. Sin embargo, este es un ejemplo muy radical y nunca deberíamos compararlo con las madres que aman verdaderamente a sus hijos y se entregan diariamente para dar lo mejor para ellos.

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Aunque nuestra forma de entender la maternidad, la educación que queremos dar a nuestros hijos o el tipo de alimentación por el que optamos en los primeros meses del niño sea para nosotros el mejor camino, no quiere decir que sea realmente el mejor, el único y el correcto.

Debemos ser tolerantes con las demás madres que optan por una forma diferente de criar a sus hijos: mientras ni el bebé ni la madre salgan perjudicados y estén felices, cuál es el problema?

¿Por qué usted no es una pésima madre

Usted no es una pésima madre si lo que define sus decisiones es el bienestar de ambos- el niño y usted. A pesar de que esto es correcto, los expertos recomiendan seguir ciertos pasos para la crianza del niño.

La realidad es que es la madre que pasa horas y horas con su hijo, quien verdaderamente lo conoce y cuenta con informaciones privilegiadas para reconocer cuál es la mejor forma de crearlo.

Las personas critican si decidimos amamantar durante mucho tiempo, pero también critican si decidimos dar biberón. Somos juzgados si dormimos con nuestro bebé hasta cierta edad, pero también si lo colocamos en un cuarto separado muy temprano. No es bueno acostumbrar a un bebé a los brazos de su madre, pero tampoco es recomendable dejarlo llorando solo ... estamos haciendo todo mal?

No! ¡De alguna forma!

Estamos siendo increíbles, de la mejor manera que sabemos y podemos, siempre actuando de forma amorosa, que es lo que realmente cautiva al bebé y sabiendo lo que más le conviene. No todos los niños son iguales: algunos se sienten solos al quedarse en sus habitaciones, ya otros no tienen ningún problema con eso y consiguen dormir tranquilamente. Hay bebés que no engordan lo suficiente con la leche materna y necesitan un soporte extra, ya otros crecen bastante y son muy saludables gracias a la leche materna.

No, usted no es una pésima madre. Haz lo que hagas, eres la mejor madre que un hijo podría tener, la que realmente sabe lo que va a beneficiar al bebé y beneficiar a los dos.Compartir¿De qué sirve cambiar el bebé de cuarto a los seis meses de edad de forma radical, si ambos van a sufrir? ¿Por qué usted está obligado a amamantar si esto le causa ansiedad y eso se transmite a su bebé?

¡Necesitamos liberar la maternidad de las emociones negativas!

Es una etapa para disfrutar, estar en calma, tranquila y feliz y, gracias a la ciencia y al sentido común, existen alternativas para facilitar este proceso.No sea extremista, ni consigo ni con los demás

Ya decía Aristóteles: en el equilibrio se encuentra la virtud. ¡Y qué razón tenía él! Como madres, lo mejor que podemos hacer es ser moderadas en todas nuestras decisiones y aún más moderadas a la hora de juzgar a otras madres. No se trata de leer de cabo a rabo todos los libros de maternidad y ponerlos en práctica, porque la sociedad piensa que ésta es la mejor forma y listo.Se trata de que usted también tenga en cuenta su instinto, de que

usted se siente feliz en cada decisión tomada y que deje de lado el hábito de juzgarse a sí misma

con mucha dureza. Lo más importante es que tanto tu bebé, como tú, estén sanos y felices en todos los niveles: físico y mental. Este es el mejor indicador de que usted está haciendo las cosas bien.Nunca podemos olvidar que somos humanas y tenemos el derecho de errar y corregir tales errores. Mucho menos podemos considerar a las madres malas por el hecho de haber cometido un error en determinado momento. Podemos empezar todo de nuevo y corregir nuestros errores, no hay problema.

Nosotros, madres, necesitamos apoyarnos y, sobre todo, respetarnos. Si usted no tiene gusto de ser juzgado, no juzgue a otras madres, aunque usted no esté de acuerdo con sus criterios. De hecho, los profesionales están ahí para dar consejos y consejos a las madres; y ellos pueden y deben consultarlos, por lo que no es recomendable aventurarse a corregir a una madre que actúa diferente de usted. No seas extremista. La moderación es el mejor camino. No pierda de vista lo más importante:

lo que realmente va a beneficiar al niño es crecer junto a padres conscientes y que la ame. Parabenice a sí misma por la buena madre que usted es y no se culpe por los errores que pueden suceder. Crear y educar son procesos que, por más especiales que sean, forman parte de la vida y se refieren a nuestra naturaleza humana. Así, necesitamos admitir el error como un elemento biológico y consecuente de los mismos. Es eso.