Diferentes actividades pueden generar cambios cerebrales positivos. Una de ellas es la lectura. Es fascinante y provoca modificaciones increíbles. Debo decir que no todos los libros son capaces de causar un gran impacto mental. De acuerdo con varios estudios, leer historias sobre personajes, reales o ficticios, es una de las actividades que generan más transformaciones.
Actualmente muchos se preguntan para qué sirve la literatura. En realidad, algunas personas incluso cuestionan su valor, creyendo que es lo mismo que ver una película, pero con una dosis extra de dificultad. Un libro y sus letras deben competir con los efectos especiales alcanzados en el cine o la televisión. No todos logran llegar a ese punto donde usted forma parte del libro que está leyendo, entonces, prefieren ver todo en una pantalla.
Sin embargo, es claro que la lectura es una experiencia muy diferente a la de ver una película. Primero, usted necesita más concentración, abstracción e imaginación. En segundo lugar, los cambios que provoca en el cerebro son mucho más intensos y duraderos. Veamos lo que algunos expertos dicen al respecto.
Cambios cerebrales en la percepción
Su percepción del mundo cambia cuando usted está leyendo. Como afirma Keith Oatley, profesor de Psicología Cognitiva de la Universidad de Toronto (Canadá), leer una escena bien descrita equivale a verla.
Lo que su mente hace es traer objetos de su memoria que son similares a la escena descrita. Esto es como crear una especie de fotografía mental. Por lo tanto, varios procesos se activan al mismo tiempo, involucrando memoria, percepción y creatividad.
Al final de una lectura que contenga varias escenas bien descritas, tendremos la capacidad de crear un álbum de escenas propio e intransferible. Es su mente que acomoda todos los elementos, haciendo una asociación entre lo que lee y lo que sabe. Esto produce cambios en el cerebro en términos de percepción e inteligencia.
Leer también es vivir
Raymond Mar, investigador, doctor en Psicología por la Universidad de York, va más lejos. De acuerdo con estudios hechos sobre eso, todo parece indicar que el cerebro no distingue bien lo que lee de lo que vive. Algo semejante sucede cuando asistimos a una película, pero en el caso de la experiencia de la lectura, ella es más íntima y profunda, de modo que genera cambios cerebrales más importantes. Nuestros cerebros se comportan de una manera muy similar cuando imaginamos una historia y cuando la vivimos en la realidad. El Dr. Mar dijo que
al leer lo que un personaje está haciendo, en nuestro cerebro se activan las mismas áreas que el personaje necesitaría activar para realizar lo que se proponía. En otras palabras, vivimos esta lectura como si fuéramos el propio personaje. Estos cambios que ocurren en el cerebro son tan relevantes que pueden ser localizados e identificados a través de exámenes de neuroimagen. Por ejemplo, cuando el personaje anda, en nuestro cerebro se activan las áreas motoras relacionadas con el piso. Literalmente vivimos lo que leemos, y todo gracias a un tipo específico de neuronas, las neuronas-espejo. Sí, aquellos que, por ejemplo, nos hacen imitar un bostezo cuando vemos a alguien bostezo, o los mismos que hacen que un bebé sonríe cuando le sonríe.
La lectura y la empatía
Los investigadores dan mucho énfasis a los cambios cerebrales inducidos por la lectura sobre la empatía. Primero, ellos detectaron que las áreas del cerebro que se utilizan para leer y comprender las acciones de ciertos personajes son las mismas que usamos para entender a otras personas. Al final, lo que queda en el fondo de ambas experiencias es un proceso de comunicación.
Así, por un lado, vivimos lo que el personaje vive como si fuésemos nosotros mismos. Por otro lado, al hacer este ejercicio también
estamos aumentando nuestra capacidad de comprender a los demás, al asociar situaciones y emociones. Conclusión: la lectura es una manera de practicar y enriquecer nuestra empatía. Nosotros cambiamos nuestro punto de vista cuando hacemos una lectura que implica contar una historia. El Dr. Mar da un ejemplo concreto de ello. Se refiere al caso de una persona con discapacidad. Si sus experiencias se narran con muchos detalles, y aunque no tengamos ninguna limitación, llega el momento en que entendemos lo que esa persona siente. En otras palabras,
aprendemos a colocarnos en el lugar de los demás. Estas son sólo algunas de las contribuciones que la lectura nos trae. Son los cambios cerebrales que ocurren cuando usted toma un libro en sus manos y es capturado por él. Ellas son decenas.
Una buena lectura nos transforma positivamente, nos permite crecer , unirnos más profundamente a la humanidad y volverse más inteligentes.