A veces, rendirse no es señal de cobardía, sino de coraje. Considere que no siempre la rendición significa falta de valentía, pero muy al contrario: es coraje, prudencia, inteligencia emocional. No sólo eso, en algunas circunstancias de la vida el coraje necesario para poner un punto final es mayor que el necesario para continuar con la misma historia.Dejar de poner resistencia puede ser una buena solución y, a veces, es la única salida que tenemos. Y eso no significa someterse a algo o alguien, ni quedarnos sin fuerza como dice el diccionario. Sin embargo, ceder ante alguna adversidad suele ser encarado por los demás como una actitud negativa que nos clasifica como frágiles y cobardes.
La cobardía y la prudencia son actitudes diferentes
Casi por inercia muchos de nosotros solemos clasificar, etiquetar y confundir actitudes que podrían explicar una misma conducta. Este es el caso entre ser un cobarde y el de ser prudente. Cualquiera de las dos actitudes podría explicar el hecho de que alguien abandonara un proyecto. Sin embargo, si estamos en este proyecto será más fácil explicar su partida por cobardía para evitar una disonancia cognitiva - una falta de sincronía entre lo que hacemos y lo que pensamos - incómodo para nosotros mismos.
Prácticamente toda nueva situación, responsabilidad o cambio lleva un miedo
, menor o mayor, y todos sabemos de ese miedo cuando estamos allí. Sin embargo, hay personas que por encima de ese miedo creen que continuar es una mala opción para ellas, y por eso no son cobardes. De hecho, muchas veces son valientes porque para ellas quizás fuera más simple continuar, y lo complicado era no hacer lo que otros esperaban. "El que es prudente es moderado; lo que es moderado es constante; lo que es constante es inquebrantable; lo que es inquebrantable vive sin tristeza; el que vive sin tristeza es feliz; y el prudente es feliz. "-Seneca-
Cobarde es aquel que se deja llevar por el miedo, el que no quiere correr ningún riesgo, lo que oyendo su yo interior, lo niega, lo que acepta la infelicidad como precio por la comodidad , etc. La cobarde no es quien retrocede, espera o se rinde en un momento dado de su vida porque juzga que esa es una respuesta inteligente para su bienestar.
Rendimiento, a veces, es signo de prudencia
: considerando los posibles riesgos de continuar donde estamos y actuando entonces de esa forma para no recibir más perjuicios innecesarios. No sólo eso, cambiar cuando algo no está funcionando es una actitud valerosa.La diferencia entre rendirse y el "ya es suficiente"
Tal vez el cambio sólo pueda ocurrir jugando la toalla y decidiendo tomar otro rumbo diferente. Esto sucede porqueexiste una línea tenue que separa el acto de rendirse del acto de reconocer que ya basta
: si usted ya ha dado todo de sí y no ve resultados, es bueno desistir y empezar de nuevo. "Porque esto está en el orden de las cosas, que nunca deja, cuando se trata de evitar algún inconveniente, de incurrir en otro. La prudencia persiste en saber reconocer la naturaleza de los inconvenientes, aceptando como bueno lo menos malo. "
-Maquiavel- No se puede forzar una cosa que no funciona. También no se puede obligar a nadie a sentir una cosa que no siente, ni tiene sentido buscar conseguir algo para el cual no estamos formalmente o psicológicamente preparados ... Los objetivos a veces llegan en un mal momento o son imposibles: que una determinada cosa no funciona también forma parte del misterio de la vida.Si ya intentamos y luchamos pero somos conscientes de que ya no tiene sentido seguir haciendo lo mismo; ¿por qué insistir? Entonces, rendirse es un gesto de consideración leal y noble en el que consideramos lo más íntimo "yo".
Si ya no existe motivo, no desperdicie sus fuerzas. La energía mejor empleada es aquella que usamos cultivando el arte de cuidar o cuidar de las personas que más amamos. Por otro lado,
la energía con la que contamos es limitada. De esta forma, desperdiciar fuerzas de una forma inútil y poco provechosa es privarse a sí mismo ya los que ama de parte de esa energía.
"No rendirse nunca, nunca, nunca, ni en lo grande, ni en lo pequeño, ni en lo fundamental, ni en lo trivial, nunca rendirse, excepto a las convicciones de honor y buen sentido." -Winston Churchill-Luchar sin un motivo que se sostiene es similar a dar cabezas en la pared: hacemos un esfuerzo superior y sólo cosechamos debilidad y cansancio. Mientras tanto, perdemos muchas otras cosas que realmente tenemos a nuestro alcance.
En resumen, si usted está en una situación donde continuar con algún proyecto, personal o profesional, no es viable, tal vez sea el momento de preguntarse si no es mejor abandonarlo.