Hey, mujer. Me cuenta de tu prisa, mujer.Usted ha sido niña, se ha vuelto muchacha, y hoy es una mujer.
Degustó de tantos procesos en diversos universos, que hoy usted sabe el sabor que es convertirse en una gran mujer. Acalme su corazón, permítame vivir lo que se tiene, hay tiempo para todo. Entender esto es esencial para una vida plena consigo misma.
Moza, me cuenta de su prisa de querer un amor de novela, de querer vivir algo intenso y verdadero. Moza, me cuenta de esa voluntad de querer soltar todo, viajar a un mundo repleto de sentimientos sólidos y recíprocos. Veo en sus ojos deseos de vivir momentos simples, pero que hoy en día son raridad.
Usted sólo quiere ser llenada de sentimientos buenos, quiere un toque de dedo y está cansada de visitantes en su corazón; todos terminan aspirando un poco de su amor por el mundo, por la vida, por todo. Su prisa demuestra que usted desborda sentimientos verdaderos, no se contenta con personas rasas, que tienen sentimientos líquidos. Esta prisa toda sólo refleja lo que eres: Una mujer decidida, que sabe lo que quiere, verdadera, que está cansada de ese mundo incrédulo de amor, cariño y respeto.
Usted es un conjunto de elecciones propias y resultados únicos;
Un conjunto de aciertos y errores; Un conjunto de intentos y desistencias. Este equipaje que posee no se puede describir en algunos garabatos de cuaderno.Usted ya lloró, gritó, espermó y empinó la nariz que fue moldeada en alguna elección del pasado. Pero también ya fue más leve, tranquila, sonrió de los momentos que la hicieron sentir mejor; ser mejor para usted y para los amores encorpados.
¡Eh, muchacha, eres una gran mujer!