Vincular a alguien que no sabe lo que quiere puede ser peligroso

Vincular a alguien que no ama a sí mismo, que vive de las dudas, de la inseguridad y de esos miedos y vacíos que los otros necesitan equilibrar, nutrir y llenar, puede ser tan peligroso como caer en el vacío sin paracaídas. Porque quien no sabe lo que quiere hace del amor un juego mortal de inmadurez y sutil irresponsabilidad.

Hablamos de relaciones amorosas: cuando la mayoría de nosotros comienza una relación aspira a construir un vínculo feliz, digno y significativo. Queremos verdaderos compañeros de vida, amantes valiosos y personas maduras capaces de construir un proyecto en común: sólido y enriquecedor. Es lo que ansiamos con letras mayúsculas y con luces de neón, sin embargo, hay que admitir que la realidad a veces es menos reluciente.

-Alejandro Jodorowsky-
Según la Dra. Sandra Murray, profesora de psicología de la Universidad de Buffalo y experta en relación amorosa,

los cónyuges que se caracterizan por la clásica inseguridad personal pueden llegar a ser verdaderos saboteadores psicológicos. No sólo eso, este tipo de dinámica donde existe alguien que nunca sabe exactamente lo que quiere, que no invierte de forma clara en el propio compromiso y que duda de todo y de todos, define un tipo de realidad bastante común. Una cosa curiosa que esta misma autora explica es que hay muchas mujeres que suelen iniciar relaciones con hombres inseguros luego de haber dejado una relación compleja y tempestiva con una persona narcisista. Descubrir a alguien que inicialmente no parece tan enfocado en sí mismo provoca atracción. Ver que estamos ante una persona que se muestra falible, tímida y al mismo tiempo insegura, puede ser motivo de seducción por ese matiz más humano e incluso próximo. Sin embargo, a medida que la convivencia comienza y el día a día ocurre, descubrimos aristas afiladas.

Son como puntas de un complejo iceberg que surge de la nada y con el que nos chocamos inevitablemente, nos encontramos con una dimensión fría, distante y hasta destructiva ...

Veamos cómo sucede. Las consecuencias de unirse a una persona insegura En un primer momento, como ya hemos señalado, esta inseguridad puede parecer atractiva. Hay algo cautivante, dulce e incluso seductor en esos perfiles que se muestran vulnerables, que admite sus temores, sus dudas, sus limitaciones. No sólo eso,

no falta quien se apasiona por esas personas pensando que pueden cambiarlas, que pueden actuar como verdaderos salvadores proporcionando seguridad y moderación a quienes se equilibra en el fino hilo de los miedos.

Sin embargo, es necesario comprender esto mejor. En las relaciones amorosas nadie puede ni debe ir como salvador, como héroe de la baja autoestima, como mago de los miedos profundos o como valiente gestor de las actitudes limitantes. Esto es así por un motivo muy simple:

no podemos cambiar la personalidad de alguien del día a la noche, ya veces, incluso con tiempo, es imposible hacer eso. Este trabajo, tamaña y delicada hazaña implica solamente el propietario de esos territorios íntimos y privados donde habita la inseguridad y la inmadurez emocional. Por otro lado, las consecuencias que podemos sufrir vinculándonos a una persona insegura son muchas y muy diversas. A continuación presentamos algunas de ellas.La inseguridad personal en el amor deja secuelas

Apuntamos al principio que a veces hay quien se siente atraído por una persona insegura después de haber dejado atrás una relación con perfil narcisista. Y por curioso que pueda parecer, el narcisismo y la inseguridad más extrema y tóxica a nivel afectivo tienen patrones de comportamiento muy similares y no causan heridas muy diferentes. Las personas inseguras se caracterizan por una constante necesidad de aprobación y reconocimiento exterior. No podemos olvidar que quien no sabe lo que quiere dispone de una autoestima en peligro. Es como si fuera el neumático de una bicicleta que constantemente se pega, por lo que necesita ser desmontado y "llenado".

Otro aspecto común tiene que ver con los comportamientos errantes y tercos, con las oscilaciones emocionales y el constante cambio de objetivos personales. Vivir con un compañero inseguro e inmaduro es como regalar el corazón a alguien que no sabe cómo cuidar de él, que pierde el interés por él y al día siguiente lo necesita como el aire que respira.

La necesidad de control también es un rasgo común.

Esta falta de seguridad personal a menudo da lugar a la desconfianza, a dudar del vínculo con el compañero, a temer el abandono, la infidelidad o la traición. Por eso es común pasar por fases donde aparece la necesidad de controlar casi todos los pasos del cónyuge.

  • Como podemos ver, vincular a una persona que no ha invertido en su crecimiento personal, que está lleno de miedos y que es incapaz de invertir de forma firme y sana en el propio proyecto de la pareja, puede ser la peor de las decisiones. ¿Qué hacer si estamos con una persona insegura?
  • La inseguridad personal tiene grados
  • , es importante resaltar. Hay personas que son plenamente conscientes de ella y tratan de administrarla, moderarla en la medida de lo posible. Sin embargo, también hay quien lejos de verla, asumirla o aceptarla, se defienda de ella vistiendo una armadura de espinas. Quien se acerque demasiado está condenado a sufrir, mientras el delicado y frágil que existe en el interior permanece a salvo ... Generalmente las personas tienen miedo del amor, y esto se debe al hecho de que temen esas cosas que saben que las transformarán ...

-Pablo Picasso-

De esta forma, el primer paso a tomar, si estamos vinculados a una persona con ese perfil, es

conseguir que asuma su responsabilidad, que sea capaz de ver este comportamiento inseguro como el origen de la falta de la realización con relación a la pareja. Por otro lado, vamos a buscar que nuestro propio estilo de vida permanezca y no acabe sujeto a las necesidades del otro. Así, no perderemos nuestro buen ánimo llenando una baja autoestima, ni nos perderemos en ese escenario emocional donde a veces somos motivo de adoración y al día siguiente motivo del más frío desinterés.

Vale recordar que el amor sabio no es voluble, que el que ama de verdad sabe bien de lo que necesita cuidar y por lo que debe luchar. En una relación saludable no sirve la inseguridad permanente, ni el hoy te amo por la mitad y mañana de forma entera. Necesitamos permitirnos un amor valeroso, digno, colorido y enriquecedor.