Es así, complicado y difícil, el día a día de aquellos que tienen prosopagnosia y, en muchos casos, ni siquiera saben que sufren de eso. ¿Quién es usted? Y ... ¿quién soy yo? Este trastorno no sólo impide el reconocimiento de los familiares más cercanos, amigos y conocidos por el rostro, pero puede incluso alterar la identificación de expresiones emocionales y la distinción del sexo de la persona.
Todas las caras parecen iguales, sin distinción.
Por eso, las personas a su alrededor pueden llegar a juzgar o sentirse heridas por no ser capaz de reconocerlas.
De hecho, así confesaba el actor Brad Pitt, que por sufrir de esa enfermedad fue muy tachado como arrogante por personas muy cercanas.
En los casos más graves, la persona no puede reconocerse en un espejo o en las fotografías donde aparece en un grupo. Esto puede tener consecuencias muy negativas, no sólo cuando se trata de mantener relaciones interpersonales, sino también en su desempeño profesional y en su autoestima, causando incluso depresión. Algunos creen que es un problema de memoria
El término proviene del griego prosopon (cara) y agnosia (ausencia de conocimiento). Las personas que sufren de esta enfermedad tienen una buena capacidad visual y pueden recordar y reconocer la mayoría de los objetos razonablemente bien. Por eso, así como cualquier persona sana, saben quién son sus padres, el color favorito de sus hijos, los gustos de su cónyuge, lo que comieron ayer o lo bien que su compañero de cuarto canta. Por lo tanto, aunque las áreas del cerebro que procesan las caras están en constante interacción con las redes neuronal de la memoria, no es un problema de la memoria en sí. En cambio, es una enfermedad que se refiere específicamente a los rostros.
Percibimos un modelo generalizado de cara
Antes de aprender a hablar o incluso empezar a balbucear, los bebés ya tienden a mirar instintivamente hacia los rostros. A lo largo del cuarto mes de vida ellos los procesan de manera claramente definida. Esto ocurre porque los rostros son extremadamente informativos: reflejan emociones, sentimientos, la identidad, el sexo o la etnia de una persona. La persona que sufre de prosopagnosia puede identificar las diferentes partes y órganos del rostro (nariz, ojos, boca ...), pero no es capaz de recordar su ubicación exacta dentro de éste ni de componer la estructura total de la cara. No puede convertir los elementos faciales en un solo patrón de rasgos y no puede asociar la fisonomía con la identidad de una persona.
Esto ocurre porque
los rostros se procesan de forma "holística" , es decir, no identificamos a una persona por sus ojos o por su boca. Precisamente porque somos capaces de obtener toda esa información, podemos integrarla simultáneamente para crear el modelo generalizado de un rostro. La solución son las claves contextuales
Sin embargo, aunque la incapacidad de reconocer los rostros es la característica más notable de la prosopagnosia, en algunos casos pueden percibir a los de personas cercanas: pueden hacerlo siempre que sus rostros se destacan del resto por una determinada. característica. En este sentido, utilizan
diferentes claves contextuales y estrategias para evitar posibles situaciones embarazosas y deducir a través de ese detalle característico quién es la persona frente a ellas. Por ejemplo, mirar el color de su cabello, sus gafas, su modo de caminar, su tono de piel, alguna cicatriz llamativa, una mancha o el calor de su voz.
Cuanto más notable sea la característica de la persona, más temprano y mejor podrá saber quién es: una ceja muy llena, orejas muy separadas, gafas verdes fluorescentes o un perfume penetrante pueden ayudar a identificar a las personas a su alrededor. ¿Es posible nacer con prosopagnosia?
Esta enfermedad puede tener origen congénita, ser hereditaria e ir pasando de generación en generación, aunque no sea el común. En la mayoría de los casos es un trastorno adquirido, cuya principal causa es una lesión cerebral en ambos hemisferios provocada por un accidente cerebrovascular, un tumor cerebral o, en menor medida, por traumatismo craneal o infecciones que afectan al sistema nervioso central, como la encefalitis.
La percepción facial involucra una serie de procesos cognitivos que están ligados a diferentes áreas y estructuras cerebrales.
Sin embargo, existe una región de nuestro cerebro que se encarga específicamente del reconocimiento de los aspectos fijos de los rostros: el área facial fusiforme (FFA). Se encuentra en el lóbulo temporal, en el giro fusiforme. ¿Cuál es el tratamiento? Actualmente,
la prosopagnosia no tiene tratamiento efectivo.
Sin embargo, los pacientes pueden ser entrenados en el uso de esas claves contextuales y es recomendable que las personas en su ambiente faciliten al máximo su día a día. Por ejemplo, diciéndoles los nombres de los que están presentes, evitando grandes aglomeraciones y encuentros sociales o viendo películas en las que aparecen muchos personajes.
¿Qué crees de esa enfermedad que, aunque no es muy conocida, afecta a un gran número de personas y las hace "ciegos faciales"?