hizo que gran parte de este pensamiento desapareciera y, a su vez, permitió conocer parte de los procesos que ocurren durante el sueño. Aún así, todavía estamos muy lejos de comprenderlo completamente.El misterio de los sueñosSigmund Freud encontró en el contenido de los sueños (el onírico) un
vía de lujo para acceder al inconsciente humano. Así, pudo establecer que la mente representaba simbólicamente sus miedos, recuerdos y deseos mientras dormía. Postuló, entonces, que el contenido onírico es una especie de rompecabezas que se puede descifrar.En el campo de la psiconeurología, el sueño fue abordado de manera diferente. Los científicos estudiaron los cambios producidos en el cerebro mientras dormimos. Esto les permitió comprender la fisiología del sueño y establecer algunos de los procesos que se dan durante el mismo. Para ello se realizaron diversas experiencias.
Los investigadores encontraron evidencia de que, durante el sueño, el cerebro procesa la información que se adquirió durante la vigilia.
No sólo refuerza los recuerdos, sino que también los depura, haciéndolos esenciales y desprendiéndose de los elementos más irrelevantes.Pero el asunto no termina ahí.También se pudo comprobar que el cerebro logra establecer relaciones entre los datos y se esfuerza para resolver los problemas que pudieron parecer insolubles cuando estábamos despiertos. Es famoso el caso de
Friedrich Kekulé, quien pudo encontrar la estructura del Benzeno mientras estaba durmiendo, a pesar de no haber podido encontrarlo mientras estaba despierto.
Las experienciasEstos descubrimientos sobre el sueño parecen producto de la ficción, pero en realidad son fruto de innumerables estudios realizados en diferentes épocas y en varios lugares del mundo. Primero fueron
AserinskyyKleitman, dos fisiólogos de la Universidad de Chicago
, que encontraron los ciclos del sueño.
Ambos investigadores pudieron comprobar que, durante el sueño, hay fases de 90 minutos cada una. En el REM, o de movimientos oculares rápidos, la actividad cerebral es muy parecida a la que ocurre durante la vigilia. Entre una y otra de esas fases, hay una actividad de "olas lentas".Esto reafirmó que el cerebro no es pasivo mientras estamos durmiendo.siguieron diversos estudios junto a esas comprobaciones. En 1994, dos neurobiólogos israelíes descubrieron que ciertas tareas intelectuales podían mejorarse si la persona había dormido al menos seis horas.En los años 2000 y 2006, aparecieron nuevas evidencias que permitieron concluir que los recuerdos se fijaban y se refino durante el sueño.Los datos más interesantes aparecieron en 2007, cuando se pudo comprobar que el cerebro aprende mientras estamos durmiendo.En varias experiencias hechas, primero con ratas y, entonces, como seres humanos, se concluyó que el cerebro continúa procesando datos durante el sueño. Es capaz de realizar procesos analíticos para establecer patrones, por lo que es posible resolver problemas al dormir.
La memoria es la función del cerebro que parece más estrechamente ligada al sueño. No tenemos una mayor disposición para aprender o memorizar mientras dormimos, pero el cerebro continúa procesando lo aprendido durante el día, puliendo y organizando. Sin embargo, todavía hay muchas preguntas sin respuestas.Lo importante es que, de un modo u otro, las culturas antiguas tenían razón al dar al sueño un papel más importante que un simple descanso.
Tal vez los sueños no nos permitan conversar con las divinidades, pero son una puerta para las infinitas posibilidades del cerebro humano.Créditos de la imagen: Toni Blay