El lenguaje de la represión

La represión es un mecanismo a través del cual una persona expulsa de su conciencia los pensamientos, sentimientos o deseos que cree que son inadmisibles. Es decir, todo aquello que no tolera sentir, pensar o desear.

Podemos entender mejor con un ejemplo. Supongamos que hay alguien que tiene un (a) socio (a) estable con el que se siente feliz. Sin embargo, de repente, esa persona se siente atraída por otra y lo percibe como una amenaza. Siendo así, esa persona decide expulsar esa idea de su conciencia, pretendiendo que ella nunca ocurra. "La represión sexual y la culpa relacionada con nuestros deseos sexuales hacen que nos denigamos, que nos odiamos y odiamos con frecuencia a otras personas más libres y menos reprimidas."

-Albert Ellis-
Hasta aquí, todo bien. El problema es que hay una ley psíquica:

lo que fue reprimido no desaparece, pero sigue actuando inconscientemente. De hecho, los contenidos reprimidos, por haber sido reprimidos, adquieren una fuerza inusitada. Todo lo que fue reprimido retorna. El deseo no se elimina sacándolo de la conciencia, toma diferentes formas para volver a manifestarse una y otra vez. La represión tiene su propio lenguaje y esa es su principal expresión.

Los sueños, un lenguaje de represión En el momento de dormir, la conciencia deja de ser aquella centinela que está todo el tiempo diciendo qué pensamientos y sentimientos debe admitir y cuáles no.

Durante el sueño, la censura se levanta y el inconsciente se expresa plenamente.

A veces estos contenidos reprimidos quedan directamente expuestos mientras dormimos. Por ejemplo, la persona sueña que no dejó aquella por quien se sentía atraída irse, y que está en una relación con ella. Si lo que se ha reprimido tiene un grado mayor de complejidad, o se refiere a contenidos que son verdaderamente intolerables para la persona, el sueño tenderá a tener una composición más enigmática.

Ya no van a aparecer escenas literales, pero cada elemento aparecerá como símbolo o encubierto.

Son aquellos sueños que no parecen tener pie ni cabeza. En muchos otros casos, ni siquiera nos acordamos de lo que ha sido soñado. Los actos fallidos Lo que fue reprimido no retorna solamente a través de los sueños, sino también a través de acciones concretas que realizamos "sin querer" en nuestro día a día. Volviendo al ejemplo que abordamos anteriormente, un acto fallido sería, por ejemplo, que en lugar de marcar el número de teléfono del compañero (a), la persona ligara "sin querer" a aquel que le despierta atracción.

Todo lo que hacemos "sin querer queriendo" corresponde al concepto de acto fallido

o acto alcanzado, una forma de represión

.

Fallo porque no era eso que, conscientemente, queríamos. Alcanzado porque, en el fondo, eso era lo que queríamos hacer. Los lapsos de lenguaje o lapsos de escrituraOperan de una manera muy similar a los actos fallidos, pero aparecen únicamente en el terreno del lenguaje. Son "errores" involuntarios en el momento de hablar (lapsos de lenguaje) o al escribir (lapsos de escritura).

Recuerdo lo que pasó conmigo: yo quería escribir a una niña "usted es bella", pero sin querer omiti una letra y terminé escribiendo "usted es ella".

También existen los lapsos de memoria, en los que olvidamos, momentáneamente, algo que no tenía por qué olvidar. Por ejemplo, el nombre del jefe, o incluso de un hijo. Los síntomas neuróticos Los síntomas neuróticos son otro tipo de represión.

Son acciones más o menos absurdas que emprendemos en nuestra vida cotidiana, o situaciones inexplicables que sobreviven sin saber el porqué. Lo que expresan es ese deseo que reprimimos y que intenta manifestarse.

Por ejemplo: una persona que constantemente siente que va a provocar un incendio y acaba confirmando varias veces que la estufa está apagada. O alguien que revisa tres o cuatro veces se dejó la puerta cerrada, porque tiene la impresión de haberla dejado abierta.

También hay algunos casos como el de un funcionario que ha sido maltratado por su jefe y quiera responder, pero no tiene coraje. Entonces, él puede terminar perdiendo la voz o comenzar a sentir dolores en su garganta. Las bromasLas bromas expresan lo que está reprimido no en el plano individual, sino en lo social.

Esta forma de represión revela sentimientos de rechazo, desafía los tabúes y los deseos colectivos.

Hay muchas chistes xenofóbicas, sexistas, etc., que permiten expresar sentimientos o ideas que, si dichas de otra manera, serían censuradas socialmente. En este punto, para muchas personas, reside la gracia de muchas de ellas.