La recaída en el sufrimiento ocurre con más frecuencia de lo que pensamos.Lejos de entenderla como un retroceso, hay que verla como un evento a veces esperado, como algo normal dentro del proceso. Dar dos pasos atrás a veces puede ser la mejor estrategia para ganar impulso. Después de todo, nadie sale del túnel en dos días, es un viaje largo donde son comunes paros y contratiempos.
Algo que todo terapeuta con experiencia en la intervención de depresiones, trastornos de ansiedad, vicios u otras enfermedades mentales sabe es que en su estrategia clínica con sus pacientes debe incluir un buen programa de prevención de recaídas. Sin embargo, como el propio profesional sabe, también es necesario que la persona sea consciente de que esto puede suceder.
"Sus emociones no deben ser paralizantes. No deben defenderse. No deben impedir que seas todo lo que quieras ser ".
-Wayne W. Dyer-
Quien vive un sufrimiento espera - con mucha frecuencia - que ese trance difícil e imposible de soportar pase lo más rápido posible, desea por encima de todo que llegue un momento en que finalmente pueda respirar sin que dona, y dormir varias horas seguidas sin despertar en lágrimas. Concebimos el proceso de recuperación como un segmento recto en el que, a cada paso, reducimos la distancia hasta el extremo que marca el final.
Es importante entender que esto no siempre funciona así. Es común que en un momento dado y casi sin saber por qué, dos pasos hacia atrás o peor, volvamos al punto de partida. Para evitar que esto ocurra y situarnos en un estado donde la recaída es mucho peor que la propia caída, es necesario estar preparado con un buen "arsenal" de medidas que nos protejan y recursos que nos impulsen. Recaída en el sufrimiento: ¿por qué ocurre?
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Biological Psychiatry, la forma en que procesamos la información determinará o no una posible recaída en el sufrimiento.
Por ejemplo, algo que se puede ver por resonancia magnética es que existen diferentes tipos de cerebro, y algunos son más hábiles cuando se trata de reaccionar a acontecimientos traumáticos, complejos o desafiadores. Habrá personas que avanzará mejor en el sufrimiento porque su foco mental es más resistente , porque su patrón de pensamiento es más resistente, y al mismo tiempo flexible. Otras personas, por otro lado, presentan progresos más lentos y contratiempos continuos porque tienden a anclarse en remover excesivamente la mente y porque procesan los estímulos de un modo más negativo. Todo esto provoca un agotamiento cerebral mayor y un desgaste de energía que deja al paciente estancado en un punto de difícil avance. Sin embargo, el hecho de que existen diferentes maneras de procesar la información y enfoques mentales distintos no significa que ciertas personas están obligadas a sufrir una recaída en el sufrimiento un día u otro.
Si hay algo que sabemos sobre el cerebro, es que su plasticidad es increíble y que podemos entrenarle,moldearlo para quitar los bordes que nos hacen más vulnerables. Todos podemos conseguir, veamos cómo.Estrategias para evitar la recaída en el sufrimientoComo señalamos, los buenos psicólogos y profesionales de la salud saben que para tratar cualquier enfermedad, trastorno o evento problemático son necesarios dos planes de acción: la propia estrategia de intervención y un punto intermedio para evitar recaídas, para mantener el estado donde el paciente encuentra fuerza y estímulo para seguir adelante.
Acepte la posibilidad de que una recaída pueda ocurrir A veces, debido a las circunstancias de la vida, estamos obligados a aprender a caminar de nuevo. Una pérdida, ya sea física o emocional, implica sufrir una caída, un sufrimiento donde todo se derrumba y estamos obligados a reconstruirnos, a aprender a andar una vez más. En este proceso, es común dar un paso hacia adelante y dos hacia atrás. No veamos esto como un problema, no veamos ese retroceso como la imposibilidad de seguir adelante.
Comprenda que a veces usted tiene que dar un paso atrás para obtener más impulso.
Las recaídas pueden tomar varias formas
Es necesario que estemos atentos a las formas como las recaídas tienden a materializarse. Estar prevenido nos permitirá reaccionar un poco más rápido.
Es común que las recaídas se materializan a través del desánimo y del mal humor.
Puede haber cansancio y pérdida de energía, sin embargo, también podemos sentir la necesidad de estar siempre ocupados. Necesitamos hacer muchas cosas para "no pensar". Debemos también tener cuidado con el abuso de ciertas sustancias. Algunas personas pueden, por ejemplo, sentir la necesidad de empezar a ingerir alcohol o incluso recurrir al abuso de ciertas drogas.
Mindfulness para prevenir recaídas
La práctica de la conciencia plena es muy útil para todas aquellas personas que hayan superado una depresión
- , que acabaron de pasar por un sufrimiento o incluso para aquellas que están dejando un vicio hacia atrás. Con esta práctica la persona adquiere un mayor control mental y abre un canal más poderoso para lidiar mejor con el sufrimiento emocional. De la misma forma, el mindfulness es especialmente positivo para regular los patrones de pensamientos negativos, otorgando calma interior y una mejor regulación de emociones como la rabia, la frustración o la tristeza. Por otra parte, la conciencia plena ofrece al paciente recursos adecuados para favorecer un buen diálogo interno, conciencia reflexiva y una conexión consigo mismo para detectar necesidades, miedos o ansiedades, para saber cómo reaccionar en cada momento.
- Finalmente, se debe subrayar que
- la práctica del mindfulness requiere conocimiento, implica saber cómo introducirla en nuestra rutina diaria