Los principales obstáculos al comienzo de una relación

Cuando empezamos una relación, sobre todo al principio, se presentan diferentes obstáculos que hay que superar. Esto es algo inevitable y muy común, ya que estamos conociendo a fondo a la persona e intentando encajar sus piezas con las nuestras, de manera que las quinas no perforen ninguno de los dos.

En la interacción al comienzo de una relación surgen dificultades con las que usted tendrá que lidiar. Nuestras expectativas van a ser derribadas poco a poco, y vamos a dar cara a la realidad. Este paso puede generar mucha frustración si idealizamos demasiado a otra persona.

Estos obstáculos, en general, sirven para tener un mayor conocimiento de la otra persona, y su superación forma los cementos sobre los cuales la relación seguirá construyéndose. Por ser un proceso de adaptación, vamos a tener que aceptar las complicaciones y, en algunos casos, armarnos con paciencia para superarlas. Irregablemente eso forma parte del proceso de descubrimiento y redescubrimiento de la persona con la que comenzamos una relación.

Aprender a comunicarse

Comunicar y hacerlo bien es uno de los principales desafíos presentados a las parejas, sobre todo al inicio de la relación cuando aún no se han construido las dinámicas compartidas. Para que la comunicación sea saludable, tenemos que aprender a expresar lo que necesitamos.

Una persona que ha estado mucho tiempo con nosotros probablemente ya se ha convertido en una experta en interpretar nuestro lenguaje verbal, pero un nuevo socio sin ese equipaje va a tener una vida más fácil si proponemos una comunicación abierta en lugar de encriptada.

La comunicación a menudo puede ser perjudicada por los malentendidos y las interpretaciones que vamos haciendo en tiempo real y de manera casi automática. Para superar esto, una buena idea es siempre preguntar antes de interpretar, y sobre todo invertir toda nuestra atención en escuchar cuando hablan con nosotros. Aprender a comunicarse en una relación será un desafío por el cual tendremos que pasar antes o después.

Si no aprendemos a comunicarnos, la relación está destinada al fracaso. Es un pilar básico para el buen funcionamiento de la relación de pareja, por lo que no podemos descuidar. Ajustar a la realidad

La idealización es un componente estrechamente relacionado con el acto de enamorarse; es inevitable que nos fijamos más en las cosas buenas de nuestro compañero cuando iniciamos la relación. Sin embargo, hay que intentar tener los pies en el suelo para que nuestras expectativas no se distancian mucho de quien realmente es la otra persona.

Tenemos que saber que, aunque nuestro socio tenga muchos aspectos buenos, también tendrá otros muchos de los cuales no vamos a gustar. Al final de cuentas, es en la aceptación que aparece el verdadero amor, cuando estamos preparados para ver a la otra persona tal y como es, sin pretender cambiarla. Intentar llenar el vacío

El socio no está allí para cumplir con nuestras expectativas, ni para llenar nuestro vacío interior

. Buscar una persona para no sentirnos solos y para olvidar experiencias pasadas con otros socios es la primera remada para que la relación no llegue a un buen puerto. Los vacíos tenemos que llenar nosotros mismos, aunque otras personas pueden contribuir a hacerlos más o menos ricos en contenido.

Podemos no estar bien con nosotros mismos, pero no podemos esperar que sea la otra persona quien resuelva nuestro conflicto, y que nos dé la paz y la seguridad que necesitamos en nuestras vidas. Nadie puede hacer el trabajo que le corresponde para resolver sus conflictos internos, ni siquiera su pareja.

Una relación sana consiste en estar con la otra persona para compartir quiénes somos, y no por necesidad de llenar nuestros vacíos. Si huimos de la soledad, caer en el error de no aprender a estar con nosotros mismos.