Quédese con quien seca sus lágrimas, y no con quien las multiplica

Nadie, en sana conciencia, gusta de sufrir, de llorar, de amargar decepciones, sin embargo, hay quien se aferra al que hace mal, al que aspira, al que disminuye , por mucho tiempo. Lo normal sería que valorizáramos todo lo que nos hace sonreír, sin embargo, en la práctica, muchas veces nos acercamos a algo o alguien que no hace más que hacernos infelices. En vez de eso, que tal quedarse con quien seca sus lágrimas, y no con quien las multiplica?Tal vez por ser una tendencia humana querer lo que es más difícil, la gente termina confundiendo "luchar dignamente por algo que vale la pena" con "luchar hecho muggle por algo que nunca traerá buenas cosas". En el anhelo de querer mantener por cerca lo que pensamos ser nuestro, perdemos la noción exacta de nuestro propio valor, en favor de quien no nos ofrece nada bueno.

Parece que no sirve para explicar a algunas personas cuánto sufren a causa de las personas que no son necesarias y de cosas superfluas, como si, allí, envueltas en el calor de sus tempestades, nada más tenía sentido fuera de aquel dolor al que desgraciadamente se acostumbraron y tomaron como parte integrante de sus vidas. Porque

la gente se aferra fácilmente, incluso al que lastima. Años de sufrimiento no son capaces de aclarar los pensamientos de muchos que creen que no podrán sobrevivir lejos de quien no junto está, lejos del empleo que ni el crecimiento trae, lejos de lugares donde su presencia no hace falta alguna. El miedo roba sueños, roba el razonamiento, roba vida. Miedo de lo nuevo, de lo que no es cierto, de lo que huye a lo que está puesto.

Hay un mundo tan imprevisible a nuestro alrededor que intentamos mantener cierta seguridad cerca, en las amistades, en los amores. Desgraciadamente, en ese recorrido, muchos de nosotros acabamos sosteniendo, no raramente forzosamente, justamente lo que no haría falta alguna e incluso lo que nos impide seguir adelante en busca de nuestra felicidad. Por eso es que hay poco reconocimiento y gratitud en relación a quien realmente merece. Por eso es que hay tanta tristeza en este mundo. Quien seca sus lágrimas también está dentro de usted

A partir del momento en que cada uno reflexione sobre lo que tiene que ofrecer, tanto que tiene de humano dentro de sí, jamás habrá tanta gente aprovechándose de quien no merece. Cuando sabemos nuestro valor, nadie puede enredarnos, nadie entra en nuestro corazón sin ofrecer reciprocidad. Falta amor en el mundo, pero falta, principalmente, amor propio. Sólo si amándose es que se está seguro de lo que significa felicidad genuina, muy lejos de quien sólo sabe anular sonrisas. Ame, pero también ame.