Amor, necesito irme! - yo pensaba, llegó el momento de decir adiós, pero algo me prendía aquella historia. Yo, él, tantos nosotros a lo largo del camino. Una identidad mezclada y yo ya no era sólo yo, entonces ¿cómo habría de partir?
Usted no entiende, se hizo mío y me halla suya y así no veo que necesito de brillo propio, que no puedo vivir a su sombra atravesando mis propios deseos. No entiende mi necesidad urgente y gritante de vivir aventuras, de ser sorprendida, de estar libre por así decir, libre de rótulos que me hacen sólo suya. Usted no trae más flores, no prepara más la cena y ni habla más en cine; nos quedamos así embolados en una felicidad conyugal donde cada uno se encuadra en su mundo particular. No quedan historias divertidas, no hay más risas espontáneas, no hay más brillo en los ojos. Se quedó el amor y el punto.
¿Y qué se hace con amor cuando todo el resto se va? ¿Qué se hace con sólo yo, tú y el amor cuando todavía necesito pasión, suspiros, noches de luna llena y una copa de vino para acompañar? ¿Qué se hace cuando se han ido mis sueños de vida, mis devaneos románticos, cuando la conquista ya está garantizada y no queda nada más, nada más que yo, tú y el amor?
¿Qué harías si sólo te quedara el amor? ¿Qué crees que puedo hacer cuando me queda sólo el amor? ¿Cómo puedo decir no para mí, para todo lo que pensé que era un día, cómo no puedo saber si soy yo o si soy nosotros? Quiero partir, el corazón no deja, él busca en esos rasgos de historias los recuerdos que vivimos y me convence de que somos mejores juntos, me convence de que el amor es suficiente para reconstruir. Él me dice bajito que toda hermosa historia de amor necesita acabar un día, para recomenzar aquí o en otro lugar, por lo que él dice: quédate, quédate aquí, todavía queda amor. El amor en tiempos de ahora ...
Bien mismo es sentir a alguien que camina a su lado sin miedo de entregarse, que vive la pasión, la furia, el amor y la rabia del momento, la alegría o la tristeza, que explora sus sentimientos sin dudas, anhelos y completamente suelto en sus historias. Bien mismo es entregarse junto con ese alguien y hacer de aquella noche la inolvidable noche de su vida, es hacer de esa historia, sea ella corta o para siempre, la historia que usted sueña y no teme en vivir cada segundo con profundidad, como que se sumerge en un océano sin saber lo que va a encontrar, pero teniendo la certeza dentro de su corazón de que va a valer la pena.
bueno es vivir.
Es amar y ver el amor en los ojos del otro, es donarse con voluntad simplemente porque se siente bien así, es respirar profundo, es ganar un abrazo firme de quien menos espera, es levantar la cabeza y estar seguro de que nació para suceder.Para terminar,
bueno incluso es gente que dice lo que quiere y no tiene miedo de oír la respuesta , gente intensa, gente amable, gente de luz, gente de paz, gente valiente, gente que acoge y gente que pone a la gente para adelante. Y que no hay que olvidar que no hay que olvidar que no hay que olvidar que no hay que olvidar que, de sonrisa que calienta el alma, gente que no necesita hablar nada, apenas mirar en los ojos y dejar el silencio ser la magia del momento que va a eternizar en el corazón, en la memoria y marcar profundamente su historia.
Al final de la noche, queda la memoria. Se queda todo allí, parando en el aire, una memoria que se convierte en historia y que se pone loca para suceder en algún otro corazón, entre otras miradas, en pensamientos vecinos, en diálogos aleatorios ... ¡El resto es historia y memoria!