Como casi todos los escritores, Mario Vargas Llosa es un lector apasionado. Pasó casi toda su vida entre la lectura y la escritura, por eso también es un gran conocedor de la literatura universal. Algunos libros lo marcaron a tal punto que hoy los reconoce como textos que toda persona debería leer antes de morir. En el libro que dice: "El embellecimiento sistemático de la vida gracias a su refracción en sensibilidades deliciosas, capaces de succionar de todos los objetos y de las cosas, de todas las circunstancias la belleza oculta que poseen, es lo que da al mundo de 'La Señora Dalloway' a su milagrosa originalidad. En este trabajo, el ganador del Premio Nobel afirma:
"Humbert Humbert cuenta esta historia con las pausas, suspenso, falsas pistas, ironías y ambigüedades de un narrador consumado en el arte de reavivar la curiosidad del lector en cada momento. Su historia es escandalosa pero no pornográfica, ni siquiera erótica. Una broma incesante de las instituciones, profesiones y tareas, desde el psicoanálisis - una de las bestias negras de Nabokov - hasta la educación y la familia, permean el diálogo de Humbert Humbert. En esta obra, Vargas Llosa indica: "Pocas historias han logrado expresar de forma tan sintética y subyugante como esta el mal entendido en las connotaciones metafísicas individuales y en sus proyecciones sociales".
La película "Apocalipsis Now" está basada en esta maravillosa obra de la literatura universal. 4- Trópico de Cáncer, de Henry Miller
Fue uno de los libros más controvertidos de su época y aún hoy continúa despertando fuertes polémicas. A su respecto, Vargas Llosa comenta:
"El narrador-personaje de Trópico de Cáncer es la gran creación de la novela, el éxito supremo de Miller como novelista." "Ese" Henry "obsceno y narcisista, despectivo del mundo, solícito sólo con su falo y sus tripas, tiene, ante todo, un verbo inconfundible, una vitalidad rabiosa para transmutar en arte lo vulgar y lo sucio, para espiritualizar con su gran voceirão poético las funciones fisiológicas, la mezquindad, el sórdido, para dar dignidad estética a la grosería ". La obra, escrita por otro premio Nobel, es una de las favoritas de Vargas Llosa:
"Al mismo tiempo que los demonios de su sociedad y de su época, Canetti se sirvió también de los que habitaban sólo a él. Barroco emblema de un mundo a punto de explotar, su novela es aún una fantasmagórica creación soberana en la que el artista funde sus fobias y apetitos más íntimos con los sobresaltos y crisis que fisura su mundo. El gran Gatsby, de Francis Scott Fiztgerald
Sobre el Gran Gatsby, Vargas Llosa apunta: "La novela toda es un complejo laberinto de muchas puertas y cualquiera de ellas sirve para entrar en su intimidad. Quien abre esta confesión del autor de El Gran Gatsby se presta a una historia romántica, de las que hacían llorar ". 7- El doctor Jivago, de Boris Pasternak
Una extensa obra hasta la que, sin duda, muchos llegaron gracias al cine. Un clásico de clásicos sobre el que el Premio Nobel Peruano comenta:
"Sin esa confusa historia que los manipula, aturden y finalmente rompe, las vidas de los protagonistas no serían lo que son." Este es el tema central de la novela, que reaparece, de nuevo detrás, a lo largo de su tumultuosa peripecia: el desamparo del individuo frente a la historia, su fragilidad e impotencia cuando se ve preso en el remojo del "gran acontecimiento".
8 - El Leopardo, de Giuseppe Tomasi de Lampedusa
Vargas Llosa es contundente en su comentario sobre esta obra:
"Como en Lezama Lima, como en Alejo Carpentier, narradores barrocos que se asemejan porque también construyeron unos mundos literarios de belleza escultural, emancipados de la corrosión temporal. En 'El leopardo' la varita mágica ejecuta aquella trampa, mediante la cual la ficción adquiere fisonomía propia, un tiempo soberano diferente del cronológico, es el lenguaje. 9- Opiniones de un payaso, Heinrich Böll